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La visión de la realidad (tercera entrega)

lunes, 28 de marzo de 2011

Por Héctor A. Faga

La realidad (los hechos) nunca presenta una sola cara, aunque a veces parezca haber un solo lado visible.

Sólo observando una y otra vez y volviendo a observar podremos descubrir las diferentes facetas que la realidad nos propone.

Es así como lo que a veces no se alcanza a visualizar en un primer vistazo, se hace evidente a nuestra comprensión cuando nos detenemos a mirar con esmero, y nuevas formas se presentan a nuestra atención.

Les propongo llevar a cabo algunos experimentos de observación para hacer evidente lo que estamos afirmando.

Comenzaremos con una figura conocida, ya que ha sido usada hasta el cansancio por mucha gente, por lo que es altamente probable que ustedes ya la conozcan.

Pero hagamos la prueba.

¿Qué figura ven ustedes aquí?

Una mujer, seguramente.

Pero, ¿qué edad tiene esa mujer?

Ochenta, o tal vez noventa años.

¿O es una joven de veinticinco años?

Miren bien.

Vuelvan a mirar.

Muevan un poco la cabeza hacia un lado y cambien de perspectiva.

¡Ambas están allí!

Si lo que ven es una bruja, piensen que su nariz podría ser la mejilla y barbilla de la joven, y la verruga, la nariz .

Si en cambio lo que ven es la joven, fíjense en los detalles anteriores o miren cómo la gargantilla de la joven es la boca de la vieja.

Un poco difícil de explicar, pero lo captan, ¿no?

Lo que suele pasarnos es que al adoptar una posición estática dejamos de ver ciertas cosas que aparecen cuando imprimimos alguna dinámica a nuestra acción.

Los especialistas en caza mayor suelen decir que para mirar algo que está en movimiento el observador debe permanecer quieto, sin mover sus ojos.

De ese modo, la acción externa se percibe con nitidez.

Y a la inversa, para acechar a un animal que está quieto, disimulado en la espesura, el observador debe menear lentamente su cabeza de un costado a otro, ya que ese movimiento le permite ver al animal oculto.

No sé si estas técnicas son ciertas o si dan resultado, pero sí sé que muchas veces debemos cambiar de perspectiva para lograr una nueva visión.

Probemos ahora con la siguiente figura:

¿Cómo lograr que esta desagradable señora se convierta en una bella princesa, digna del mejor cuento de hadas?

Ahora no se trata de menear la cabeza, sino de realizar un acción distinta.

Prueben de ponerse en la posición de yoga cabeza abajo y mirar la ilustración.

¿Qué eso no se puede?

Bueno, entonces den vuelta su computadora y observen ahora la figura.

¿Qué tampoco pueden?

Bien.

Entonces impriman el dibujo y luego de eso gírenlo de modo que la señora quede con la cabeza hacia abajo.

¿Y ahora qué ven?

¿No es algo parecido a esto?

En realidad no ha cambiado nada de la figura.

Simplemente ha cambiado nuestra perspectiva.

Y si ninguna de las técnicas propuestas ha tenido éxito, entonces haga lo que sugiere la leyenda: ¡Tómese seis cervezas y verá como todo cambia!

(continúa)

Esta post es una revisión y una extensión de lo que publicamos en este blog aquíaquí, y que se ha publicado en la página CEOForum.

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La visión de la realidad (segunda entrega)

domingo, 20 de marzo de 2011

Por  Héctor A. Faga

La complejidad de la percepción

¿Qué realidad se verá desde la altura de un niño de un año?

Como dije, es una realidad de rodillas de personas, de parte de abajo de mesas, de objetos lejanos e inalcanzables, de voces que intentan ser amables y por algún motivo en realidad se transforman en gritos, y de rostros que procuran mostrar una sonrisa y se convierten en muecas que asustan.
¿Recuerdan la publicidad que muestra la siguiente imagen?

Yo creo que ejemplifica bien el tema de cómo perciben los niños la realidad.

Si la buena señora pudiera verse en ese momento, seguramente no insistiría en hacerle mimos al niño de esa manera.

Una vez un amigo mío había recogido a un pequeño gorrión que tenía un ala lastimada.

Mi amigo lo tomaba entre sus manos y lo acercaba a la boca para besarlo, mientras me decía: “Fijate qué quietito se queda mientras recibe mi caricia. Parece como si supiera que lo voy a besar”.

Mi amigo nunca pudo comprender que en realidad el gorrión estaba aterrado, y que cada vez que lo acercaba a la boca, el pájaro seguramente pensaba que lo iban a devorar.

¿Y cómo se verá la realidad desde la altura de un basketbolista?

Siempre mirando hacia abajo, porque los demás no están a su misma altura.

Cuidando al mismo tiempo de no golpearse con el marco de una puerta más baja que él.

Manejando la torpeza de brazos demasiado largos o pies demasiado grandes.

Durmiendo arrebujado en camas demasiado cortas.

Sintiendo otro tipo de alejamiento respecto de las cosas, distinto de aquel del niño.

Uno por poco y el otro por mucho.

¿Y cómo cambiará la perspectiva del niño si lo subimos a los hombros del basketbolista?

Todo se verá diferente.

Habrá una nueva visión de las cosas.

Lo que no quiere decir que esta nueva visión sea correcta y la anterior incorrecta, o viceversa.

Simplemente, son distintas apreciaciones de una misma realidad.

¿Y si el basketbolista se tirara al piso?

Sucedería algo parecido.

Cambiaría también la perspectiva y se comenzaría a apreciar algo distinto, tal vez nunca visto con anterioridad.

(continúa)

Para ver los post anteriores de esta serie:

La visión de la realidad (primera entrega)

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Definiendo Objetivos y Estrategias: La cadena de Medios y Fines

miércoles, 16 de marzo de 2011

Por Mariano Ramos Mejía

Imagínese un punto, azul, brillante. Usted se dirige hacia allí, como atraído por un imán. Su camino deja una senda de color rojo. Cuando llega al punto azul mira hacia adelante y distingue un nuevo punto azul, unido al anterior por otra senda de color rojo. Y mas adelante mas puntos azules unidos por senderos rojos al anterior. Si no le gustan los colores que acabo de usar, cámbielos por los que mas le gusten, pero el diseño no se alterará y seguiremos contemplando la Cadena de medios y fines. Cada punto azul se denomina Objetivo, a cada sendero rojo lo llamamos Estrategia. El diseño resultante,  Cadena de medios y fines. Cada objetivo que se quiere alcanzar es un Fin, pero cuando se alcanza ese fin automáticamente se convierte en un Medio para alcanzar otro, de orden superior  Si detenidos en uno de los puntos, miramos el trazado hacia adelante, preguntándonos ¿Para qué? al dar respuesta a la pregunta descubrimos un Objetivo de orden superior. Si en cambio mirando hacia atrás nos preguntamos ¿Cómo?, descubrimos el Medio para llegar a ese Fin, o en otros términos la Estrategia para alcanzar el Objetivo.

De lo que podemos concluir:

1) cada uno de los objetivos que se determinen están enmarcados en otro/s de orden superior, alcancemos a distinguirlo/s o no;

2) ningún objetivo es un fin en si mismo, sino solamente un medio para alcanzar ese otro de orden superior.

Hemos utilizado esta descripción gráfica y colorida, para pensar en una  Visión del conjunto cómo si lo observáramos desde el aire (visión de helicóptero), mirando la cadena en su totalidad (o por lo menos aquella parte que alcancemos a distinguir, o que nos interese estudiar en particular). Es lo que se denomina Visión estratégica.

Y desde esa posición de observación del conjunto podemos observar que el dibujo no es en realidad el de una cadena, eslabón tras eslabón, y en cambio se asemeja a una telaraña en la que se observan varios senderos (estrategias) que salen de cada punto (objetivo).

La Cadena de Medios y Fines es un método para definir objetivos, y para desagregar grandes objetivos en objetivos menores, de mejor seguimiento. Pero también es un método de resolución de problemas al permitirnos observar de la cadena el segmento o superficie que nos interesa analizar en particular para comprobar el resultado de la gestión de sus componentes.

Partiendo entonces de un objetivo cualquiera predeterminado, en primer lugar podemos preguntarnos reiteradamente: ¿para qué?

La  respuesta a cada ¿para qué? nos planteará cada vez un objetivo de orden superior a aquél del cual partimos, y que constituye un nuevo fin a alcanzar.

A posteriori, comenzando nuevamente con el objetivo inicial o con el objetivo de mayor nivel que hayamos definido y seleccionado como el más importante para desarrollar, podemos ahora preguntarnos repetidamente: ¿cómo?

La respuesta a cada ¿cómo? nos presentará cada vez uno o más medios para lograr el objetivo seleccionado.

De esta manera, la definición de un objetivo de mayor rango amplía el espectro de posibles respuestas (estrategias) para satisfacerlo.

Para poner en práctica estos conceptos, vamos a utilizar la planilla que puede verse a continuación. La tarea es la siguiente: tome algunos objetivos definidos por Usted (de cualquier tipo, aún los mas sencillos) y sométalos al método aquí descripto.

Pregúntese en primer lugar ¿para qué?

Tenga en cuenta que los ¿para qué? deben ser contestados en orden ascendente, partiendo del objetivo conocido y luego volviendo a preguntar ante cada respuesta obtenida.

Una vez completada esta primera parte, pregúntese ahora ¿cómo?

Recuerde que los ¿cómo?, en cambio, deben contestarse en forma descendente, partiendo del objetivo conocido, o del nuevo objetivo seleccionado, y luego volviendo a preguntar ante cada respuesta obtenida.

Si bien presentamos tres pasos ascendentes y tres descendentes para cada objetivo, usted puede usar menos de tres o, si lo cree conveniente, agregar algún otro paso.

Cuando termine de armar el cuadro seguramente tendrá una idea más clara de cuáles son para usted sus objetivos mas importantes, o los objetivos más importantes de su organización y en ambos casos plantear cuáles son los medios para alcanzarlos.

Del desarrollo de la cadena de medios y fines podemos aprender varias cosas:

a)     La cadena de medios y fines no es una línea recta que va de abajo hacia arriba (o hacia los lados) y viceversa, sino que ante las distintas preguntas podemos desarrollar objetivos y estrategias laterales; es decir otros caminos y otros puntos de llegada al mismo nivel que los anteriores. La “cadena”, como ya se dijo, empieza a convertirse en un diseño parecido al de un entretejido o una telaraña, con múltiples puntos de llegada y múltiples caminos para alcanzarlos.

b)     La empresa (y también las personas) tienen objetivos de distinto nivel; es decir, alguien podrá decir que tiene un objetivo único, pero seguramente este único objetivo puede descomponerse en objetivos de menor nivel, que son los pasos para alcanzar el mayor.

c)      La descomposición del objetivo final en objetivos menores es deseable dado que el cumplimiento de éstos alienta la consecución de los mayores. Entonces es importante plantearse objetivos de distinto nivel y con posibilidades de ser alcanzados para motivar el cumplimiento del planeamiento.

d) Mientras que la organización se compromete con el cumplimiento de cada objetivo, es imperativo que cuente con estrategias diversas para lograrlo. Si el camino – la estrategia elegida – se encuentra cerrado o no es viable, es importante contar con una vía de escape o por lo menos con un camino alternativo. Por eso es necesario que para cada uno de los objetivos definidos existan por lo menos dos o más estrategias. Esto es: cada objetivo es único en sí mismo, pero a cada uno de ellos corresponden varios caminos. O sea que las estrategias siempre deben ser alternativas.

Post relacionados:

Introducción al Pensamiento Estratégico.

¿Que es el Pensamiento Estratégico?

¿Que es el Planeamiento?

Drucker: ¿Cuál es mi negocio y cuál debería ser?

El Proceso de Planeamiento.

Este post ha sido reproducido en el blog:

Globedia: Definiendo Objetivos y Estrategias.

 

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El proceso de Planeamiento: siempre, el aprendizaje.

jueves, 10 de marzo de 2011
Comentarios desactivados en El proceso de Planeamiento: siempre, el aprendizaje.

Por Mariano Ramos Mejía

En los post de esta serie he querido describir cada uno de los pasos que va recorriendo el Proceso de Planeamiento, procurando describir los elementos mas importantes de cada una de las etapas, pero a la vez, que los lectores puedan apreciar este recorrido en su conjunto, justamente con una visión abarcativa del todo.

Los temas que aquí se han tratado no pretenden abarcar cada uno de los temas en su totalidad y seguramente serán objeto de tratamiento detallado en futuros post.

Lo fundamental según nuestra perspectiva es que mediante el proceso de planeamiento que hemos desarrollado, cada persona, (y por lo tanto los grupos y las organizaciones de cualquier naturaleza que estas personas integren o puedan llegar a integrar), tiene una manera de influir en su futuro y en su desarrollo, como actores activos y no como sujetos pasivos de las decisiones de otros individuos.

En mi opinión pero también en mi experiencia personal es fantástico poder sentirse parte de un proceso en el que hemos intervenido procurando anticiparlo y aprender de las diferencias entre lo quisimos que fuera y lo que fue realmente. Es poner el énfasis en nuestro propio poder para influir sobre los acontecimientos, y abandonar el pensamiento pasivo de quienes creen que se venden recetas para enfrentar la vida y que no pudieron obtener sus objetivos por culpa de los «otros». Es como otras tantas veces, un problema de visión de la realidad.

Por eso vamos a cerrar esta serie de post citando a Russell Ackoff, en un pensamiento que resume estos conceptos y a los que adherimos: “La habilidad de una persona para llevar a cabo la administración de sus asuntos o los de su sociedad depende mas de su comprensión y actitud hacia el mundo, que de su ciencia y tecnología”.

A modo de índice, detallamos los post que integraron esta serie:

1. Presentación del recorrido.

2. El análisis situacional.

3. La definición del éxito y la visión compartida.

4. La definición del negocio.

5. Objetivos y estrategias (y viceversa).

6. El Presupuesto (y la Estructura).

7. El Control de Gestión.

8. Siempre, el aprendizaje.

Post relacionados:

Introducción al Pensamiento Estratégico.

¿Que es el Pensamiento Estratégico?

¿Que es el Planeamiento?

Drucker: ¿Cuál es mi negocio y cuál debería ser?

¿Que es la Visión estratégica?

Reflexiones sobre Crisis y Planeamiento.

Planeamiento en escenarios de crisis.

¿En que consiste el Planeamiento?

Foto de este post by Lammeyer.


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La visión de la realidad (primera entrega)

lunes, 7 de marzo de 2011

Por Héctor A. Faga

Introducción

El texto que hoy les presento no tiene un sesgo científico ni está convalidado por estadísticas realizadas al estilo estadounidense sobre un universo compuesto por numerosos casos de estudio, sino que son observaciones hechas a lo largo de mi vida personal y profesional que quiero compartir con ustedes.

Por lo tanto, aquí no hay “verdades reveladas” sino más bien percepciones con las que ustedes pueden estar de acuerdo o no.

Debido a ello, siéntanse libres de opinar y de disentir con mis comentarios, que de ningún modo son afirmaciones que tienen la fuerza del método científico que las respalde.

Los focos centrales de la presentación son los siguientes:

  1. ¿Cómo creemos que es la realidad? ¿Cómo la percibimos? ¿Qué dificultades existen para una adecuada percepción?
  2. ¿Cómo se presenta el cambio en los hechos de la realidad? ¿Cuál es nuestra actitud frente al cambio? ¿Cómo opera en nosotros la adaptación?
  3. ¿Cómo manejamos nuestra comunicación con los demás? ¿Cuáles son los elementos críticos para una adecuada comunicación?

La visión de la realidad

Comencemos con algunos conceptos clave que hacen a mi forma de ver la vida y la realidad.

Para ello los invito a hacer la siguiente prueba con la imagen que pongo a continuación.

Se trata de una figura en negativo que en apariencia no tiene una forma demasiado precisa.

En el centro de la figura hay cuatro puntos entre dos manchas más grandes.

Ustedes deben mirarlos fijamente durante un minuto, sin parpadear y sin quitar los ojos de ellos.

Pasado ese tiempo cerrarán los ojos y los mantendrán sin abrirlos durante algunos instantes.

¿De acuerdo?

A trabajar entonces.

¿Y, qué les sucedió?

Vieron reflejada en sus retinas una imagen de Jesucristo o tal vez del “Che” Guevara.

Alguien con barba, de todas maneras.

Si no pudieron verla, intenten nuevamente desde el principio.

Y cuando cierren los ojos suavemente, hagan el esfuerzo de mirar hacia el interior de ustedes mismos.

Así, con este “efecto especial”, comenzamos con esta temática de la visión de la realidad.

¿Cómo es la Realidad? ¿Existe una sola Realidad?

La realidad es algo muy complejo: existe aunque no la percibamos, pero tiene sentido para nosotros sólo a partir del momento en que nos afecta o involucra.

Pero aunque sea difícil de apreciar, no hay dudas acerca de su existencia.

Está.

Es aquí.

Es ahora.

Es independiente de nosotros, pero simultáneamente nos involucra.

Estamos inmersos en ella, pero podemos desconectarnos de ella.

Y somos capaces de vivir tantas realidades distintas como podamos imaginar.

Hay quienes dicen que sólo podemos vivir una realidad de entre las tantas posibles, pero yo opino que pensar así es tener una visión determinista, es creer que el destino nos maneja y no que nosotros lo forjamos cada día.

¿Por qué “Visión”?

¿Por qué digo visión de la realidad y no me refiero a “audición”, “olfato”, “gusto”, “tacto”…?

Porque los seres humanos somos esencialmente visuales y por ello manejamos conceptos que destacan esta característica.

Pero la realidad va mucho más allá de lo que se ve: se “siente” con todos los sentidos y se percibe en su totalidad cuando ponemos atención con cada uno de ellos en el momento correspondiente.

Y lo que “perceptuamos” (neologismo inventado para describir con mayor precisión esa adquisición plena de la realidad que logramos con el uso de todos los sentidos) lo introducimos en nuestro cerebro, donde lo decodificamos para comprenderlo.

Dijo Albert Einstein: “La mente humana primero tiene que construir formas independientemente, antes de poder encontrarlas en las cosas”.

La Aprehensión de la Realidad

Es difícil lograr una adecuada aprehensión de la realidad porque depende de muchos aspectos distintos tales como la posición del observador, su cercanía respecto del hecho observado, sus prejuicios, sus vivencias anteriores, su personalidad…

Y también de la forma en que los hechos nos son presentados.

Muchas veces la percepción de la realidad es una cuestión de perspectiva.

¿Cómo cree usted que será la realidad para un niño pequeño que está gateando o dando sus primeros pasos?

Seguramente una realidad compuesta por rodillas de personas, partes de abajo de mesas, objetos lejanos y muchas veces inalcanzables que provocan sentimientos similares a los experimentados por Gulliver en el país de los gigantes, donde todo “está más allá” y se requiere de la ayuda de los otros para llegar a los objetos que uno busca.

El simple hecho de abrir una puerta, por ejemplo, se transforma en una tarea titánica que requiere llegar a un picaporte totalmente fuera del alcance.

Y esa es la realidad que el niño no sólo percibe, sino con la que debe convivir y a la cual debe adecuarse.

¿Podemos ahora comprender un poco más ese punto de vista?

(continúa)

Esta post es una revisión y una extensión de lo que publicamos en este blog aquí y aquí, y que se ha publicado en la página CEOForum.

Del mismo autor en este blog:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano

Cambio Organizacional (Change Management)

Introducción al Pensamiento estratégico

Burping Management

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El proceso de Planeamiento: Objetivos y Estrategias (y viceversa)

viernes, 18 de febrero de 2011
Comentarios desactivados en El proceso de Planeamiento: Objetivos y Estrategias (y viceversa)

Por Mariano Ramos Mejía

Continuamos nuestro camino por el Proceso de Planeamiento de acuerdo a lo que definimos cómo el Mapa del recorrido. Luego de realizar el Análisis situacional, de procurar la Definición del Éxito y de una Visión Compartida y de desarrollar el tema de la Definición del Negocio, en el día de hoy analizaremos en conjunto el cuarto y el quinto paso (Estrategias y Objetivos).

Cuarto paso: Las Estrategias

Quinto paso: La definición de los Objetivos

Estrategias y objetivos, o viceversa, dos caras de una misma moneda. Cada uno de ellos es la consecuencia del otro. Si el objetivo es lo que queremos alcanzar, la estrategia es la forma de alcanzarlo.

Si el objetivo es el punto de llegada, la estrategia es el camino para alcanzarlo.

Dado que los objetivos (y consecuentemente las estrategias) se desarrollan a partir del análisis que hemos descripto en los post anteriores (análisis situacional, definición del éxito y la visión compartida, definición del negocio), podemos afirmar que estos objetivos y estrategias son el resultado concreto de las visiones de quienes las han formulado (los dueños de la empresa y los directivos de la misma, o cualquier persona que esté formulando un plan), e deberían incluir por lo tanto los criterios con que se evaluará el éxito que se alcance en su cumplimiento.

Por lo tanto deben:

–         Expresarse en términos que inspiren entusiasmo en su cumplimiento.

–         Explicar adecuadamente las visiones y las metas a alcanzar.

–         Elevar el nivel de desempeño de las personas involucradas en el proceso.

Los objetivos deben ser:

–         Cuantitativos: abarcando temas como por ejemplo la participación en el mercado y el volumen de ventas.

–         Cualitativos: tales como calidad y valor percibidos por el cliente.

Como dijimos al comenzar, las estrategias son el necesario complemento de los objetivos, porque nos indican de qué manera alcanzarlos con la más alta eficiencia en su implantación, traduciendo de esta manera la visión empresaria en acciones concretas.

En otras palabras, son los caminos hacia los objetivos.

Según Sallenave, cualquiera de los objetivos que pueden formularse en una empresa están comprendidos en uno de los siguientes tres objetivos básicos de toda organización:

–         Supervivencia

–         Crecimiento

–         Utilidades

Es interesante destacar que el mismo autor reflexiona que junto a estos objetivos, que son el resultado de la búsqueda de consenso en la empresa, existen otros que son los individuales y personales de los gerentes de la misma, y que este hecho debe ser adecuadamente analizado para evitar que esos objetivos individuales se antepongan a los de la empresa.

Es en esa misma línea que otro autor, el canadiense Derm Barret dice que la empresa puede visualizarse como una intrincada red de objetivos.

Estos objetivos son de tres tipos: individuales, grupales, y organizacionales.

Los objetivos personales son inherentes a la persona humana. No reconocer en una gestión que cada uno de los participantes en el proceso tiene objetivos individuales propios es como asumir que las distintas personas que participan en la misma son algo así como autómatas. Por lo tanto, hay que reconocer que estos objetivos existen antes que la empresa misma, y las personas que concurren a ella ya los tienen y los llevan consigo, los expresen o no.

Los objetivos grupales son los que se consiguen por afinidad de gustos, intereses o culturas. También pueden existir previamente a la empresa. Los simpatizantes de un equipo deportivo, un grupo artístico, cultural o religioso son un ejemplo de esta clasificación.

Pero puede observarse que dentro de la organización las personas vuelven a reunirse en torno a objetivos grupales,  normalmente definidos por sus competencias y lenguajes particulares, hecho que puede observarse en cada sector de la empresa – cómo ser Comercialización, Producción o Finanzas -, donde se desarrollan ciertas lealtades hacia el grupo y se comparten objetivos grupales que tienen que ver con el logro de una buena performance de ese conjunto.

Este tema lo hemos tratado  cuando hablamos de las visiones compartidas y tiene que ver con aspectos como formación profesional y lenguajes derivados de esa formación. Si bien es saludable el desarrollo de distintas visiones y puntos de vista, debe prestarse atención a que esto no se convierta en un combate o competencia entre sectores, no compartiendo información fuera del mismo, o mediante el desarrollo de falsas lealtades.

Por último, dice Barret, los objetivos organizacionales (los objetivos de la empresa) son aquellos que en realidad no existen fuera de la misma, y no existirán a menos que se haga un esfuerzo común a partir de la conducción por desarrollarlos.

Lo que es importante en este caso es reconocer la presencia de estos objetivos como un resultado de la interacción de los miembros de la organización, y diferenciarlos claramente de los que son individuales o grupales.

Y esto proporciona una nueva definición del Planeamiento: un proceso participativo de construcción de objetivos.

Debe aclararse que cuando la empresa es unipersonal y tiene pocos integrantes es lógico que se confundan  muchas veces los objetivos del dueño con los de la empresa, hecho que ocurre con mayor frecuencia y sobretodo en la etapa de lanzamiento de la misma. Como hemos mencionado en otro post, hasta es saludable que así sea, dado que el emprendedor necesita reafirmar su visión demostrando (y demostrándose) que puede convertirla en realidad.

Pero si en las siguientes etapas de la vida de la empresa se persiste en ese camino, la conducción de la misma corre el peligro de convertirse en autocrática y autoritaria.

Y esta es la causa por la que quedan subyacentes conflictos que con mayor o menor grado de complejidad atentan contra el cumplimiento de los objetivos planteados desde esa perspectiva autocrática, dado que la mayoría de los participantes en el proceso no sienten éstos como propios si no «del otro» y por lo tanto no se comprometen a alcanzarlos.

Hemos escuchado a directivos de organizaciones que dicen tener políticas de “puertas abiertas” y que sienten que no son interpretados por la gente que compone esas organizaciones.

Pero lo que no se dice habitualmente es que las puertas a veces están abiertas para escuchar solamente las opiniones de quienes piensan igual, y que cualquier idea que se aparte de ese modelo es rechazada, o, por lo menos, no tomada en cuenta.

Por ello es sumamente importante entender que este proceso se logra a través de la mayor participación posible de la gente, que, por otra parte, es la que va a conseguir o no esos objetivos.

Usted dirá: ¿y cómo se hace esto?.

La única manera es a través del trabajo de grupos.

Primero hay que crear un clima proclive al desarrollo de la creatividad y el pensamiento emprendedor.

Después, las nueva ideas deben ser discutidas y difundidas, para lograr esa visión compartida.

La visión compartida despierta el compromiso de la gente, mientras que las visiones de una persona o un grupo impuestas al resto de los componentes de la organización, solamente exigen acatamiento y no generan compromiso.

Los objetivos desarrollados de esta manera deben asimismo reunir algunos atributos como los siguientes:

1)     Estar adecuadamente definidos como una visión a lograr. Por eso es muy importante su redacción, que debe ser una descripción detallada de la situación futura que se pretende alcanzar.

2)     Tener una escala de medida, es decir una forma de poder, en el futuro, medir su grado de cumplimiento.

3)     Incluir  la descripción de un mínimo alcanzable (a veces definido como norma o umbral mínimo).

4)     Definir un tiempo u horizonte temporal asignado para su cumplimiento.

A su vez podemos detallar los atributos de las estrategias, que incluyen la consideración de:

1)     Los objetivos definidos en el proceso de negociación.

2)     La descripción de los Planes de acción para llevarlos a cabo.

3)     El desarrollo de los programas funcionales necesarios para esa tarea.

4)     El detalle de los recursos requeridos y asignados en cada caso.

Las empresas (y también las personas) tienen objetivos de distinto nivel; es decir, alguien podrá decir que tiene un objetivo único, pero seguramente este único objetivo puede descomponerse en objetivos de menor nivel, que son los pasos para alcanzar el mayor.

La descomposición del objetivo final en objetivos menores es deseable dado que el cumplimiento de éstos alienta la consecución de los mayores. Entonces es importante plantearse objetivos de distinto nivel y con posibilidades de ser alcanzados para motivar el cumplimiento del planeamiento.

Mientras que la organización se compromete con el cumplimiento de cada objetivo, es imperativo que cuente con estrategias diversas para lograrlo. Si el camino – la estrategia elegida – se encuentra cerrado o no es viable, es importante contar con una vía de escape o por lo menos con un camino alternativo. Por eso es necesario que para cada uno de los objetivos definidos existan por lo menos dos o más estrategias. Esto es: cada objetivo es único en sí mismo, pero a cada uno de ellos corresponden varios caminos. O sea que las estrategias siempre deben ser alternativas.

Para terminar con los pasos cuarto y quinto, hemos mencionado hasta como la manera de identificar y definir los objetivos y estrategias al Análisis situacional o análisis F.O.D.A.

Pero existen otras formas que comentaremos a continuación.

Una segunda forma de identificar los objetivos es a través de las Áreas de Resultado Clave (A.R.C.).

Definir las A.R.C. significa identificar aquellos aspectos fundamentales para el éxito de la empresa, como rentabilidad, participación en el mercado, productividad, innovación, crecimiento, servicio al cliente, etc.

En cada empresa y en cada ramo esta definición se da con alguna particularidad.

Por lo tanto, establecer esas áreas de resultado clave y fijar objetivos sobre ellas ayuda a que esos objetivos tengan que ver con los aspectos fundamentales de la empresa y cubran distintos aspectos de la gestión.

La tercera y última de las formas de encarar la identificación de objetivos es mediante la Definición de Áreas de Problemas.

Si pueden definirse los problemas centrales de la empresa es posible establecer objetivos específicos para superarlos.

En los casos en que los problemas sean muy generales, habrá que encarar  la revisión de las rutinas de trabajo para encontrar mejoras y ahorros.

Y otra forma será la que tiene que ver con los deseos de mejoras, cambios y crecimiento, donde obviamente se merece tener algunos objetivos que los cubran.

Continuaremos en el próximo post con el desarrollo del Presupuesto.

Para ver los post anteriores de esta serie:

1. Presentación del recorrido.

2. Análisis situacional.

3. Definición del Éxito y la Visión Compartida.

4. Definición del Negocio.

Post relacionados:

Introducción al Pensamiento Estratégico.

¿Que es el Pensamiento Estratégico?

¿Que es el Planeamiento?

Drucker: ¿Cuál es mi negocio y cuál debería ser?

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El proceso de Planeamiento: la Definición del Éxito y la Visión Compartida

viernes, 4 de febrero de 2011

Por Mariano Ramos Mejía

Continuamos nuestro recorrido por el Proceso de Planeamiento. Recordemos que comenzamos por el mapa del recorrido y luego nos detuvimos a realizar un análisis situacional. Hoy corresponde reflexionar sobre el éxito, que es lo que consideramos éxito y cómo podemos generar una visión compartida del mismo.

Segundo paso: La definición del Exito

Un segundo paso, totalmente complementario del anterior, es el de la construcción de una definición compartida del éxito, tal como lo imaginan los propietarios o los principales niveles de conducción de una empresa. A nivel individual, personal, podemos relacionar nuestros propios conceptos en relación con nuestro medio para socializarlo y construir un camino que nos lleve hacia nuestros objetivos.

En realidad no se pretende llegar a una definición del éxito desde un punto de vista filosófico, donde probablemente nunca alcanzaríamos un acuerdo absoluto entre distintas personas. Porque seguramente habrá tantas definiciones del éxito diferentes, aunque lo sean levemente, como personas consultemos.

Justamente por ello es que se trata de consensuar entre los principales actores, o participantes del proceso, una visión compartida de lo que las distintas personas interpretan como éxito, para tener un marco general que contenga y guíe nuestros propósitos.

Es entonces una manera de clarificar ideas y formas de pensar, reconocer que en la ejecución de los negocios pueden llegar a crearse situaciones de oposición o de resistencia.

Examinemos algunos ejemplos que encontramos todos los días en nuestra actividad.

Si la definición del éxito de uno de los propietarios o gerentes de una empresa es la de constituir a la misma en el líder del mercado, mientras que la de otro socio o gerente es la de ocupar una situación secundaria, por ejemplo la de primer imitador del líder, esta situación conducirá tarde o temprano a conflictos de poder, dado que las partes – que no han clarificado sus objetivos – tratarán de alcanzar lo que en su conciencia es lo más importante (y lo harán inclusive pensando en el beneficio del otro que piensa diferente), persiguiendo objetivos disímiles e incluso totalmente opuestos, que irán llevando a la empresa a una situación de conflicto primero e inmovilidad después.

Incluso a nivel personal si pensamos objetivos en general, sin haber reflexionado profundamente en lo que queremos alcanzar y definir el alcance de esa nueva situación, nuestro rumbo se convertirá en incierto, titubeante, y no será de extrañar si por el camino se abandonan o reemplazan objetivos.

Todos los días asistimos a discusiones entre socios producto de la falta de clarificación y consenso de las distintas posiciones particulares. Todos los días vemos personas con excelentes ideas que conservan para realizar «alguna vez» aunque mucho tiempo haya pasado desde que fueran formuladas, en general, en forma entusiasta.

De esta forma, las empresas se debaten entre los Directores de Operación que, basándose en una cuestión de productividad de fabricación, trabajan para hacer stocks que los Directores de Comercialización no pueden vender, mientras éstos últimos concretan negocios que la producción no llega a realizar a tiempo.

El desarrollo de una visión compartida es fundamental para la concreción de un proceso de planeamiento y, en general, para cualquier proceso de crecimiento.

En toda empresa es posible distinguir las distintas especializaciones funcionales, cada una con su propio lenguaje y sus propios objetivos, interactuando y muchas veces combatiendo entre sí, tal como podemos ver en el gráfico siguiente en el que hemos ejemplificado puntualmente con las áreas de Administración, Operación y Comercialización.

Lo que se observa en el gráfico es de qué manera se relacionan los distintos sectores de la empresa y sus distintas maneras de aproximarse al problema y reconocerlo, desde distintas perspectivas, y con diferentes herramientas.

En primer lugar debemos recordar que, como dijimos anteriormente, cada uno de los sectores tiene un lenguaje propio (podríamos decir un enfoque o «deformación» profesional), que es su identificación primaria y que está relacionado con las características de las funciones desarrolladas.

Este lenguaje, que puede interpretarse como el de “los iniciados” en determinada actividad, es propio de la zona de cada sector que en el gráfico no se encima con las otras y que es el necesario para que cada uno pueda desarrollar su actividad específica. También es lo que cada participante o grupo específico agrega como valor al conjunto desde su perspectiva y formación puntual.

En las zonas donde se empalman los sectores se muestran las relaciones entre los mismos. En principio se relacionan de a dos: Administración con Comercialización, Administración con Operación, Comercialización con Operación. Para esta relación establecen lenguajes comunes y pautas determinadas para producir esa comunicación. En estas áreas se «concede», se «negocia» se explica la diversidad de los puntos de vista y se llega a acuerdos.

Pero es en el centro donde, como vemos, se encuentran todos los sectores, y es donde se desarrollan lo que se llama la Visión Compartida. Este es el lugar donde finalmente se acuerda y se crea entre todos los participantes del proceso, interactuando la totalidad de los componentes de la organización o el proceso de que se trate, estableciendo los objetivos del conjunto y desarrollando por lo tanto la Visión de la Organización como un todo.

Es justamente esta zona la que debe fomentarse y ampliarse para crear organizaciones más abiertas al cambio y más proclives a relacionarse con el medio, más atentas a las oportunidades y con mayor reconocimiento de la labor que realiza cada uno de sus componentes. Es también el área donde la empresa define su «cultura» que la diferencia de otras y le permite agregar valor al medio en el que se mueve y con el que interactúa. En definitiva, es misión del líder del proceso, el ampliar cada día el área de Visión Compartida y clarificar en el pensamiento de las personas que interactúan en el proceso una definición de éxito conjunta, donde cada participante cede algo para ganar una posición superadora.

Continuaremos en el próximo post con la Definición del Negocio.

Para ver los post anteriores de esta serie:

1. Presentación del recorrido.

2. Análisis situacional.

Post relacionados:

Introducción al Pensamiento Estratégico.

¿Que es el Pensamiento Estratégico?

¿Que es el Planeamiento?

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EL CAMBIO

martes, 18 de enero de 2011

Por: Mariano Ramos Mejía

«La imaginación es mas importante que el conocimiento» (Albert Einstein)

Justamente ahora que vuelve corriendo desde el banco donde fue para cubrir el descubierto. Justamente en este momento de recesión aguda y después que ese cliente lo llamó por teléfono para cancelar el pedido. Después de analizar por enésima vez cual es la posibilidad de reducir sus costos fijos… y no la encuentra. Mientras piensa que los empleados de su empresa no le acompañan en sus emprendimientos como usted quisiera, y encima se manifiestan disconformes con el salario que perciben (y que no les alcanza).

¡Y ahora le van a venir a hablar de cambio! Si lo que usted quiere es que definitivamente le den una tregua, que lo dejen respirar tranquilo aunque sea por un momento… Usted no tiene tiempos para el cambio… ¿Cuál cambio? ¡Si todo el cambio que percibe es para peor!. Si todo lo que usted pretende es estabilidad, reglas de juego claras y permanentes… Si usted no quiere ningún cambio…

Y, sin embargo… el cambio se sigue produciendo.

En todo momento y en todo lugar, el cambio es constante aunque no lo estemos percibiendo.

Y siempre fue así. Heráclito (filósofo griego que vivió 500 años A.C.) afirmó que lo único que permanece constante es el cambio. Y también que no se puede poner dos veces los pies en el mismo río. El río transcurre, siempre es diferente, siempre es otro, aunque lo veamos siempre igual… o lo querramos ver siempre igual. Cada uno de nosotros es diferente en cada momento de nuestras vidas… aunque nos querramos ver siempre igual.

En el ámbito en el cual la empresa desarrolla su actividad el cambio se sigue produciendo aunque no se lo perciba, o aunque muchas veces se prefiera mirar para otro lado. Dentro y fuera de la empresa, las características de profundidad y rapidez con que este cambio se ha ido generando en los últimos tiempos hace que se hable de un Entorno Turbulento.

Todos sabemos sobradamente de la creciente inestabilidad de la economía, de lo que esto provoca en materia de regulaciones de todo tipo cada vez más crecientes y cambiantes, a la vez que en terrenos que ya estaban muy regulados, se verifica el aumento de la competencia… Comentarios como “no solamente es cuestión de luchar contra la compañía del otro lado de la calle, también hay que hacerlo contra la compañía al otro lado del océano”, el aumento en la frecuencia y la velocidad de las comunicaciones, etcétera.

Observamos en directo en nuestro televisor los atentados, las guerras, los cambios de los regímenes políticos. Nos enteramos de las novedades por medio de Twitter y otras redes sociales en el mismo momento en que están ocurriendo, antes de que esas novedades se publiquen en los periódicos e incluso en los portales de los diarios en internet. Todos los acontecimientos se suceden uno tras otro, sin descanso. No alcanzamos a registrarlos cuando ya son superados por otro nuevo, y en la mayoría de los casos, mas conflictivo que el anterior.

En cuanto a los cambios tecnológicos, es un hecho generalmente aceptado reconocerlos como un éxito indiscutible de la sociedad moderna y suponer que constituyen la solución a los problemas que nuestra civilización enfrenta. Esta primacía del conocimiento tecnológico y científico tiene como consecuencia en muchos casos ignorar o subestimar la importancia de los aspectos relacionados con el bienestar espiritual e individual de las personas que forman parte de la sociedad, al privilegiar ante todo la eficacia económica. Todo esto a su vez está provocando otros cambios, y entonces aquella manera que aprendimos y practicamos de conducir los negocios que se basaba en la estabilidad y la continuidad, y que por lo tanto suponía la posibilidad de predecir el futuro con bajo margen de error, ya no sirve y la cuestión es aceptar el cambio, dominarlo, adelantarse a él… o fracasar.

Volviendo al ejemplo del conocimiento por los medios de comunicación o por las redes sociales en directo de cuanto acontecimiento ocurra en el mundo, las comunicaciones nos transforman en testigos, en “observadores”, por supuesto a grandes distancias, lo que equivale a creer que el cambio es lo que les ocurre a los demás, y a partir de esta perspectiva, se transforma en un nuevo producto que consumimos. Nosotros no estamos en el cambio, pero vemos el cambio en los otros.

Además es necesario analizar que en este proceso de cambio el sentirnos implicados en él puede generar temores y angustias, sobre todo si lo observamos desde la perspectiva de los problemas de todos los días, sin pausa para la reflexión… ocupados siempre en lo urgente, y casi nunca en lo importante. Ese temor y esa angustia son lógicos, dado que los seres humanos buscan la estabilidad y constituyen grupos de personas, organizaciones de distinto tipo y empresas que buscan lo mismo, ya que sin cambios no existirían amenazas de que preocuparse… pero tampoco existirían oportunidades.

El experto canadiense Derm Barret analiza la reacción de las empresas ante los cambios y clasifica las culturas que se derivan de cada una de las visiones resultantes en las siguientes categorías:

a) ANACRONICAS (las que están “detrás de los tiempos”… la mayoría de las organizaciones)

b) SINCRONICAS (las que “se mueven con los tiempos”… solamente algunas)

c) HIPERCRONICAS (las que “se adelantan a los tiempos”… unas pocas)

Y agrega Barret: “sin embargo, muchas de esas que están detrás de los tiempos creen con orgullo que están al día. Muchas de las que apenas se mantienen al día proclaman estar en la vanguardia. Estas ilusiones se podían tolerar hace dos décadas, pero hoy y mañana caerán en la categoría de locuras peligrosas”.

Todos los días conocemos a empresas y empresarios que sueñan con el pasado y rechazan el presente. Encerrados en sí mismos, añoran las épocas de aquellas “vacas lecheras” que conocieron o les contaron (vacas que hace rato que se secaron o se murieron), se quejan de las innovaciones que hacen crecer a aquellos “tallercitos” que ayer les venían a pedir trabajo, y hoy les “sacan” a los clientes. Tratan de protegerse a sí mismos suponiendo que “afuera todo debe seguir igual”. Y cuando descubren que las cosas no son así muchas veces ya es tarde.

Y todos los días  conocemos empresas y empresarios que, a pesar de la recesión y de las dificultades, los problemas cotidianos, la inflación, la devaluación y de las “malas ondas”, construyen nuevos emprendimientos, buscan oportunidades, se capacitan e instruyen, investigan y crean. Con los mismos problemas que todos tenemos, no bajan los brazos (aunque más de una vez en privado y por un momento breve confiesan su cansancio). Estos son los que actúan bajo las preguntas: Que és lo que está ocurriendo?” y ¿qué pasará mañana?.

El elemento que se convierte en decisivo entonces y más que nunca es el futuro: ¿qué nos espera en ese futuro?, ¿cómo podemos conocerlo?, ¿podemos influir en él?, ¿podemos crearlo?.

En este momento debemos dejar aclarada nuestra opinión cómo consultores de empresas y docentes, que es que sería falso seguir atendiendo los requerimientos de las empresas que siguen solicitando ya sea “recetas” para los problemas, o “pronósticos” del futuro. Lo que resulta verdaderamente poderoso es hacer comprender a la otra persona que se encuentra comprometida e inmersa en un mundo cambiante e incierto, dónde las predicciones son de muy poca confianza y las recetas no existen, y recién a partir del reconocimiento de esa inseguridad, poder facilitarles las herramientas necesarias para enfrentar ese mundo.

Los pasos sugeridos son los siguientes:

1) Actuar en la sensibilización y discusión en los grupos directivos de las empresas sobre los cambios que transforman a nuestro mundo, ya sean cambios sociales, económicos o tecnológicos,

2) Reconocer que las soluciones de ayer no resuelven los problemas de hoy (algún autor lo ha llamado “abandono sistemático del ayer”),

3) Reconocer el cambio que está sucediendo, identificar los cambios que se están produciendo, determinando el tipo y desarrollo de cada uno,

4) Identificar los que nos afectan o afectarán directa o indirectamente, clasificándolos por orden de importancia y por probabilidad de ocurrencia,

5) Formular respuestas para esos cambios,

6) Redefinir el negocio y establecer los objetivos en consecuencia, y

7) Concentrar los recursos disponibles en las áreas de resultado clave.

La solución que se está ofreciendo es PLANIFICAR. Para entender ese futuro, para comprender el cambio, para poder administrarlo e inclusive para adelantarse a él. Lo que supone abandonar la visión negativa y traumática (es decir pensar el cambio como amenaza), y olvidar la óptica según la cual nosotros y nuestras empresas somos víctimas, ya sea del Estado, los gobiernos, las regulaciones, la “puja distributiva”, dado que si nos visualizamos como víctimas nuestro papel se convierte en pasivo  y las consecuencias muchas veces inevitables.

El cambio se enfrenta y se administra con Innovación.

La innovación es la resultante de desarrollar y utilizar la imaginación, y ésta es actividad de la mente, precisamente del hemisferio cerebral derecho que requiere volver a uno mismo y a los orígenes, a volver a pensar la empresa, a volver a pensarnos nosotros mismos, antes que a actuar solamente sobre las estadísticas y la información recibida de los medios.

Es volver al espíritu del fundador, el emprendedor, el que construyó todo de la nada y lo hizo por la sencilla razón que pudo ver lo que los demás no veían, y tuvo la entereza suficiente para mantener esa visión.

Es un cambio en la cultura.

Y volviendo a citar a Barret: “ Un cambio en la cultura empresaria sólo puede tener lugar a través de un proceso educacional. La educación, en contraste con el entrenamiento y el adoctrinamiento, es un proceso en el cuál las personas utilizan su propio cerebro e inteligencia para arribar a sus propias conclusiones, comprometiéndose en procesos de pensamiento fuerte y crítico. La educación es esfuerzo activo y no asimilación pasiva”.

Llegado a este punto usted podrá preguntarse: ¿y se podrá planificar en la sociedad en que vivimos?. Y seguramente recordará los comentarios de los incrédulos: ¿y la inflación?, ¿y la devaluación?, ¿y las reglas de juego?… en definitiva, ¿será posible que en este contexto algún plan tenga éxito, se demuestre acertado… o “la pegue”?.

Por ahora, lo voy a dejar pensando. Usted seguramente tiene una respuesta. “SU” respuesta. Le adelanto solamente que el proceso de planeamiento implica la posibilidad de imaginar los pasos para concretar ese futuro deseado, que se convierte entonces en una de forma de “crear el futuro” en palabras de Russell Ackoff. Por lo tanto, es una posibilidad de aprender más del negocio, del entorno y del futuro, de revisar sus objetivos y de clarificar a usted mismo y a las personas que lo acompañan en la empresa. Una posibilidad de aprender del error y del desvío.

Eso, solamente, parece mas interesante que “acertar la solución”. ¿No le parece?

(Artículo escrito originalmente para la revista de la Unión Industrial de Quilmes, Buenos Aires, Argentina. Reproducido en el año 2002 por el portal Sappiens.com y actualizado y re-escrito para este post).

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Introducción al pensamiento estratégico

lunes, 25 de octubre de 2010
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Por Héctor Alberto Faga

1. Introducción al pensamiento estratégico

Al hablar de estrategia estamos pensando fundamentalmente en «gerenciar por anticipación». Esto es, en adelantarnos a la realidad que nos tocará vivir, sobre todo a los problemas, y generar respuestas satisfactorias ante cada situación que se nos presente.

También estamos hablando del conocimiento que cada organización debe tener sobre sí, tomando como base el axioma socrático «conócete a ti mismo».

Sobre este particular existe lo que se llama la Dinámica del conocimiento, que consiste en los cinco pasos siguientes:

1.       Conocerme

2.       Conocer al otro

3.       Conocerme a través del otro

4.       Permitir al otro conocerme

5.       Ayudar al otro a conocerse

Esta dinámica implica que el primer paso importante para pensar estratégicamente es el conocimiento de uno mismo. Recién logrado esto es posible salir al encuentro de los demás.

Existen tres pilares básicos para definir la estrategia organizacional, que son:

1.       Mirar hacia adentro

2.       Mirar hacia afuera

3.       Mirar desde afuera

Mirar hacia adentro implica reconocer las Fortalezas y Debilidades de la empresa.

Fortalezas son aquellas cuestiones en los que la empresa es buena, se destaca y son las razones por las que los clientes la preferirán respecto de los competidores.

Debilidades son la contracara de lo anterior y corresponden a aquellas cuestiones que la empresa debe mejorar para no estar expuesta al ataque de los competidores o a la pérdida de mercado.

Mirar hacia afuera implica reconocer las Oportunidades y Amenazas del mercado.

Oportunidades son aspectos positivos que el mercado ofrece y que la empresa debiera estar en condiciones de aprovechar.

Amenazas son los riesgos, los peligros, que hay que tratar de evitar o superar o de los que hay que defenderse.

Mirar desde afuera significa tomar distancia para tener una visión clara de la situación que permita reconciliar Fortalezas y Debilidades con Oportunidades y Amenazas. Implica también reconocer la voz del cliente para saber si la visión de empresa que tenemos es compartida por los demás, y esencialmente por el mercado o ámbito en el que la empresa se desempeña.

Al consolidar esta triple visión estamos avanzando en la comprensión de la conducción estratégica de la empresa.

Conducir la empresa estratégicamente implica responderse a las tres preguntas básicas siguientes:

1.       ¿Dónde estamos?

2.       ¿Hacia dónde vamos?

3.       ¿Cómo vamos?

La respuesta a la primera pregunta se basa en el ya mencionado análisis FODA.

La respuesta a la segunda pregunta tiene que ver con el establecimiento de Objetivos.

La respuesta a la tercera pregunta nos habla de Estrategias.

Un esquema completo de Pensamiento estratégico es el que se presenta a continuación:

El esquema comienza con el Análisis situacional, que no es otra cosa que el análisis FODA ya presentado.

La Definición del negocio presupone definir la Misión y los Valores de la empresa.

La Definición del éxito tiene que ver con la definición de la Visión de la empresa.

Visión es un estado futuro deseado para la empresa. En las organizaciones unipersonales o familiares se la define como «el sueño del empresario», cómo se imaginó que sería la empresa que estaba fundando. Implica pensar dónde estaremos de aquí a cinco o a diez años y se convierte en una meta a lograr que define todas las acciones cotidianas para que estén en orden con esa visión.

La Misión es encuadrar a la empresa en el negocio en el que desenvolverá sus actividades, y por exclusión, en el que NO desenvolverá sus actividades.

La definición de la Misión responde a las tres preguntas siguientes propuestas por Peter Drucker en los años ’50 del siglo XX:

1.       ¿Cuál es mi negocio?

2.       ¿Cuál será mi negocio?

3.       ¿Cuál debería ser mi negocio?

Los Valores son aquellas cosas que la empresa quiere destacar como definición del perfil empresarial y que sirven para definir el perfil de los colaboradores. Es lo que la empresa premia por su presencia y castiga su ausencia. Un ejemplo típico de un valor es «trabajo en equipo». Si este fuera un valor definido en la empresa, sólo podrían tomarse empleados que supieran trabajar en equipo y descartar aquellos que no supieran hacerlo.

Objetivos es lo que quiero lograr, donde quiero llegar. Un objetivo es un punto de llegada.

En toda empresa existen múltiples objetivos, algunos de los cuales sirven de base para la consecución de otros objetivos, conformándose de este modo lo que se conoce como «cadena de medios y fines».

Estrategias son los modos de lograr los objetivos. Implican un camino, una forma de alcanzar lo que nos proponemos.

Las estrategias también son múltiples y por lo general alternativas. Esto quiere decir que para lograr un mismo objetivo existe más de una manera de hacerlo.

La parte de abajo del diagrama la dejamos de lado en este apunte porque hace a una cuestión que no está prevista desarrollar en la presente jornada.

1. Algunas cuestiones complementarias

Podemos representar la empresa en forma piramidal, como sigue:

Esta pirámide esquematiza lo que se conoce como las funciones gerenciales básicas.

La función de Orientación está directamente relacionada con el plano estratégico y es una función indelegable de la conducción superior de la empresa (CEO y Comité Ejecutivo).

La función de Gestión tiene que ver con la supervisión intermedia e implica el «hacer hacer»: esto es, proveer los recursos y llevar a cabo los controles que permitan asegurar que la empresa cumple con sus objetivos.

La función de Operación está definida como «hacer».

Todos los miembros de una organización participamos en mayor o menor medida de cada una de las funciones definidas.

Aunque la estructura piramidal es del tipo vertical, es muy importante destacar que todos los procesos en la empresa son horizontales. Esto significa que aunque la empresa esté dividida en áreas, divisiones o departamentos, es casi imposible encontrar un proceso en la empresa que no toque más de uno de esos sectores.

Un proceso es una suma de actividades. Esto significa que en prácticamente todas las actividades que se desarrollan en una organización interviene siempre más de una persona y de sectores diferentes.

Así aparece el concepto de cadena de valor. Es decir, que un proceso es una suma de actividades que agregan valor, o al menos, que debieran agregarlo.

En todas las empresas pueden identificarse actividades que agregan valor, otras que ni agregan ni quitan, y lo más importante, otras que quitan valor, que son como palos en la rueda de la actividad empresarial.

Una de las funciones de cualquier nivel de supervisión es identificar las actividades que quitan valor y destruirlas.

En auxilio de esta propuesta vienen la Teoría de la Calidad Total y la Teoría de la Calidad de Servicio.

Los cuatro principios básicos de la Calidad Total son:

1.       Cumplir con los requerimientos

2.       Trabajar con error cero

3.       Administrar mediante la prevención

4.       Medir mediante el costo de la no calidad

En términos globales, la premisa es «hacerlo bien desde el principio, y siempre».

También está presente el principio de la mejora continua, que significa que nunca nos quedamos satisfechos con la forma en que se están haciendo las cosas, porque siempre existen maneras de hacerlas aún mejor.

La Calidad Total toma una expresión práctica en la Certificación de Calidad (Normas ISO).

Los principios de la Calidad de Servicios son:

1.       Los aspectos tangibles del negocio deben mostrar la calidad del servicio

2.       Confiabilidad, que significa el cumplimiento permanente de las promesas realizadas

3.       Capacidad de respuesta, rapidez y deseo de ayudar anticipándose a las necesidades del cliente

4.       Seguridad, que significa que el cliente puede depositar su fe en nosotros y que no será defraudado

5.       Empatía, que es la relación basada en el deseo de comprender y satisfacer al cliente

La calidad de servicio implica la atención al cliente. «Cliente es todo próximo paso en el proceso» (Ishikawa). Por ello existen los clientes externos y también los clientes internos. Todos los miembros de una organización son en alguna medida clientes y proveedores de servicios, internos o externos.

Respecto de los clientes, hay un viejo axioma del marketing que establece que «cuesta cinco veces más conseguir un nuevo cliente que mantener a uno ya existente». Por eso es tan importante la calidad de servicio dentro de la cadena de valor.

Soy un cliente delicado.

No me quejo, por más que el servicio sea deficiente.

Sigo sentado tranquilamente a una mesa en el restaurante mientras veo que gente que ha entrado después que yo es servida antes.

Si en una tienda me resulta desagradable el vendedor, no digo nada.

Si algún producto o servicio que compro no está en condiciones, soy demasiado educado para llamar la atención de los demás.

De ningún modo soy el tipo de gente capaz de provocar un escándalo.

De ningún modo, puesto que soy un cliente delicado.

Pero debo decirle algo más: soy del tipo de cliente que no volverá más.


(Artículo publicado en el portal No prueben con la ignorancia. El original aquí.)

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La pintura y el cambio de óptica del individuo en la percepción de la realidad (parte II)

viernes, 22 de octubre de 2010
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Por Silvina Faga

«Las huellas que deja la lluvia sobre la playa:

huellas de sed, no de agua.

Pero no hay ni un lado ni el otro,

hay que estar en la herida, no optar por uno u otro de sus bordes»

Hugo Mujica

Habiendo terminado la entrega anterior con palabras de Hugo Mujica, decidí comenzar hoy nuevamente con algunas estrofas de su cosecha, las que de un modo poético condensan tanto lo hasta aquí desarrollado como lo que vendrá de inmediato.

Vimos cómo una cultura como la japonesa o una filosofía como el zen plasman su configuración mental, su cosmovisión, en sus representaciones «artísticas». Así recorrimos la dialéctica forma – vacío y su unidad envolvente.

Vamos ahora a encarar una visión distinta pero no tan distante, aunque la lejanía física nos lleve «al otro lado del mundo».

América precolombina, precortesiana, precolombiana…

Al mismo tiempo que daremos un giro en el tiempo y espacio geográfico, lo haremos también en el espacio y modo de representación.

Traigo entonces a colación el tema de la América precolombina, en particular el de una cultura del noroeste argentino llamada Aguada, que se desarrolló entre el 650 y 850 DC dentro de la etapa agro – alfarera, extendiéndose principalmente por las provincias de La Rioja y Catamarca.

Aguada recibe y sintetiza influencias o relaciones culturales de CiénagaCondorhuasiAlamito, presentando rasgos típicos de estas culturas anteriores.

Hacia finales del período temprano se produce en Aguada un cambio que se atribuye a relaciones internas de la comunidad y se manifiesta en la temática decorativa: comienza el predominio de la representación del felino relacionado directamente con el complejo de transformación chamánico.

Como dije anteriormente, el arte es reflejo de creencias, prácticas y valores de un grupo humano. Pero en América el arte no es premeditado como tal. Es obra de culto. Subyace un sentido sacro en las imágenes, peso simbólico, pensamientos trascendentes que expresan una cosmogonía.

Me interesa evidenciar el modo que halló esta cultura de plasmar su visión de la realidad sobrenatural y la resolución plástica que le dio. Menciono así la iconografía de  esta cultura – sucintamente, pues todavía sigue siendo trabajo de arqueólogos y antropólogos – por las denominadas imágenes anatrópicas o «split representations».

Dice Rex Gonzalez: «Se trata de imágenes en las que a pesar de la representación aparente de un sólo sujeto o figura, ésta posee en realidad un contenido doble». Dos imágenes en una, según jueguen sus elementos constitutivos de acuerdo con la dirección en que se mire.

En general son imágenes humano – felinas que tienen que ver con el complejo de transformación chamánica, rito que  todavía hoy se practica: el chamán entra en trance por la ingesta de alucinógenos o por medio de cantos. De esta manera se convierte en el espíritu que invoca, en la deidad misma, y a partir de allí adquiere conocimiento.

Por eso vemos en la iconografía de Aguada y otras culturas, hombres-felinos (especialmente), hombres-serpientes, etc.

La combinación de seres habla de esa transformación. La confluencia de atributos es la manera de representar lo sobrenatural.

La conformación de una imagen a partir de dos componentes distintos y dispares revela una consideración minuciosa del espacio (espacio, forma, relación entre formas…vacío)  consideración del todo, reflexión plástica que denota la cavilación metafísica.

Esa mirada distinta, que lleva a una representación sinérgica y en cierto modo simbiótica de los elementos constitutivos de la imagen, vuelve a encontrarse años más tarde en algunas corrientes pictóricas de Occidente del Siglo XX.

Occidente. Europa Siglo XX

Pasando entonces a Occidente en un nuevo salto espacio – temporal, dentro de las corrientes desarrolladas en el Siglo XX, hemos elegido para mostrar su visión particular a dos de los representantes del surrealismo, que tal vez hayan incluso desbordado el sentido de la misma.

El surrealismo en la pintura transgrede la realidad trastocando formas, colores y relaciones espaciales, estructurando así una imagen inventada, fantástica, aparentemente absurda.

Respecto del surrealismo dice Aldo Pellegrini: «Puede decirse que el surrealismo presenta dos caras que conforman su unidad: una es la cara que podríamos llamar afirmadora, que correspondería a la aspiración hacia un mundo dominado por la triada de la libertad, el amor, la poesía. La otra cara que podríamos llamar negadora, expresa que vivimos en un mundo dominado por principios totalmente opuestos: la coerción, la sordidez, la hipocresía. De este modo, podríamos decir que están siempre presentes en toda obra surrealista, aunque en muy distintas proporciones, un componente poético, o erótico – poético si se quiere ser mas preciso, y por el otro un elemento de denuncia directa o indirecta de la realidad presente, señalando el fundamental carácter disconformista del surrealismo, que se revela habitualmente con las características del humor.»

Y sigue: «Una obra surrealista está siempre  en conflicto con el mundo convencional regido por los prejuicios, la hipocresía y la autosuficiencia. Se opone así al prejuicio de la realidad inamovible y limitada al mundo físico para afirmar una realidad mas ampliaconstituida por la unión del mundo físico y el mundo espiritual. La obra surrealista no representa, por lo tanto una evasión de la realidad, sino una afirmación de esta realidad en una concepción total. »

Hay que tener en cuenta una diferencia que han destacado los surrealistas: la diferencia entre lo imaginario y lo imaginado. Lo imaginario es activo, tiene una intención, transforma al mundo, y en consecuencia nos transforma; lo imaginado es pasivo, no tiene ninguna intención, todo queda como estaba. El surrealismo es por sobre todo un arte de lo imaginario…»

Por ultimo: «El acento que el surrealista coloca sobre lo instintivo y espontáneo explica su interés por las manifestaciones artísticas al margen del acervo de la tradición cultural: arte de los niños, de los artistas ingenuos, de los locos, de los pueblos salvajes. Y aquí cabe aclarar que para los surrealistas la belleza no es un factor aquietante sino inquietante; es decir que en una obra surrealista domina un elemento perturbador. Podría decirse que toda obra surrealista incomoda y desacomoda al espectador desprevenido, lo arranca de su falsa seguridad, le rompe sus esquemas convencionales

Solo  voy presentar a sus máximos representantes, pues sus imágenes hablan con un lenguaje mas familiar para nuestro ojo.

René Magritte – (1898-1967). Pintor Belga. Su propuesta pictórica es la de sugerir organizaciones distintas de la realidad. Es una pintura conceptual. Cuestiona el orden establecido y consagrado de la realidad para liberar el espíritu, para pensar de un modo distinto al usual, utilizando la mirada como instrumento de conocimiento. Para que lo cotidiano «grite» es necesario alterar el orden de sus relaciones habituales. Emplea entonces diferentes recursos, como:

– La modificación de las dimensiones / escalas de los objetos que toma de la realidad cotidiana, mostrando un juego de relaciones desconcertantes, donde los objetos ocupan unos espacios que no le son propios ni por ubicación ni por tamaño.

La descontextualización de los objetos: ponerlos donde nunca se los encontraría (un busto, un instrumento musical o una silla «colgados» del cielo)

– La modificación de la ubicación de los objetos (una roca «levitando» en lugar de estar apoyada en el sólido suelo)

Entre otras ambigüedades como los temas «El imperio de las luces», donde con un cielo claro el paisaje se llena de sombras y la única luz se obtiene de un farol encendido, o «Caballetes frente a la ventana», en donde la tela del cuadro se confunde con el paisaje en sí mismo, y la cúpula de la torre se asemeja al camino que se pierde a lo lejos

Pictóricamente, desde lo técnico, la factura no tiene mayores improntas, no ahondó en el  tratamiento (color, textura, línea); es gráfico (se dedicó al diseño muchos años).

Salvador Dalí – (1904-1989). Figueras,  España.

Dalí propone objetivar y sistematizar el delirio, manteniendo así la vigencia del sueño en la vigilia, llamando a esto «el método paranoico – crítico».

Organizar las propias obsesiones y deseos para utilizarlos de material artístico.

El surrealismo revela una realidad diferente (para desacreditar la realidad establecida). Dalí la explora, la organiza, ayudando a conocerla.

Sus aportes no son técnicos, aunque a diferencia de Magritte, Dalí fue un eximio dibujante y maestro en la pintura tradicional (estudió profundamente a Velázquez, Vermeer, Miguel Angel y Arcimboldo).

Imágenes dobles: Comienza con este recurso de dobles lecturas desde 1929 con «El hombre invisible», mostrando la relatividad del mundo de las imágenes. Vemos también la factura impecable de «El gran paranoico».

par

Otro tipo de imágenes dobles son las cabezas humanas que son muebles o interiores arquitectónicos.

Entre otras cosas Dalí compuso muchos de sus cuadros con objetos sin relación para la pintura tradicional (al igual que Magritte). Es el caso de Gala con chuleta. El decía: «Me gusta Gala, me gusta la chuleta, no veo ninguna razón para no pintarlas juntas»

Cambio, representaciones, vacío, dualidad,  realidad, conciencia, visión, desestructurar,  otra realidad… Palabras que se repiten, conceptos que hilvanan, que van mas allá de búsquedas estéticas, técnicas, tiempos… Dejando la puerta abierta, sólo queremos recordar la frase de Paul Klee: «El arte no reproduce lo visible; hace visible

Bibliografía:

Arte y estructura. Alberto Rex Gonzalez.

Silabario de la decoración americana. Ricardo Rojas

Aguada . Florencia Kush /Ines Gordillo

Diseño precolombino. Cesar Sondereguer.

Escultura y cerámica del México antiguo. Paul Westheim

Surrealismo en la argentina. Catalogo de la exposición N° 46 del centro de artes visuales del Instituto Torcuato Di tella- 1967

Dali Dali Dali. Ed. Atlantis

Grandes pintores del siglo XX. Salvador Dali Ed. Globus

Grandes pintores del siglo XX. René Magritte. Ed. Globus


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