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DE LÍDERES Y SEGUIDORES (en busca de los equipos de alto rendimiento)

martes, 26 de enero de 2010

Por: Mariano Ramos Mejía

3d people team work

Todos somos líderes o seguidores, o dicho de otra manera, todos hemos actuado, actuamos y actuaremos en el futuro en uno o en ambos roles, y muchas veces de manera simultánea. Por lo tanto, todos deberíamos tener una opinión, mas o menos general, de lo que significa ser un líder, cual es el tipo de líder al que respetamos y a cuál no, y una idea de lo que pretendemos conseguir en la relación con los demás.

El liderazgo es un ejercicio de poder. Pero debe estar basado en el respeto por aquellos sobre los que se ejerce influencia, o dicho de otra forma, en aquellos que posibilitan que ese liderazgo exista, permitiendo que se ejerza influencia sobre ellos. Este es el primer paso en el ejercicio del liderazgo, el ejercicio de influencia sobre los seguidores que lo admiten.

Por lo expuesto, no existe un líder si no existen seguidores. Y estos mostrarán características diferentes, de acuerdo a la forma en que esa influencia se ejerza sobre ellos. Sobre la base de todo esto podemos decir, parafraseando el conocido dicho: “Dime que seguidores tienes, y te diré el tipo de líder que eres”.

Un planteo diferente sería preguntarse por qué razones las personas admiten ser seguidores de un tipo de líder en particular.

Como liderazgo es ejercicio de poder, muchas veces es confundido con autoridad, por lo que un puesto o cargo determinado, en algunas circunstancias se entiende conlleva el rol de líder. Ojalá fuera tan fácil, sin embargo. Mientras que la autoridad significa obediencia, e implica premios y castigos basados en una estructura jerárquica, el liderazgo es una aceptación por parte de los seguidores de determinadas condiciones que el líder posea o ostenta, y que hace que ellos le permitan conducirlos.

En el ejército, por ejemplo, se respetan los símbolos de poder (el cargo) independientemente de las personas que los ostentan. Los soldados cumplen a rajatabla las órdenes de cualquiera de sus oficiales, aun cuando no los conozcan personalmente. Cuando se pretende dirigir una organización basándose solamente en la autoridad formal se corre el riesgo de generar una dirección autocrática que caiga en la inflexibilidad y la arrogancia, y se vuelva con el tiempo incapaz de conseguir resultados.

Al relacionar exclusivamente el liderazgo con la posición jerárquica, y esta con el poder, aparece casi cómo lógico que muchos seguidores pretendan generar una relación especial con su líder, para que este los proteja y ellos puedan sentirse “especiales” o mejores que el resto. En muchos liderazgos políticos, y aún en algunos liderazgos organizaciones, por ejemplo, los seguidores “creen” o “pretenden creer” ciegamente en las condiciones de sus “líderes” por la misma necesidad de un “padre” que los proteja y les evite el problema de tener que enfrentarse cara a cara con problemas que no están en condiciones de resolver, lo que equivale a considerar a su líder en un ser con poderes que les están vedados al común de las gentes, que pueden hacer cosas que ellos no pueden hacer.

Lamentablemente, esto muchas veces es provocado por el mismo líder que prefiere fomentar esa situación para aumentar la dependencia de sus seguidores con él mismo. Con el tiempo, las consecuencias de esta situación son las de que el líder llega a creerse infalible, se convierte en inflexible, y cuando los inevitables cambios en las condiciones externas se presentan se resisten a cambios en el statu quo. Y lo que no es flexible, termina por quebrarse.

Por otra parte, está el caso contrario, en el que los seguidores, toleran solamente a sus líderes por el supuesto ejercicio de poder y autoridad, y secretamente los desprecian por ese hecho y rechazan sus habilidades y conocimientos. No es raro que en las organizaciones donde se dan estas características, estos seguidores desconfían y descreen hasta de sus propios compañeros, lo que genera un ambiente que se torna insostenible en el tiempo. Esto ocurre también porque la organización a través del líder no ha sabido o no ha querido explicar su propia visión de la realidad, si es que la tiene, y demuestra incapacidad de operar circunstancias o personas como no sea a partir de una autoridad despótica en algunos casos o la total ausencia de autoridad, en otros.

Los gerentes que deben liderar equipos de alto rendimiento tienen que estar dispuestos a desafiar frente a sus seguidores la autoridad “aparente” derivada de su posición jerárquica, sus conocimientos, estudios o lo que fuera, y profundizar su autoridad personal, basada en sus reales capacidades y en su particular forma de percibir la realidad y transmitir esa percepción. El líder tiene que poder crear una relación con los seguidores que les facilite realizar su contribución a la empresa, permitiéndoles poder desarrollarse como mejores seres humanos, utilizando de la mejor manera sus capacidades actuales, pero también aprendiendo nuevas. Esto también significa que los seguidores deben superar tanto su excesiva dependencia de la autoridad formal cómo el desprecio y la hostilidad hacia ella.

Quiere decir que entonces que los seguidores deben permitirse expresar su propia opinión, aún desafiando los paradigmas vigentes hasta ese momento en la organización. Por supuesto, el líder debe garantizar y promover esa libertad de opinión aunque cuando desafíe su propio poder, y esto va a ocurrir solamente cuando esté convencido que los aportes de todos pueden mejorar el logro de los objetivos del grupo. Cuando esto se alcanza, estamos frente al segundo paso en el desarrollo del liderazgo, la integridad del líder que es reconocida por los seguidores lo cual aumenta su influencia sobre ellos.

Esta responsabilidad e integridad del líder tiene que ver también con hacer consciente en sus seguidores la distinción entre simples ideas y soluciones concretas, para que sean capaces de encontrar las mejores respuestas, las que sean más eficaces para la consecución de los objetivos. Cuando el líder alcanza resultados a través y en conjunto con sus seguidores, estamos frente al tercer paso en el desarrollo del liderazgo, y se cierra el primer círculo, el líder transforma su visión de la realidad en acciones concretas de sus seguidores, y el conjunto genera resultados concretos.

El paso siguiente es aquel en el cual el líder debe desarrollar y mejorar los conocimientos, destrezas, hábitos y actitudes de sus seguidores. De pretender detentar el poder pasa a hacer surgir el poder de cada uno de sus seguidores para resolver situaciones concretas y los prepara para cambiar los paradigmas vigentes hasta el momento. Con esto consigue la satisfacción personal de sus seguidores, y estos reconocen y valoran esta situación.

Al desarrollar y promover a las personas el líder esta formando líderes, o en otras palabras, está desarrollando la capacidad de las personas para actuar cómo líderes cuando sea necesario. Este es el último y el mas alto de los pasos en el desarrollo del liderazgo, y los líderes que lo consiguen trascienden su papel de conductores y se transforman en formadores, y la autoridad que practican está basada en el reconocimiento de sus anteriores seguidores, que han dejado atrás las antinomias y los recelos, y se sienten protagonistas del desarrollo de un proyecto que les pertenece.

Cuando esto se consigue empezamos a observar equipos de trabajo consustanciados con el logro de los objetivos que les son comunes, y en los cuales puede existir un líder claramente determinado, aún con atributos jerárquicos, pero también existir el llamado liderazgo situacional, mediante el cual esa posición es rotativa en virtud de las mejores capacidades de cada uno de los miembros del equipo frente a situaciones determinadas. Todo esto significa una mutua lealtad y apoyo entre los líderes y los seguidores.

Las organizaciones que aprenden de su realidad y son capaces de reconvertirse ante los cambios en el contexto, son aquellas capaces de redefinir la relación existente entre los líderes y los seguidores.

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  1. viernes, 22 de octubre de 2010 a las 18:39 | #1

    Muy interesante Mariano.

    Estoy bastante de acuerdo en todo lo escrito. Si bien yo le daría una vuelta de tuerca más.

    Aunque la comunicación-influencia entre líder y seguidores es bidireccional, creo que son los seguidores los que influyen en el líder. Son ellos los que buscan un líder y le moldean a su gusto.

    Creo firmemente en el peso de los seguidores. En un equipo son los seguidores los que empujan al líder y no al revés. Es como un rebaño de ovejas: la que va primera avanza porque la empujan las demás y la última avanza porque cree que la primera guía.

    Todos tenemos los líderes que nos merecemos. El mérito o demérito recae en los seguidores.

    Cada vez que oigo algo sobre el éxito de un líder no puedo evitar recordar el mérito de los seguidores.

    NOTA: Dado el interés que considero que tiene este post me gustaría, con su permiso, difundirlo en mi blog http://alex-elusodesimismo.blogspot.com/ citando perfectamente este lugar y su autor.

    Un saludo y gracias de antemano

    http://alex-elusodesimismo.blogspot.com/search/label/Liderazgo

  2. domingo, 24 de octubre de 2010 a las 19:21 | #2

    Gracias, Alex, por los comentarios.
    No estoy tan seguro de que los seguidores moldeen al líder en todos los casos, aunque es posible que así sea si estamos hablando de empresa y de equipos claramente constituídos. Lamentablemente en otros ámbitos, por ejemplo en política, muchas veces hay una utilización de los seguidores por parte del líder.
    Si es cierto que todos tenemos los líderes que nos merecemos, y en eso coincido ampliamente contigo en el papel definitorio de los seguidores.
    Por supuesto que me encanta que utilices el post en tu blog, lo mismo que cualquier otro de este blog que te interese y te resulte de utilidad.
    Un abrazo, y estamos en contacto

  3. ALEXANDRO YBARRA
    lunes, 25 de octubre de 2010 a las 15:46 | #3

    Muy interesante Mariano,el Lider y sus Seguidores, LOS EQUIPOS DE ALTO RENDIMIENTO SE LOGRAN,HACIENDOLES VEER A LOS GRUPOS TODAS SUS CUALIDADES,ADEMAS DE LO QUE TODO LO RECOMENDADO DE TU PARTE

  4. lunes, 25 de junio de 2012 a las 14:21 | #4

    Muy interesante y muy de acuerdo con lo que expones, líderes y seguidores se retroalimentan (además de ser roles que alternamos en nuestro día a día). Me ha gustado especialmente la frase de “Dime que seguidores tienes, y te diré el tipo de líder que eres” (aunque hay no-líderes, simplemente jefes, que no es que les sigan, es que tienen el mando y abusan de él).

    Sólo me ha sorprendido una cuestión, si te he comprendido bien y es que a lo que tú llamas «poder», yo lo califico de autoridad y a lo que llamas autoridad, yo lo denomino «poder». Te digo porqué, bajo mi perspectiva cuando hablo de poder lo relaciono con el poder que da un cargo, frente a la autoridad que lo relaciono con «autoría», «autor». El jefe ejerce el poder de su cargo, frente al líder que emana autoridad porque convence con argumentos, además de con el ejemplo.

    Por lo demás, muy en la línea de lo que es la vía del management que todos deseamos.

    Saludos y buena semana,
    Mercedes

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