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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 4. Moderatto (sexta entrega)

domingo, 24 de junio de 2012
Comentarios desactivados en La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 4. Moderatto (sexta entrega)

Por Héctor A. Faga

En la entrega de hoy comenzaremos el abordaje del cuarto paso del Mantenimiento del factor humano, que es el de Evaluar.

¿Qué es lo que debemos evaluar en nuestra organización con relación a quienes prestan servicios en la misma?

Hay cuatro elementos fundamentales sobre los cuales es necesario desarrollar juicios de valor, que son:

  1. Las tareas o funciones
  2. Las personas en sí mismas
  3. El desempeño de las personas y los resultados alcanzados
  4. El potencial de las personas

Los cuatro elementos pueden ser valorados a través de diversos sistemas de evaluación, tales como la Descripción y el Análisis de las funciones, la comparación y Categorización de las mismas, el Sistema de Evaluación de Desempeño conocido como PMS (“Performance Measurement System”) y otros por el estilo.

Profundicemos ahora en el primero de los elementos mencionados.

1.   Evaluación de la tarea o función

Toda organización debe contar con una descripción escrita de las funciones a ser realizadas por las personas dentro de la misma.

Esta descripción permite que cada uno sepa lo que debe hacer, lo que se espera de él y cuáles son los resultados a alcanzar, y facilita la evaluación de cada puesto dentro del organigrama.

En toda tarea o función, los aspectos fundamentales a evaluar son:

  1. La complejidad y el nivel de la tarea a desarrollar (variedad de temas a atender, dificultad de los mismos, pluralidad de los recursos a aplicar, impacto en los resultados finales, etc.)
  2. Los requerimientos que plantea y los recursos necesarios para que pueda ser ejecutada satisfactoriamente (conocimientos, habilidades, experiencia, know how, autonomía, nivel de decisión, etc.)

Ambos aspectos de la tarea determinan en conjunto el rango de remuneraciones a ser abonadas a las personas a cargo de la misma.

Obviamente, a tareas más complejas o exigentes les corresponden remuneraciones más altas, descendiendo el nivel de la retribución a medida que disminuyen los requerimientos que plantean.

Esta valorización facilita conseguir en el mercado las personas hábiles para llevarlas a cabo, y entusiasma a quienes no tienen las habilidades para hacerlo a capacitarse para lograr ejecutarlas e incrementar sus respectivos niveles de ingresos.

Permite también clasificar las funciones en Categorías, comparar los diversos puestos entre sí y clasificarlos dentro de aquellas, asignando a las categorías escalas de remuneración que contemplen los valores mínimos, intermedios (“cuartiles”) y máximos de cada función, logrando de este modo una grilla que facilite una adecuada administración de las remuneraciones.

Esta grilla debe ser construida teniendo en cuenta cuestiones tales como la equidad interna entre las remuneraciones definidas para cada puesto, como también la competitividad respecto del mercado.

Para determinar las Categorías y los puestos a incluir en ellas, la mayor dificultad consiste en encontrar atributos comunes a todas las categorías o que permitan una razonable comparación (“variables clave”, competencias o “milestones”), dada la diversidad de factores concurrentes a la conformación de cada descripción de tareas o funciones.

Debido a ello, muchas veces es necesario identificar atributos complementarios que permitan compensar la importancia relativa de algunos de ellos con la existencia de otros.

A título de ejemplo, la competencia “Manejo de personal” haría que todos los puestos con personal a cargo tengan una categorización superior a los que no lo tienen.

Este atributo se compensa por ejemplo con el de “Educación formal” o “Experiencia”, ya que un puesto que no tenga personal a cargo pero requiera un profundo profesionalismo, puede ranquear de modo similar a aquel.

Obviamente, un puesto que presente ambos requisitos tendrá un ranking mayor que el que requiera sólo uno de ellos.

Algunos ejemplos de competencias (extraídos de un caso práctico realizado en una empresa) son los siguientes:

  1. Acceso a información confidencial
  2. Responsabilidad patrimonial
  3. Riesgo personal
  4. Manejo de personal
  5. Aptitud para comunicarse / relacionarse con el contexto
  6. Grado de participación en el planeamiento estratégico de la empresa
  7. Autonomía en las decisiones / acciones no perentorias
  8. Perentoriedad en las decisiones / acciones
  9. Capacidad de negociación
  10. Educación formal o experiencia
  11. Capacidad de análisis
  12. Disponibilidad horaria

La determinación de competencias esenciales como las listadas debe hacerse teniendo en consideración los “Factores clave del éxito” de la respectiva organización.

Cada Categoría de la grilla tiene una remuneración mínima y una remuneración máxima, que marca la posible carrera de una persona en el tiempo, bajo la suposición de que no recibe promociones que la cambien de categoría y termine su carrera jubilándose dentro de la misma.

A esos efectos, la diferencia entre los cuartiles cuarto y primero de cada categoría debe tener una amplitud suficiente como para permitir la movilidad del personal dentro de ella a lo largo de una vida laboral.

A su vez, la diferencia entre categorías también establece un diferencial, en el cual la máxima remuneración de la categoría más baja es mayor que la mínima remuneración de la categoría más alta, ubicándose alrededor de la mitad de ésta.

Para mover a las personas dentro de la categoría o determinar su pase a una categoría superior o inferior, se consideran algunos elementos como la edad, la experiencia, la antigüedad en la empresa, la antigüedad en el puesto, el desempeño y otras consideraciones por el estilo.

En la siguiente entrega desarrollaremos la temática de la evaluación de las personas en sí mismas.

Hasta la próxima.

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 4. Moderatto.

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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 4. Moderatto (quinta entrega)

lunes, 30 de enero de 2012

Por: Héctor A. Faga

En la entrega de hoy vamos a tratar otro tema  conectado con las acciones de Mantenimiento del factor humano, y más específicamente con el paso referido a Orientar/Guiar, que es el correspondiente a la herramienta conocida con el nombre de Storyboard.

El Storyboard es una herramienta de Planificación y Control que permite alinear los objetivos globales de la organización con los específicos de los sectores y personas en forma individual, y establecer estrategias y planes de acción para alcanzar las metas y propósitos establecidos.

Los pasos para la confección de un Storyboard son los siguientes:

1.   Objetivos de la Organización

El primer paso consiste en establecer claramente los Objetivos de la Organización.

Necesitamos saber para dónde va la Organización, hacia dónde apunta, cuáles son las grandes metas y propósitos para el año en curso.

Esta es una tarea clave típica de la Dirección Superior, que resulta indelegable a otros sectores o niveles de la empresa.

Por lo general, el Comité Ejecutivo de la empresa se “recluye” en algún lugar donde puede trabajar sin interrupciones –entre uno y tres días- y establece los tres a cinco Objetivos que dirigirán las acciones durante el año que se está planificando.

Estos Objetivos luego son “bajados” (comunicados) a los niveles inferiores para que cada sector pueda establecer sus propios Objetivos, en consonancia con aquellos.

2.   Objetivos sectoriales (Divisionales, Departamentales, etc.)

Sobre la base de los Objetivos generales definidos, cada sector alinea los suyos propios a aquellos.

El tipo de pregunta a responder para establecerlos es: ¿Cómo ayudará el sector a la Organización a lograr sus Objetivos anuales?

Esta forma de trabajar “en cascada” tiene por objeto que las acciones realizadas por cada sector contribuyan al logro de los Objetivos generales establecidos, evitando tareas que no tengan que ver con los propósitos perseguidos, o peor aún, que se opongan a aquellos.

3.   Objetivos personales (individuales)

Siguiendo hacia abajo con el “derrame” de objetivos, lo siguiente es establecer los correspondientes a cada persona dentro del sector.

La pregunta a responder en este caso es: ¿Cómo yo, desde mi cargo, coadyuvaré al logro de los Objetivos del sector, y por ende, a los de la Organización?

4.   Revisión en Equipo

El paso que sigue a continuación es la revisión en equipo de los Objetivos establecidos.

Las preguntas a responder son:

  • ¿Están estos Objetivos individuales bien alineados y en consonancia con los Objetivos sectoriales?
  • Estos Objetivos, ¿están bien definidos como Objetivos o son funciones propias del cargo?
  • ¿Qué prioridad tiene cada uno de los Objetivos definidos: “A” (de supervivencia); “B” (críticos); “C” (importantes)?

5.   Planeamiento

El paso siguiente es el correspondiente a la Planificación; es decir, a la formulación de Planes de Acción.

Un Plan de Acción contiene aquellas cosas que cada uno debe hacer (los grandes pasos) para alcanzar los Objetivos.

En esta etapa se listan las estrategias alternativas que permitirían alcanzar los Objetivos (formulaciones generales) y se describen los planes que hacen posible las estrategias (formulación detallada).

a.   Establecimiento de Responsables

Dentro del Plan de Acción, un primer paso es definir quiénes serán los Responsables de cada acción o paso a dar.

Primero se define el Líder o Responsable único de cada Objetivo, y a continuación se determinan los apoyos necesarios para que éste pueda ejercer su liderazgo de manera eficaz (asesores, especialistas, etc.)

b.   Indicadores de Avance

Para cada Objetivo, Estrategia o Acción se definen ciertos indicadores que permitan realizar un seguimiento y confirmar que se está avanzando apropiadamente en la consecución del Objetivo.

c.   Recursos requeridos

Adicionalmente, se establecen cuáles son los Recursos de todo tipo que los Objetivos, Estrategias y Planes requieren para ser llevados a cabo.

Los Recursos pueden ser de diverso tipo: humanos, económicos, financieros, productivos, de marketing, de información, de tiempo, de capacitación, de colaboración o participación, etc.

d.   Plazos

El siguiente paso tiene que ver con el establecimiento de Plazos para la realización de las tareas y la consecución de los Objetivos.

Los Plazos están íntimamente relacionados con los compromisos que las personas (responsables) adquieren para que los Objetivos puedan ser alcanzados.

Los Plazos pueden ser medidos en días, semanas, meses, trimestres o incluso semestres.

Es importante verificar si existen o no Objetivos previos (pre-requisitos) que puedan limitar las fechas de cumplimiento de los primeros.

En este punto cabe la mención a la existencia de un software de Office (debe haber otros de distinto origen) llamado “Project” que facilita la coordinación de los diversos pasos que hay que cumplir antes de llegar a una u otra acción.

También se impone la mención a los conceptos de “Camino crítico” y “Cuello de botella”, que son restricciones a ponderar al momento de planificar.

Se conoce como “Camino crítico” a aquel que indefectiblemente debe recorrerse para que toda la secuencia del Plan sea ejecutada; es decir, las tareas ligadas por relaciones de prelación que no pueden ser salteadas y cuya duración determina los plazos del Plan o Proyecto como un todo.

Se conoce como “Cuello de botella” aquellos recursos por los que diversas acciones puedan entrar simultáneamente en competencia en algún momento, que por tener distinta velocidad de realización, pueden demorar o alargar el Plazo del Plan o Proyecto como un todo.

Los Plazos se utilizar para determinar las fechas:

  • De comienzo de una acción
  • De terminación de una acción
  • De revisión del estado de avance de las tareas

6.   Seguimiento

Concluida la tarea de Planeamiento, comienza la de Seguimiento.

Dentro de ésta encontramos los siguientes pasos:

a.   Control de Inicio

El Control de Inicio es la fecha en la que realmente comenzó una determinada acción.

Esta fecha puede ser distinta a la originalmente planeada, e incluso anterior a aquella.

b.   Estado de Avance

El Estado de Avance (“Status”) surge del control que se realiza sobre la forma en que cada tarea se está llevando a cabo, en contraste con los Plazos previstos.

Periódicamente (mensualmente, o en las fechas de revisión definida para cada acción), se revisan los avances producidos en cada acción y se registra el estado de cada una de ellas.

c.   Control de término

De resultas del seguimiento de cada acción, se determina el momento en que cada una de ellas alcanzó los propósitos perseguidos.

Estas fechas se comparan con los plazos previstos para verificar si el Plazo general del Plan o Proyecto podrá permanecer sin cambios o si debe ser modificado (en el caso de que la tarea demorada forme parte del Camino crítico o exceda los plazos previstos para alguna tarea dentro del Camino Crítico, ya que en este caso es posible que por la dilación, se haya determinado un nuevo Camino Crítico distinto al originalmente previsto.

d.   Visto Bueno (V° B°)

Es la confirmación definitiva de cuándo una tarea efectivamente concluyó o un Objetivo se alcanzó en forma satisfactoria.

Todos estos datos se vuelcan en una planilla –puede ser un Excel o el mismo Project – similar a la que se muestra a continuación.

Parte izquierda de la planilla

Parte derecha de la planilla

 

 

Con esta breve explicación hemos dado un panorama de los contenidos y funcionamiento del Storyboard.

En la siguiente entrega hablaremos del cuarto paso del Mantenimiento del Factor Humano, que es el correspondiente a Evaluar.

Hasta la próxima.

Héctor.

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 4. Moderatto.

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El cambio (novena entrega)

martes, 3 de enero de 2012
Comentarios desactivados en El cambio (novena entrega)

Por Héctor A. Faga


Después del paréntesis impuesto por haber compartido con ustedes el artículo “El futuro del planeta y los niños de hoy” escrito por el investigador, sicólogo y sicoterapeuta Luis Sánchez González, en la presente entrega retomo el desarrollo de la temática haciendo centro en otro aspecto clave del desafío del cambio, que es el relativo a la adaptación.
La actitud personal frente a un cambio puede tener tres tipos de respuesta.
Se puede ser:
1. Hipercrónico, lo que significa anticiparse a los cambios y hasta eventualmente generarlos, siendo “factores de cambio”
2. Sincrónico, lo que quiere decir acompañar más o menos “pari passu” a los cambios, o
3. Anacrónico, implicando que siempre se va más atrás de los cambios, muchas veces aceptándolos a regañadientes
Más allá de las peculiaridades de cada situación, en general es válido decir que “todo proceso de cambio hace necesaria, más tarde o más temprano, una actitud de adaptación”.
La adaptación es una respuesta que proporcionamos al desafío del cambio una vez que lo hemos percibido y aceptado, que nos lleva a convivir de la mejor manera posible con las nuevas circunstancias devenidas a partir de él.
Esa actitud suele condicionar y definir nuestra conducta, como así también las consecuencias que obtenemos a partir de la misma.
Veamos el siguiente chiste (¿chiste?) dibujado por el gran maestro Quino, quien nos presenta precisamente la cuestión de un modo relativamente humorístico pero con un profundo sentido vital.

La adaptación es un proceso de aprendizaje, y como tal, presupone una modificación de la conducta.
Adaptarse es desaprender lo viejo para aprender lo nuevo.
Es decir, dejar espacio en nuestro “disco rígido” para que entren los nuevos conceptos y actualicen los viejos conocimientos.
Desde esta perspectiva, la adaptación abona dos aspectos clave de nuestra formación, a saber:
1. Enriquece nuestra experiencia, a partir de la “humildad” de reconocer lo que no sabemos e incorporarlo a nuestro bagaje intelectual y vital, y
2. Ayuda a que pasemos a un nuevo estadio de madurez
Hay quienes dicen que ADAPTACIÓN es sinónimo de MADUREZ, y seguramente así lo es.
Pero cuidado, muchas veces “la madurez es el estado anterior a la putrefacción”.
Veamos el siguiente cuento – cuyo autor desconozco – pero que ilustra este punto.
“Una pequeña manzana, jugosa y colorada, se cayó del manzano de donde estaba colgada, yendo a parar de golpe al suelo. Al ver esto, todas las manzanas que permanecían colgadas, se echaron a reír a carcajadas. La manzanita caída, visiblemente molesta, las increpó diciendo: ¿De qué se ríen? … Inmaduras”.

Por otra parte, mucha gente se resiste a la madurez, en un intento de permanecer – o parecer – siempre joven.

Son los que sufren el síntoma conocido como “síndrome de Peter Pan”.

Y así vemos gente desubicada, a la que la postura adoptada “le queda mal”, como al sexagenario que se viste y comporta como un veinteañero o a la mujer de la tercera edad que, cirugías mediante, muestra un rostro radiante, que suele no coincidir con el resto del cuerpo.

¿No leyeron los eufemismos que hoy día se utilizan para hablar de la vejez? “Tercera edad”, “Senectud”, “Madurez”… ¡Como si ser viejo fuera un pecado!
Por ello, mucha gente no vive con madurez cada etapa de la vida, sino que se encuentra detenida en alguna de ella, logrando una “vida incompleta”.
El desafío del cambio consiste en pasar de la estabilidad del muelle, que nos permite pisar seguros, pero que no nos lleva a nuevos horizontes, a la inestabilidad del bote, que por lo mismo que se mueve, nos acerca al horizonte.
Y adaptarse significa “querer subirse al bote”, aunque uno no sepa remar o ni siquiera nadar.
Es aquí cuando la adaptación, además de una actitud, se convierte en una aptitud, que puede estar en y con nosotros o que debemos adquirir.
Para lo cual es necesario tener un adecuado conocimiento de uno mismo, saber cómo cada uno es.
¿Quieren ustedes saber si son personas adaptables?
Tomen un lápiz o lapicera y un papel en blanco y sigan atentamente las instrucciones que les paso a continuación. No comiencen a leer el test hasta tener en sus manos el lápiz y el papel.
Luego cuéntenme cómo les fue mandándome un mail a hacheaefe@gmail.com y yo me comprometo a responderles.
Los espero.
Hasta la próxima.
¿ES USTED UNA PERSONA ADAPTABLE?

Muchas veces pensamos que hacemos exactamente lo que se nos pide, para luego darnos cuenta de que en realidad hacemos sólo lo que nosotros creemos que nos están pidiendo, y así aparecen los problemas. Además, por lo general tenemos vergüenza de exponernos públicamente cuando se nos solicita que hagamos algo que no estamos acostumbrados a realizar. Ahora tiene la oportunidad de comprobar su actitud con el presente test que le indicará cuál es su comportamiento en este sentido.
HAGA EXACTAMENTE LO QUE SE LE INDICA. NO HAGA NINGUNA PREGUNTA POR NINGÚN MOTIVO. NO HABLE CON NADIE. ASEGÚRESE DE MANTENER SU VISTA EN LA HOJA. TIENE DOS MINUTOS PARA HACER LO QUE SE LE PIDE. NO USE MÁS DE ESE TIEMPO. ¿PREPARADO? ALLÁ VAMOS.
1. Lea todo antes de hacer nada. Proceda con sumo cuidado.
2. En su hoja en blanco trace un rectángulo en la parte superior izquierda de la hoja y otro en la parte superior derecha.
3. En el margen izquierdo de la hoja numere los renglones del 1 al 20, de uno en uno.
4. Ponga su nombre y apellido en el recuadro de la esquina superior derecha de la hoja.
5. Trace un círculo sólo alrededor de su nombre.
6. Encierre en un círculo cada uno de los números de las indicaciones anteriores.
7. En el punto 7 anote la fecha exacta de su nacimiento.
8. Aunque esté solo en su casa u oficina, párese delante de su silla y dé tres palmadas.
9. En el punto 9 de su hoja dibuje la cabeza de un perro. No importa si no dibuja muy bien. Lo importante no es la calidad del dibujo sino la interpretación que se le puede dar a su dibujo.
10. Firme con su nombre en el recuadro de la esquina superior izquierda de la hoja.
11. Párese y siéntese una vez.
12. En el punto 13 escriba la palabra EXACTO.
13. Multiplique 703 x 1.850 y ponga el resultado en el punto 14.
14. Sume 1.040 más 1.040. Ahora súmele 10. Ahora súmele 10 más. Ponga el resultado en el punto 15.
15. Extienda el brazo DERECHO y abra y cierre la mano tres veces seguidas.
16. Repase los números anteriores y subraye el que más le costó realizar.
17. Si piensa que hizo todo correctamente hasta este punto, escriba “TODO LO HE HECHO CORRECTAMENTE” en el punto 18.
18. Cierre los ojos un par de segundos y cuente hasta quince en voz baja.
19. Ahora que ya terminó de leer cuidadosamente el presente test, haga únicamente lo que dice el número 3.

De la misma serie en este blog:

La Visión de la Realidad

El Cambio (primera entrega)

El Cambio (segunda entrega)

El Cambio (tercera entrega)

El Cambio (cuarta entrega)

El Cambio (quinta entrega)

El Cambio (sexta entrega)

El Cambio (séptima entrega)

El Cambio (octava entrega)

El futuro del planeta y los niños de hoy

Otros post sobre el tema:

Cambio Organizacional (Change Management)

EL CAMBIO

La receta para orientar el negocio en la crisis

Cómo superar las cuatro etapas de resistencia al cambio 

¿Por qué las organizaciones se resisten tan activamente al cambio? 

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El futuro del planeta y los niños de hoy

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Dentro de la temática del cambio que vengo desarrollando, hoy quiero abrir un paréntesis en la exposición de mi propio discurso y compartir con ustedes el siguiente texto que me llegó vía Internet.

Espero que les resulte interesante como me resultó a mí.

Héctor A. Faga

EL FUTURO DE NUESTRO PLANETA Y LOS NUEVOS NIÑOS DE HOY

Por Luis Sánchez González

Ya no nos cabe duda alguna de que nuestro mundo está inmerso en una oleada de cambios espectaculares.

Los últimos decenios nos han traído un enorme conjunto de transformaciones como nunca antes se habían dado en la historia conocida de la humanidad.

Esto nos llena de esperanza a muchos, pues los avances en la comunicación y la tecnología han conseguido que muchas barreras individuales, sociales y culturales vayan desapareciendo, y de este modo va surgiendo una conciencia más global, más planetaria.

Sin embargo, todos estos enormes cambios también generan unos temores de grandes proporciones en muchas personas, pues basan su seguridad en que todo se mantenga con el mismo esquema en el que viven y piensan que todo lo nuevo no traerá sino desgracias y pérdidas de sus valores, formas de vida y bienes materiales; haciendo caso a aquel pesimista refrán popular que dice «Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer».

De este modo dan la espalda al funcionamiento auténtico de la naturaleza y, por tanto, de la propia vida: todo es un fluir continuo, todo está en constante cambio y transformación.

No hay más que observar un poco el bosque, el mar, la montaña o el desierto para darse cuenta de esta verdad.

El filósofo presocrático Heráclito afirmaba aquello de «Todo fluye y nada permanece. Nunca te bañarás dos veces en el mismo río».

En los últimos meses los medios de comunicación y los ciudadanos de a pie están hablando y comentando mucho acerca de lo que se denomina el «cambio climático».

Y es cierto que todos estamos tomando conciencia de que el clima es diferente y que cada vez más se están produciendo fenómenos meteorológicos extraños y radicales.

De hecho, existen datos que corroboran esta apreciación:

* La actividad volcánica ha tenido un crecimiento del 500% desde 1875 (dato del Smithsonian Institute, de su catálogo «Volcanes en el mundo»).

* Mayor número de inundaciones, nieve en lugares calurosos (por ejemplo, en Kenia), aparición de enormes huracanes, deshielo de grandes extensiones de los polos.

* Incendios forestales más intensos y numerosos, aumento del calor en los océanos Pacífico y Atlántico, calor excesivo en zonas frías del planeta, agudización del fenómeno del Niño, etc.

* La actividad telúrica en el planeta ha tenido un crecimiento del 400% desde el año 1973 (dato de la U.S. Geological Survey).

* Mayor actividad solar y su consecuente aumento de la actividad electromagnética.

* Mayor actividad de tornados en zonas donde no se producían en tal cantidad.

* Inclinación del eje magnético de la Tierra. Científicos de la NASA afirmaron que el seísmo que produjo el maremoto en el sudeste de Asia el 26 de diciembre de 2004 cambió el eje terrestre, acelerando su rotación y acortando la duración del día en 3 microsegundos. Según estos científicos, la inclinación del eje terrestre habría aumentado.

Por otra parte, desde hace unos pocos meses ha surgido la gran crisis del sistema financiero mundial, que ha provocado un enorme miedo en un gran número de personas.

Pero lo cierto es que esta crisis (o mejor, desplome de la economía) es el resultado de la especulación, el fraude, la injusticia, la ambición desmesurada y la corrupción que existen en las altas esferas del sistema imperante.

Es una muestra más de que el mundo está cambiando a gran escala (esto sería algo similar a  la caída de Roma, del imperio romano, para dar lugar al nacimiento de una nueva sociedad).

El sistema comunista se vino abajo y ahora se hunde el sistema capitalista; hemos de crear un nuevo sistema social y económico más transparente, justo, solidario y honesto.

A comienzos del pasado mes de noviembre se produjo un acontecimiento espectacular en el mundo: nada más y nada menos que la elección de un presidente de raza negra, por vez primera en la historia, en Estados Unidos.

Me refiero a Barak Obama, por supuesto.

Dicho acontecimiento representa otra muestra evidente de los importantes cambios que se están produciendo en nuestro planeta.

Los mensajes que Obama está transmitiendo a todos los ciudadanos hablan de esperanza, de cambio, de que unidos podemos.

Su frase más famosa es la de «Yes, we can» («Sí, podemos»); y otra afirmación suya es «Ahora es nuestra gran oportunidad. Todos somos Uno».

De este modo, podemos observar que este presidente se halla en completa sintonía con el futuro próximo hacia el que nos encaminamos: un mundo de paz, unidad, solidaridad y amor.

Podríamos mencionar más hechos y evidencias de los grandes cambios que se están produciendo en el globo terráqueo, pero ahora prefiero hablarle, querido lector o querida lectora, de un tema insólito y apasionante; vamos a centrarnos en un asunto que suele pasar desapercibido y que también está relacionado con el futuro de nuestro mundo.

Se trata de los niños que están naciendo en los últimos años; son niños muy especiales y diferentes a los de anteriores generaciones. Ginecólogos, matronas y demás profesionales que asisten a las mujeres en el momento del parto, afirman que en los últimos años los niños nacen con los ojos abiertos, a diferencia de los antiguos nacimientos en que los infantes nacían con los ojos cerrados y permanecían así varios días.

Esto es una demostración de que estos niños son más avanzados.

En otro ámbito, podemos escuchar a muchas personas decir de niños cercanos o de  su familia aquello de «¡Este niño cómo habla, parece un viejo!».

Muchos niños hablan como un adulto y con una gran sabiduría.

Yo mismo, en mi labor de investigador, psicólogo y psicoterapeuta, he podido constatar desde hace unos años que efectivamente estos niños de ahora son mucho más despiertos, inteligentes y sabios, así como más amorosos  y compasivos.

Los niños de ahora, tan especiales, son conocidos por diferentes nombres:

– Superdotados o de Altas Capacidades, puesto que muchos de ellos  obtienen un coeficiente de inteligencia (CI) de más de 130.

– Índigo Cristal, en referencia al color de su campo electromagnético o aura.

– Estrella, por ser niños más conectados con la dimensión elevada del ser humano, según las investigaciones de Georg Kühlewind, profesor de la Universidad de Budapest.

– De la Nueva Generación Generación Tercer Milenio (GTM), atendiendo al hecho de que son los infantes que están naciendo en los últimos años.

– De Alta Sensibilidad, en diferentes niveles (físico, emocional, psíquico, social…). Tema que está siendo estudiado por diversos psicólogos de distintos países.

– De Hemisferio Derecho, porque muestran un gran desarrollo de su hemisferio derecho del cerebro, mucho más que las anteriores generaciones. Ésta es una denominación acuñada por mí mismo.

Para hacernos una idea más precisa, deseo explicar ahora que estos niños de hoy poseen una serie de características que, en general, son las siguientes: son distraídos o demasiado inquietos en clase, utilizan un lenguaje muy desarrollado para su edad, tienen percepciones extrasensoriales, poseen miradas muy profundas y sabias, presentan un alto grado de sensibilidad, tienen mucha energía y vitalidad, aprenden muy rápido, manejan los ordenadores y la tecnología punta desde bien pequeños, muestran mucho interés por temas profundos (como la muerte o Dios, por ejemplo), adoran la naturaleza, pueden hacer dos o tres actividades a la vez, muestran una curiosidad insaciable (siempre preguntan el por qué de las cosas), son nobles e íntegros, tienen mucha imaginación y creatividad, son muy intuitivos, y tienen una visión más global de las situaciones.

Es muy interesante la aportación del antropólogo e investigador John White, miembro de la Asociación Antropológica Americana (American Anthropological Association), que afirma que: «Se está perfilando una nueva humanidad que se caracteriza por una psicología ya modificada, basada en la expresión del sentimiento y no en su represión. Esto se traduce en: una motivación solidaria y amorosa, no competitiva y agresiva; una lógica multinivel-integrada, no lineal-secuencial; un sentido de identidad inclusiva-colectiva, no aislada-individual; y capacidades psíquicas utilizadas con propósitos benevolentes y éticos, no dañinos ni inmorales.»

Este investigador concluye que se está produciendo un gran giro de la humanidad en su conjunto, lo cual dará lugar a la aparición del Homo Noeticus (Hombre de Conciencia), que constituye el siguiente escalón en la evolución humana.

Esta apreciación me recuerda lo que postulaba mi amigo Colin Bloy, investigador incansable de origen británico, ya fallecido, cuando mencionaba aquello de que nos encontramos en la transición del Homo Sapiens al Homo Amans.

Desde luego que vamos a convertirnos en Seres Humanos Amorosos superando al Humano Racional, de eso no me cabe la menor duda, se trata del siguiente paso en la evolución del hombre.

En la misma línea se expresa Georg Kühlewind, profesor de química-física de la Universidad de Budapest e investigador de los nuevos niños, a los que llamó Niños Estrella por la importante conexión que tienen con la dimensión transcendente o elevada del ser humano.

Afirma que: «Desde hace unos veinte años nacen más y más niños que en su ser y su comportamiento se apartan de aquellos a los que están acostumbrados padres y pedagogos. Una nueva generación de almas entra en la tierra…, niños que traen una gran madurez, que están descontentos con el mundo de los adultos y que, con un poderoso impulso espiritual, quieren transformar este mundo. Este es el suceso más importante en los tiempos actuales.» Bellas palabras, Georg.

El Doctor Abad Merchán, director regional de Programas Culturales del Museo del Banco Central de Ecuador, una eminencia en antropología y sociología, resaltó que estamos viviendo un momento único y muy especial en términos de aceleración evolutiva de la humanidad. Y expresa que «Hay que reconocer que la presencia de los nuevos niños/as, llamados talentosos u otros, representa el símbolo en vida de un cambio trascendental de la humanidad actual, sólo comparable con los grandes hitos históricos de adaptación a lo largo del llamado ascenso del ser humano, tales como el fuego, la agricultura o la revolución industrial. Pero el cambio actual no incluye solamente el mundo físico y externo, sino principalmente interno, a través de la modificación de la Conciencia… Desde el punto de vista sociológico, el siglo XX es visto como un espacio de tiempo con una aceleración de la historia de la humanidad. Somos testigos y protagonistas de los grandes cambios socio-antropoló gicos y sobre todo emocionales- espirituales. El cambio del corazón puede ser más rápido que cualquier otro. No existe otra opción de cambio, ahora, que esa. El cambio va a ser espiritual, empezando por la transformación personal de cada uno. Lo que hubiera tomado muchos siglos, con esta aceleración histórica y con el aparecimiento de estos nuevos niños/as, altamente empáticos y talentosos, lo vamos a presenciar en tan sólo un par de décadas.»

Hace unos días, cuando me hallaba conduciendo mi automóvil en compañía de mi hijo Daniel, de 9 años de edad, éste me declaró, de manera espontánea y sin tener relación con la conversación que estábamos manteniendo (pues hablábamos de asuntos de su colegio), lo siguiente: «Yo quiero un mundo donde haya gente que no se pelee, en el que todos seamos iguales, seamos felices, en el que nadie se maltrate y que nadie abuse de nadie, que nadie juzgue a las personas por cómo son, y que haya amor».

Me quedé estupefacto y maravillado por tener una muestra, una vez más, de lo muy conectados e inspirados que son estos niños, y de la hermosa conciencia global que ellos poseen de forma innata.

No me cabe ninguna duda de que nuestra sociedad necesita el desarrollo de las cualidades del hemisferio derecho cerebral y los niños de hoy  ya lo traen incorporado.

Hemos funcionado mucho con el hemisferio izquierdo, el lado racional, y ahora nos corresponde cultivar y activar la parte intuitiva, interna, creativa, artística, global, espiritual, emocional, amorosa.

Sólo de esta manera conseguiremos una sociedad armónica, próspera y alegre.

Nuestro Planeta Azul está cambiando para llegar a ser un Mundo de Unidad, Paz y Amor.

Los niños de hoy son una muestra sorprendente de este cambio.

Ellos ayudarán a transformar el mundo; es responsabilidad de todos comprenderlos, atenderlos y apoyarlos

¡Ahora! ¡Unidos podemos, avancemos con fuerza e ilusión!

Luis Sánchez González

Investigador, psicólogo y psicoterapeuta

E-mail: luisglobalnueve@ gmail.com

http://infanciadela nuevageneracion. blogspot. com/

 

De la misma serie en este blog:

La Visión de la Realidad

El Cambio (primera entrega)

El Cambio (segunda entrega)

El Cambio (tercera entrega)

El Cambio (cuarta entrega)

El Cambio (quinta entrega)

El Cambio (sexta entrega)

El Cambio (séptima entrega)

El Cambio (octava entrega)

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EL CAMBIO

La receta para orientar el negocio en la crisis

Cómo superar las cuatro etapas de resistencia al cambio 

¿Por qué las organizaciones se resisten tan activamente al cambio? 

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El cambio (octava entrega)

jueves, 6 de octubre de 2011

Por Héctor A. Faga

En entregas anteriores hemos dicho que el desafío del cambio implicaba en primer lugar la sensación del cambio y como un segundo paso su percepción.

Hoy hablaremos del tercero de los pasos, que es la aceptación y su contrapartida, la resistencia al cambio.

Ya hemos formulado con anterioridad el tema de la resistencia cuando discurrimos sobre los paradigmas que condicionan la conducta y también al mencionar la dificultad que tiene el ser humano para modificar las costumbres establecidas, sobre todo cuando éstas están arraigadas en el mismo por una fuerte compulsión cultural o por los metaprogramas propios que lo condicionan.

Por ejemplo, si la persona es estructurada, le costará aceptar la novedad y se sentirá incómoda con la sorpresa.

En cambio, si es sistemática tendrá una tendencia definida a disfrutar de lo nuevo y se moverá como pez en el agua improvisando sobre la marcha.

Más allá de esas peculiaridades, en el proceso de aceptación del cambio existen dos etapas básicas, dos momentos, a saber:

1) la toma de conciencia del cambio

2) la asunción de una actitud frente al mismo

A la larga o a la corta, la persona transitará por estos escalones hasta llegar a la aceptación de las nuevas condiciones imperantes, ya sea porque se ha convencido de las bondades de ellas o porque no le queda más remedio que admitir que no puede quedar al margen de lo que está pasando si no quiere convertirse en un “analfabeto actitudinal”.

¿Cuánta gente conocen ustedes que al comienzo no querían saber nada con los teléfonos celulares y que luego se convirtieron en “adicto móviles”?

¿O cuántas personas mayores de 60 años renegaban de la computadora y hoy día se manejan idóneamente con el teclado y el mouse?

De todos modos, este bombardeo cultural que tiende a flexibilizar las posturas frente a los hechos, termina planteando la problemática de cuáles son los principios básicos e inmutables –si es que existen- y cuáles las actualizaciones a conductas que no significan renunciar a lo más sagrado o inconmovible de cada persona.

¿Hasta dónde estamos dispuestos a resignar nuestros principios morales o religiosos y, en todo caso, en aras de qué o con qué beneficio ulterior?

¿Aceptaremos que las reglas de juego las pongan otras personas que, a nuestro solo juicio, pueden no tener la catadura moral para hacerlo?

En resumen, la aceptación no necesariamente implica acceder a todas y cada una de las nuevas situaciones y someterse a ellas al ciento por ciento, pero inexorablemente el desenvolvimiento de los hechos nos lleva de un modo más o menos consciente a algún grado de aceptación de los mismos y de sus consecuencias.

Y esto es así porque “no se puede detener con la mano la roca que rueda montaña abajo”.

A pesar de que muchas veces sucede lo que establece la frase siguiente de Lord Keynes:

«Lo mas difícil no es lograr que la gente acepte las nuevas ideas, sino lograr que olviden las viejas ideas»

Para terminar con esta entrega les dejo la adaptación de un cuento del Pbro. Alejandro Londoño, del libro “112 dinámicas”.

Se llama “SI EL RIO CAMBIARA” y dice así:

Allá, a lo orilla del río, vi a un hombre cuyo nombre no me importa. Tendrá unos 80 años y su paso es poco firme. Sus manos tiemblan, sus ojos lloran y se ríe a solas como si supiera algo muy cómico acerca del resto de la humanidad. En su época el anciano era el mejor pescador del lugar. Con mucha confianza decía: “los agarro hasta donde no hay”. Conseguía las carnadas más convenientes para toda ocasión; conocía la profundidad exacta donde nadaban las diferentes clases de peces y el anzuelo con el tamaño preciso que debía tener. A poca distancia de la choza donde vivía el pescador el río hacía un recodo y era allí, en aguas profundas y tranquilas, donde le encantaba sentarse sobre un tronco que estaba en la orilla y lanzar el anzuelo al agua. Era su lugar preferido; ningún otro sitio le gustaba. Pero la naturaleza a veces no respeta las costumbres de los hombres. Sucedió que durante un invierno hubo una creciente espantosa. Cuando las aguas volvieron a su nivel normal, el río había abandonado el viejo cauce y se había alejado unos cincuenta metros hacia el oeste formando un caudal completamente nuevo. En el recodo donde nuestro pescador solía pescar su presa ya no quedaba sino un banco de arena. Otro pescador seguramente habría buscado un nuevo sitio de pesca. El nuestro no. Si uno quisiera tomarse el trabajo de visitar el lugar, podría ver al viejo sentado sobre el mismo tronco y pescando en el mismo banco de arena.

Hasta la próxima.

Héctor.

De la misma serie en este blog:

La Visión de la Realidad

El Cambio (primera entrega)

El Cambio (segunda entrega)

El Cambio (tercera entrega)

El Cambio (cuarta entrega)

El Cambio (quinta entrega)

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El cambio (séptima entrega)

lunes, 19 de septiembre de 2011

Por Héctor A. Faga

 “Hoy día, el cambio es la regla, no la excepción” – Igor Ansoff

Seguimos buceando algo más en “El shock del futuro”, de Alvin Toffler.

Dice Toffler que cuando uno viaja a otro país experimenta un “shock cultural” que tiene diversas manifestaciones que nos impactan de algún modo distinto al habitual.

Algunos ejemplos son los siguientes:

  • En los Estados Unidos se cena en un horario cercano a las 18:00. A esa hora, en Argentina solemos estar merendando.
  • El desayuno en Israel incluye pescado frito. A los argentinos esa costumbre suele producirnos una sensación de malestar estomacal.
  • Los carteles en Atenas están escritos en griego (lógicamente). Para quienes hablamos español esta situación nos coloca en un estado cercano a la ignorancia.
  • Cuando un griego dice “no”, por lo general mueve la cabeza en sentido vertical, como si estuviera asintiendo.
  • Cuando en un restaurante de Japón un argentino pide un café con el clásico gesto de los dedos índice y mayor, en lugar de la infusión le traen un almohadón.

Todos estos ejemplos, graciosos o no tanto, son el resultado de la confrontación de nuestra propia educación con una cultura distinta.

En términos generales, cada vez que viajamos nos encontramos con otros horarios, otros idiomas, otras comidas, otras costumbres, etc.

El shock cultural es el efecto que causa la inmersión en una cultura extraña en el visitante no preparado (cuándo decir sí significa tal vez, tal vez significa no, un “precio fijo” es negociable, etc.).

A este respecto, recuerdo el seguramente conocido por ustedes cuento de la diferencia entre un político y una dama.

Ante la pregunta ¿Cuál es la diferencia entre un político y una dama?, la respuesta es:

El político:

  • Si dice sí, quiere decir tal vez.
  • Si dice tal vez, quiere decir no.
  • Si dice no, no es un político.

La dama:

  • Si dice no, quiere decir tal vez.
  • Si dice tal vez, quiere decir sí.
  • Si dice sí, no es una dama.

Pero en el shock cultural el viajero tiene el reconfortante conocimiento de que la cultura que dejó atrás estará allí cuando regrese.

En cambio, el “shock del futuro” es la superposición de una nueva cultura sobre la vieja.

En este caso, no hay anclaje con el pasado, no hay puntos de referencia definidos (se desdibujan), no hay retorno.

Más aún, si la nueva cultura está a su vez en constante cambio, si sus valores mutan de continuo, si lo único permanente es el cambio.

Alguien -que no recuerdo quién fue- dijo alguna vez:  No establecemos las reglas. Las seguimos.

Y en ese “seguir las reglas” se plantean las cuestiones culturales que nos suelen afectar.

Los invito a hacer una dinámica para comprobar lo que estamos diciendo.

Hay que hacer lo contrario de lo que se dice:

  • Afirme algo en voz alta mientras al mismo tiempo niega con la cabeza.
  • Niegue algo en voz alta mientras al mismo tiempo afirma con la cabeza
  • Parado, diga “me agacho” mientras se sienta.
  • Sentado, diga “me agacho” mientras se para.

Busque otras actividades contradictorias o paradójicas y haga el ejercicio de cambiar los comportamientos.

Verá que cuando “vuelva a la normalidad” encontrará el “alivio” de hacer lo que para usted era conocido.

La inserción en el primer mundo no es otra cosa que la inserción en un mundo en cambio continuo, que nos lleva entre 10 y 20 años de ventaja y que tironea de nosotros como un barrilete a su cola.

El i-pad, por poner un ejemplo, ha llegado a la Argentina “en cuentagotas”, cuando en Cupertino ya se está trabajando en la nueva tableta que lo suplantará.

Esta situación Implica un shock cultural y un shock del futuro al mismo tiempo, porque se trata del choque contra una cultura distinta de la nuestra, donde las reglas de juego por lo general no se negocian, sino que nos son impuestas, lo cual exige una actitud de adaptación.

Por eso es imprescindible tener alguna referencia de la cual “agarrarnos” para no perdernos en el torbellino.

Al respecto, quiero contarles un hermoso cuento escrito por Mamerto Menapace, llamado “El hilo primordial”.

Dice así:

Agosto había terminado tibio. Había llovido en la última semana y, con el llanto de las nubes, el cielo se había despejado. Cuando se acerca setiembre, suele suceder que el viento de tierra adentro sopla suavemente y a la vez que va entibiando su aliento, logra devolver al cielo todo su azul y su luminosidad. Y aquella tarde, pasaje entre agosto y setiembre, el cielo azul se vio poblado por las finas telitas voladores que los niños llaman Babas del Diablo. ¿De dónde venían? ¿Para dónde iban? Pienso que venían del territorio de los cuentos y avanzaban hacia la tierra de los hombres. En una de esas telitas, finas y misteriosas como todo nacimiento, venía navegando una arañita. Pequeña: puro futuro e instinto. Volando tan alto, la arañita veía allá muy abajo los campos verdes recién sembrados y dispuestos en praderas. Todo parecía casi ilusión o ensueño para imaginar. Nada era preciso. Todo permitía adivinar más que conocer. Poco a poco la nave del animalito fue descendiendo hacia la tierra de los hombres. Se fueron haciendo más claras las cosas y más chico el horizonte. Las casas eran ya casi casa, y los árboles frutales podían distinguirse por los floridos, de los otros que eran frondosos. Cuando la tela flotante llegó en su descenso a rozar la altura de los árboles grandes, nuestro animalito se sobresaltó. Porque la enorme mole de los eucaliptos comenzó a pesar misteriosa y amenazadoramente a su lado como grises témpanos de un mar desconocido. Y de repente: ¡Tras! Un sacudón conmovió el vuelo y lo detuvo. ¿Qué había pasado? Simplemente que la nave había encallado en la rama de un árbol y el oleaje del viento la hacía flamear fija en el mismo sitio. Pasado el primer susto, la arañita, no sé si por instinto o por una orden misteriosa y ancestral, comenzó a correr por la tela hasta pararse finalmente en el tronco en el que había encallado su nave. Y desde allí se largó en vertical buscando la tierra. Su aterrizaje no fue una caída, sino un descenso. Porque un hilo fino, pero muy resistente, la acompañó en el trayecto y la mantuvo unida a su punto de partida. Y por ese hilo volvió luego a subir hasta su punto de desembarco. Ya era de noche. Y como era pequeña y la tierra le daba miedo, se quedó a dormir en la altura. Recién por la mañana volvió a repetir su descenso, que esta vez fue para ponerse a construir una pequeña tela que le sirviera en su deseo de atrapar bichitos. Porque la arañita sintió hambre. Hambre y sed. Su primera emoción fue grande al sentir que un insecto más pequeño que ella había quedado prendido en su tela-trampa. Lo envolvió y lo succionó. Luego, como ya era tarde, volvió a trepar por el hilito primordial, a fin de pasar la noche reencontrándose consigo misma allá en su punto de desembarco. Y esto se repitió cada mañana y cada noche. Aunque cada día la tela era más grande, más sólida y más capaz de atrapar bichos mayores. Y siempre que añadía un nuevo círculo a su tela, se veía obligada a usar aquel fino hilo primordial a fin de mantenerla tensa, agarrando de él los hilos cuyas otras puntas eran fijados en ramas, troncos o yuyos que tironeaban para abajo. El hilo ese era el único que tironeaba para arriba. Y por ello lograba mantener tensa la estructura de la tela. Por supuesto, la arañita no filosofaba demasiado sobre estructuras, tironeos o tensiones. Simplemente obraba con inteligencia y obedecía a la lógica de la vida de su estirpe tejedora. Y cada noche trepaba por el hilo inicial a fin de reecontrarse con su punto de partida. Pero un día atrapó un bicho de marca mayor. Fue un banquetazo. Luego de succionarlo (que es algo así como “vaciar para apropiarse”) se sintió contenta y agotada. Esa noche se dijo que no subiría por el hilo. O no se lo dijo. Simplemente no subió. Y a la mañana siguiente vio con sorpresa que por no haber subido, tampoco se veía obligada a descender. Y esto le hizo decidir no tomarse el trabajo del crepúsculo y del amanecer, a fin de dedicar sus fuerzas a la caza y succión de presas que cada día preveía mayores. Y así, poco a poco fue olvidándose de su origen y dejando de recorrer aquel hilito fino y primordial que la unía a su infancia viajera y soñadora. Sólo se preocupaba por los hilos útiles que había que reparar o tejer cada día debido a que la caza mayor tenía exigencias agotadoras. Así amaneció el día fatal. Era una mañana de verano pleno. Se despertó con el sol naciente. La luz rasante trizaba las perlas del rocío cristalizado en gotas en su tela. Y en el centro de su tela radiante, la araña adulta se sintió el centro del mundo. Y comenzó a filosofar. Satisfecha de sí misma, quiso darse a sí misma la razón de todo lo que existía a su alrededor. Ella no sabía que de tanto mirar lo cercano se había vuelto miope. De tanto preocuparse sólo por lo inmediato y urgente, terminó por olvidar que más allá de ella y del radio de su tela, aún quedaba mucho mundo con existencia y realidad. Podría al menos haberlo intuido del hecho de que todas sus presas venían del más allá. Pero también había perdido la capacidad de intuición. Diría que a ella no le interesaba el mundo del más allá; sólo le interesaba lo que del más allá llegaba hasta ella. En el fondo sólo se interesaba por ella y nada más, salvo quizá por su tela cazadora. Y mirando su tela, comenzó a encontrarle la finalidad a cada hilo. Sabía de dónde partían y hacia dónde se dirigían. Dónde se enganchaban y para qué servían. Hasta que se topó con ese bendito hilo primordial. Intrigada trató de recordar cuándo lo había tejido. Y ya no logró recordarlo. Porque a esa altura de la vida los recuerdos, para poder durarle, tenían que estar ligados a alguna presa conquistada. Su memoria era eminentemente utilitarista. Y ese hilo no había no había apresado nada en todos aquellos meses. Se preguntó entonces a dónde conduciría. Y tampoco logró darse una respuesta apropiada. Esto le dio rabia. ¡Caramba! Ella era una araña práctica, científica y técnica. Que no le vinieran ya con poemas infantiles de vuelos en atardeceres tibios de primavera. O ese hilo servía para algo, o había que eliminarlo. ¡Faltaba más, que hubiera que ocuparse de cosas inútiles a una altura de la vida en que eran tan exigentes las tareas de crecimiento y subsistencia! Y le dio tanta rabia el no verle sentido al hilo primordial, que tomándolo entre las pinzas de sus mandíbulas, lo seccionó de un solo golpe. ¡Nunca lo hubiera hecho! Al perder su punto de tensión hacia arriba, la tela se cerró como una trampa fatal sobre la araña. Cada cosa recuperó su fuerza disgregadora y el golpe que azotó a la araña contra el duro suelo fue terrible. Tan tremendo que la pobre perdió el conocimiento y quedó desmayada sobre la tierra, que esta vez la recibió mortíferamente. Cuando empezó a recuperar su conciencia, el sol ya se acercaba a su cenit. La tela pringosa, al resecarse sobre su cuerpo magullado, lo iba estrangulando sin compasión y las osamentas de sus presas le trituraban el pecho en un abrazo angustioso y asesino. Pronto entró en las tinieblas, sin comprender siquiera que se había suicidado al cortar aquel hilo primordial por el que había tenido su primer contacto con la tierra madre, que ahora sería su tumba. Esta parábola no es mía. La contaba un gran obispo húngaro, Mons. Tihamer Toth, que fue capellán en la Gran Guerra.

Espero que les haya gustado y puedan sacar sus propias conclusiones.

Hasta la próxima.

Héctor.

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El Cambio (primera entrega)

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El cambio (sexta entrega)

martes, 13 de septiembre de 2011
Comentarios desactivados en El cambio (sexta entrega)

Por Héctor A. Faga


 

En la entrega anterior hemos hablado de la sensación del cambio.

En la presente daremos un paso adelante y nos dedicaremos a desmenuzar la percepción del cambio.

El cambio puede pasar a nuestro lado como una brisa y dejarnos inmutables o con un cierto cosquilleo exterior, aunque sin calar profundamente en nuestras vidas, o puede afectarnos fuertemente a partir de su percepción y reconocimiento y modificar total o parcialmente nuestra estructura vital.

Esa percepción puede tomar formas diversas, de entre las que hemos elegido puntualizar las siguientes.

El cambio puede ser percibido:

  • Gradualmente, a medida que las cosas se van sucediendo, o
  • De golpe, cuando ocurre algo intempestivo que nos enfrenta a una nueva realidad.

En el primer caso, el ritmo de nuestra percepción nos permite acostumbrarnos de a poco a las nuevas situaciones y podemos o no ser totalmente conscientes de cómo y cuánto se van modificando las cosas, las costumbres o nosotros mismos, hasta que un día nos levantamos de nuestro lecho pisando un suelo distinto al habitual.

Podemos ejemplificar este caso con el seguramente conocido por ustedes cuento de la rana hervida.

Si ponemos una rana dentro de una olla con agua hirviendo, el animal seguramente saltará de inmediato fuera del recipiente para no quemarse.

Pero si en cambio la ponemos dentro del agua a temperatura ambiente y la vamos calentando de a poco, la rana se quedará tranquila hasta que el agua alcance una temperatura tal en la que, completamente aturdida, no pueda reaccionar y termine cocinándose.

Así, vamos percibiendo y aceptando los cambios que lenta y gradualmente se van haciendo parte de nuestra vida, y lo que hasta ayer nos parecía imposible de incorporar a nuestra realidad terminan poco a poco formando parte de ella.

¿Cuántos de nosotros, formados en una época anterior, por padres formados en otra época todavía anterior, hemos tenido que aceptar las nuevas reglas de comportamiento de la época actual?

En el segundo caso, la velocidad del cambio nos produce algún tipo de shock, generalmente traumático, que debemos superar para luego adecuarnos a la nueva realidad.

Son los casos inesperados, para los cuales no estamos preparados, como los accidentes, la muerte repentina de alguien que no estaba enfermo, el despido intempestivo del trabajo, etc.

Generalmente cuando esto sucede, poco podemos hacer para modificar la realidad o asumir el cambio de un modo no traumático.

En este punto quisiera remitirme a algunas puntualizaciones hechas en un libro que tiene ya algunos años de editado (si no recuerdo mal, es de 1970) pero que presenta a mi juicio una enorme actualidad.

Me estoy refiriendo a “El shock del futuro”, de Alvin Tofler.

Siguiendo a Francis Bacon, que dijo que “el conocimiento es poder”, Tofler actualiza esa reflexión y expresa que “el conocimiento es cambio” y que “la adquisición acelerada de conocimientos, que alimenta el gran motor de la tecnología, significa la aceleración del cambio”.

Es decir, que no sólo reconoce la existencia del cambio como un proceso con características peculiares, sino que la velocidad creciente de dicho proceso lo categoriza como un fenómeno cada vez más presente en nuestra realidad.

Algunas de esas características peculiares del proceso de cambio -algunas positivas y otras negativas- son, entonces:

  • La creciente velocidad del cambio (característica presuntamente positiva).
  • La creciente aparición de novedades a través de la tecnología (ídem anterior).
  • El creciente consumo de fuentes no renovables (característica netamente negativa). Tofler señala que la mitad de la energía consumida en los últimos 2.000 años se consumió en los últimos 100 años.
  • Como contrapartida al punto anterior, la creciente aparición de fuentes sustitutivas. “No son más los recursos los que limitan las decisiones. Son las decisiones las que limitan los recursos” (U Thant – ex Secretario General de las Naciones Unidas).
  • Los crecientes conocimientos sobre el origen y uso de las cosas (positiva).
  • La creciente modificación de las costumbres (positiva) y resistencias (negativa).
  • La creciente complejidad de la vida (negativa). Este punto será tratado más extensamente en otra entrega, cuando hablemos de la Ley de la complejidad y Ley de lisis.

Tofler también señala que algunas sociedades cambian más rápido que otras y que incluso sucede lo propio con algunos sectores dentro de la misma sociedad.

Y pregona también que el tiempo es la herramienta que permite medir el cambio.

Siguiendo con “El shock del futuro”, presentamos algunos otros datos que pueden ayudar a mejorar nuestra percepción del cambio.

Tofler cita a Kenneth Boulding, eminente economista y pensador social, quien justificó su opinión acerca de que el momento presente (“aquel” momento presente) representaba un punto crucial de la historia humana diciendo lo siguiente: “En cuanto a las series estadísticas relativas a la actividad de la humanidad, la fecha que divide la historia humana en dos partes iguales está bien dentro de nuestra memoria viva. Yo nací en la mitad de la historia humana, hasta ahora, en términos groseros. Casi tanto como ha sucedido desde que nací, había sucedido antes”.

  • Si dividimos los últimos 50.000 años de la existencia humana en períodos de 62 años tendremos aproximadamente 800 períodos. De ellos, 650 períodos se pasaron en cavernas.
  • Sólo durante los últimos 70 períodos ha sido posible una comunicación efectiva de un período a otro gracias a la escritura.
  • Sólo durante los últimos 6 períodos los hombres vieron masivamente la letra impresa (la imprenta fue inventada por Gutemberg en 1440).
  • Sólo durante los últimos 4 períodos fue posible medir el tiempo con alguna precisión.
  • Sólo durante los últimos 2 períodos cualquier persona ha podido usar en algún lado un motor eléctrico.
  • La mayoría de los bienes materiales que usamos diariamente en la actualidad fueron desarrollados en el último período (y agregamos, muchos de ellos en los últimos 15 años, que es un cuarto de período).

¿Qué les parece?

La seguimos en la próxima (si no cambian).

Héctor.

De la misma serie en este blog:

La Visión de la Realidad

El Cambio (primera entrega)

El Cambio (segunda entrega)

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El Cambio (cuarta entrega)

El Cambio (quinta entrega)

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El cambio (quinta entrega)

lunes, 5 de septiembre de 2011
Comentarios desactivados en El cambio (quinta entrega)

Por Héctor A. Faga

En la entrega anterior tratamos el tema de los paradigmas, las paradojas y las metáforas.

En la de hoy comenzaremos a desarrollar el primero de los cuatro pasos del desafío del cambio, que hemos llamado La sensación del cambio.

Tenemos sensación del cambio, de que algo está cambiando, a través de diversos indicadores, como los que a título de ejemplo mencionamos a continuación:

1.   A través de nosotros mismos

  • Cuando al agacharnos o querer correr o hacer ejercicio físico notamos el paso del tiempo
  • Cuando necesitamos anteojos para ver de cerca o de lejos
  • Cuando ya no nos entra el traje que usamos para nuestro casamiento

2.   A través de los demás

  • El crecimiento de nuestros hijos
  • Encontrarnos con un viejo amigo que hace tiempo que no veíamos
  • Leer las necrológicas y reconocer el nombre de alguna persona con la que estábamos relacionados

3.   A través de lo que ocurre en el mundo que nos rodea

  • Recorrer el barrio donde vivíamos cuando éramos pequeños y ver los edificios que suplantaron a las casas que conocimos
  • Mudarnos reiteradamente de casa
  • Viajar a otros países

4.   A través de la modificación de las costumbres

  • La forma de preparar los alimentos
  • El vermut con maníes de la tarde en Avenida de Mayo
  • Los “asaltos” en las casas donde se bailaba hasta la una de la mañana

5.   A través de la tecnología que nos ofrece novedades permanentes

  • Lo que existía y continúa existiendo de otra manera (la radio, la televisión, la telefonía fija)
  • Lo que existía y ya no existe más porque desapareció o fue suplantado por otra cosa (la radio a galena, el telex, las polainas, las galochas)
  • Lo que antes no existía y hoy existe (el teléfono celular, internet, la tomografía computada, las “tablets”)

6.   A través de las relaciones de poder entre las personas y los países

  • La caída del Muro de Berlín
  • La apertura de China a los mercados
  • La explosión demográfica de la India
  • Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica)

7.   A través de los medios de comunicación

  • El diario digital
  • El e-mail
  • Las redes sociales y Twitter

A través de todas estas cuestiones percibimos el cambio en nosotros mismos como en una tabla de resonancia que nos espeja y nos ayuda a conocernos.

Esa sensación de cambio puede o no afectarnos, y si lo hace, es posible que sea en forma positiva o negativa.

Pero eso es cuestión de nuestra próxima entrega.

Mientras esperamos, los invito a que hagan un ejercicio y me envíen sus impresiones y comentarios sobre las siguientes propuestas:

¿Qué sensación de cambio tenemos?

1) Traten de recordar qué cosas existían cuando eran chicos y ya no existen más (objetos, costumbres, etc),

2) Detallen cosas que no existían y ahora existen.

3) ¿Cuáles continúan existiendo y han mejorado?

4) Y ahora, ¿cuáles podemos presumir que vendrán?

Obviamente, es más fácil recordar el pasado que imaginar el futuro, pero también es cierto que lo que vivimos en el pasado, muchas veces condiciona el futuro.

Espero sus comentarios para que este artículo lo escribamos entre todos.

Héctor.

(continúa)

La imagen que ilustra este artículo es del periodista y dibujante chileno Guillo. Para descubrir más sobre él y su trabajo ir a http://www.guillo.cl

De la misma serie en este blog:

La Visión de la Realidad

El Cambio (primera entrega)

El Cambio (segunda entrega)

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El Cambio (cuarta entrega)

Otros post sobre el tema:

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EL CAMBIO

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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 4. Moderatto (primera entrega)

lunes, 15 de agosto de 2011
Comentarios desactivados en La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 4. Moderatto (primera entrega)

Por: Héctor A. Faga

En la entrega anterior concluimos el tratamiento de lo que hemos llamado los Costos de adquisición del factor humano.

En la presente comenzaremos el desarrollo de una nueva etapa, que es la correspondiente a los costos de mantenimiento del mismo.

Un factor esencial en esta etapa son los siguientes Cinco pasos para la administración del factor humano que ya hemos planteado en la segunda entrega del Preludio y que retomamos ahora para completar con algunos conceptos fundamentales:

  1. Conocer
  2. Educar / Capacitar
  3. Orientar / Guiar
  4. Evaluar
  5. Premiar / Corregir

Cada uno de estos pasos –imprescindibles para lograr un administración eficiente de nuestros empleados- exige un esfuerzo personal por parte del personal jerárquico como así también implica también un costo medido en tiempo y en dinero para cumplirlos.

Veamos cada uno de ellos con un grado de detalle algo mayor.

1. Conocer

Es importante que el conocimiento de las personas se dé no sólo la primera vez –al momento de la contratación- sino siempre, ya que la realidad de cada persona es continuamente cambiante a lo largo de su vida.

¿Qué es lo que la empresa debe conocer del personal?

En primer lugar, todo lo relativo a su actuación dentro del ámbito de trabajo y en función de la naturaleza de sus respectivas funciones.

Estamos hablando fundamentalmente de dos tipos de cuestiones: las que hacen a la aptitud para llevar a cabo las tareas, y las que tienen que ver con la actitud para con el trabajo y para su relacionamiento con los demás.

Desde esta perspectiva, la determinación de objetivos de trabajo y las evaluaciones de desempeño son dos herramientas clave para una adecuada administración.

Pero la persona no es “algo” divisible entre el adentro y el afuera de la empresa, sino que en la realidad se trata de “alguien” cuya vida trasciende esos límites.

Por ello, en segundo lugar, la empresa debe conocer lo que tiene que ver con lo que cada uno hace fuera del ámbito laboral.

La vida personal, los deportes, los hobbies, cómo piensa y actúa, cuáles son los distintos ámbitos de su actuación, son elementos que completan la visión integral del empleado como “persona” y no sólo como “recurso”.

Dentro de esta visión, el conocimiento del entorno familiar ocupa un lugar preponderante, ya que por lo general es un factor que incide de un modo singular en el desempeño de la persona en el trabajo.

Estar atentos a las cambiantes condiciones, poseer una base de datos –“ficha personal”- con la información de los empleados, procurar –dentro de lo posible- de responder a las necesidades peculiares de cada uno de ellos (más que tomar medidas generales que pueden satisfacer a algunos y dejar descontentos a otros), fortalecen la relación empresa/personal y abonan las relaciones de largo plazo.

¿Qué es muy trabajoso y costoso hacerlo?

Los invito a pensar cuánto más costoso puede llegar a ser no hacerlo.

Hasta la próxima.

Héctor.

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (6ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (7ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (2ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (3ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (4ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (5ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano –  2. Obertura (6ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (7ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (8ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo (1ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo (2ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo (3ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo (4ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo (5ª entrega)

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El Cambio (segunda entrega)

lunes, 25 de julio de 2011

Por Héctor A. Faga

Escuchemos de nuevo la canción «Cambia, todo cambia», del compositor chileno Julio Numhauser, interpretado por «La Negra» Sosa.

Esta versión tiene la ventaja de que está subtitulada, con lo cual podrán seguir la letra con mayor facilidad.

Escúchenla a continuación:

¿Qué les sugiere la letra?

En algunos seminarios que impartimos sobre el tema de Cambio, Adaptación y Creatividad, al hacerles escuchar y leer la canción y luego pedirles que me dieran sus impresiones, los participantes compartieron las siguientes reflexiones personales:

La vida es algo así como un Proceso continuo.

Si bien muchas cosas cambian, algunas permanecen estables y constantes.

Muchas veces cambia el continente pero no así el contenido.

Todas las personas debemos cambiar si queremos seguir el ritmo de la historia.

Mal que nos pese, el cambio es inevitable y debemos aceptarlo.

No debemos temerle al cambio, ya que si bien lo vivimos como una amenaza, puede ser una oportunidad.

El cambio es global y por ello nos afecta a todos. Nadie se libra de su influDencia.

El cambio produce miedo y angustia.

Es necesario tomar distancia para apreciarlo y aprovecharlo.

No sólo hay que aceptarlo, sino también anticiparse.

El cambio es impredecible. Puede tomar cualquier dirección.

Es importante buscar la justificación de por qué se producen los cambios.

No cambia lo esencial sino lo accidental.

El que crea, sabe dónde va, se dirige al cambio.

Y ustedes, ¿qué piensan?

(continúa)

De la misma serie en este blog:

El Cambio (primera entrega)

Otros post sobre el tema:

Cambio Organizacional (Change Management)

EL CAMBIO

La receta para orientar el negocio en la crisis

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