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Archivo para diciembre, 2009

Grageas Creativas (II): La percepción de la realidad

domingo, 27 de diciembre de 2009

Por: Héctor A. Faga

La realidad (los hechos) nunca presenta una sola cara, aunque a veces parezca haber un solo lado visible. Sólo observando una y otra vez y volviendo a observar podremos descubrir las diferentes facetas que la realidad nos propone. Es así como lo que a veces no se alcanza a visualizar en un primer vistazo, se hace evidente a nuestra comprensión cuando nos detenemos a mirar con esmero, y nuevas formas se presentan a nuestra atención.

Les propongo llevar a cabo algunos experimentos de observación para hacer evidente lo que estamos afirmando. Comenzaremos con una figura tal vez conocida, ya que ha sido usada en diversas oportunidades por mucha gente, por lo que es altamente probable que ustedes ya la conozcan. Pero hagamos la prueba.

joven-vieja

¿Qué figura ven ustedes aquí? Una mujer, seguramente. Pero, ¿qué edad tiene esa mujer? Ochenta, o tal vez noventa años. ¿O es una joven de veinticinco años? Miren bien. Vuelvan a mirar. Muevan un poco la cabeza hacia un lado y cambien de perspectiva. ¡Ambas están allí! Si lo que ven es una bruja, piensen que su nariz podría ser la mejilla y barbilla de la joven, y la verruga, la nariz . Si en cambio lo que ven es la joven, fíjense en los detalles anteriores o miren cómo la gargantilla de la joven es la boca de la vieja. Un poco difícil de explicar, pero lo captan, ¿no?

Lo que suele pasarnos es que al adoptar una posición estática dejamos de ver ciertas cosas que aparecen cuando imprimimos alguna dinámica a nuestra acción. Los especialistas en caza mayor suelen decir que para mirar algo que está en movimiento el observador debe permanecer quieto, sin mover sus ojos. De ese modo, la acción externa se percibe con nitidez. Y a la inversa, para acechar a un animal que está quieto, disimulado en la espesura, el observador debe menear lentamente su cabeza de un costado a otro, ya que ese movimiento le permite ver al animal oculto. No sé si estas técnicas son ciertas o si dan resultado, pero sí sé que muchas veces debemos cambiar de perspectiva para lograr una nueva visión. Probemos ahora con la siguiente figura:

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¿Cómo lograr que esta desagradable señora se convierta en una bella princesa, digna del mejor cuento de hadas? Ahora no se trata de mecer la cabeza, sino de realizar un acción distinta. Prueben de ponerse en la posición de yoga cabeza abajo y mirar la ilustración. ¿Qué eso no se puede? Bueno, entonces den vuelta su computadora y observen ahora la figura. ¿Qué tampoco pueden? Bien. Entonces impriman el dibujo y luego de eso gírenlo de modo que la señora quede con la cabeza hacia abajo. Y ahora, ¿qué ven? ¿No es algo parecido a esto?

joven-vieja-3

En realidad no ha cambiado nada de la figura. Simplemente ha cambiado nuestra perspectiva. Y si ninguna de las técnicas propuestas ha tenido éxito, entonces haga lo que sugiere la leyenda: ¡Tómese seis cervezas y verá como todo cambia!

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Management: Preguntas que ayudan a delegar

lunes, 21 de diciembre de 2009
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Responder a estas preguntas le ayudará a separar las tareas que usted debería mantener para sí de aquellas que son posibles de ser transferidas a los empleados.

  1. ¿Qué hago?: Liste todas las tareas y deberes que están bajo su responsabilidad. Puede hacer la lista día a día, para la semana o para el mes.
  2. ¿Todo lo que listé requiere de mi atención personal?: Para darse cuenta responda las siguientes preguntas para cada ítem: ¿Qué habilidades se requieren? ¿Es un tema confidencial que sólo yo puedo manejar? ¿Soy yo el único que tiene la información necesaria para hacer este trabajo? ¿Es ésta una tarea que la Gerencia General preferiría que yo me ocupe personalmente?
  3. ¿Cuáles de las responsabilidades de mi lista pueden manejar mis empleados?
  4. ¿Valdría la pena usar el tiempo que se requiere para entrenar a los empleados a tomar algún ítem de la lista?

Revise su lista buscando tareas repetitivas que usted hace en forma semanal o mensual. En la mayoría de los casos, el tiempo que toma entrenar a los empleados para hacer esas tareas más que pagará el ahorro de tiempo futuro que usted tendrá.

Fuente: Egos & Eggshells: Managing for Success in Today’s Workplace, by Margot Robinson, Stanton & Harper Books, 291 Buckhorn Trail, Reidsville, NC 27320. Tomado de Communication briefings, Volume XVII, Nº IV. 1101 King Street, Suite 110, Alexandria, VA 22314, USA.

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Grageas Creativas (I): La visión de la realidad

lunes, 21 de diciembre de 2009

Por: Héctor A. Faga

Comenzamos aquí a desarrollar algunos conceptos clave que hacen a nuestra forma de ver la vida y la realidad y que queremos compartir con usted. Para ello lo invitamos a hacer la siguiente prueba. En el centro de la figura siguiente hay cuatro puntos entre dos manchas más grandes. Usted debe mirarlos fijamente durante un minuto, sin parpadear y sin quitar los ojos de ellos. Pasado ese tiempo cerrará los ojos y los mantendrá sin abrirlos durante algunos instantes. ¿De acuerdo? A trabajar entonces.

Realidad

¿Y, qué le sucedió? Vio reflejada en su retina una imagen de Jesucristo o tal vez del “Che” Guevara. Alguien con barba, de todas maneras. Si usted no pudo verla, intente nuevamente desde el principio. Y cuando cierre sus ojos suavemente haga el esfuerzo de mirar hacia el interior de usted mismo. Así, con este “efecto especial”, comenzamos con esta temática de la visión de la realidad.

¿Cómo es la Realidad? ¿Existe una sola Realidad?

La realidad es algo muy complejo: existe aunque no la percibamos, pero tiene sentido para nosotros sólo a partir del momento en que nos afecta. Pero aunque sea difícil de apreciar, no hay dudas acerca de su existencia. Está. Es aquí. Es ahora. Es independiente de nosotros, mas simultáneamente nos involucra. Estamos inmersos en ella, pero podemos desconectarnos de ella. Y somos capaces de vivir tantas realidades distintas como podamos imaginar.

¿Por qué «Visión»?

¿Por qué decimos visión de la realidad y no nos referimos a “audición”, “olfato”, “gusto”, “tacto”…? Porque los seres humanos somos esencialmente visuales y por ello manejamos conceptos que destacan esta característica. Pero la realidad va mucho más allá de lo que se ve: se “siente” con todos los sentidos y se percibe en su totalidad cuando ponemos atención con cada uno de ellos en el momento correspondiente. Y lo que percibimos lo introducimos en nuestro cerebro, donde lo decodificamos para comprenderlo.

La Aprehensión de la Realidad

Es difícil lograr una adecuada aprehensión de la realidad porque depende de muchos aspectos distintos tales como la posición del observador, su cercanía respecto del hecho observado, sus prejuicios, sus vivencias anteriores, su personalidad… Y también de la forma en que los hechos nos son presentados. Muchas veces la percepción de la realidad es una cuestión de perspectiva. ¿Cómo cree usted que será la realidad para un niño pequeño que está gateando o dando sus primeros pasos? Seguramente una realidad compuesta por rodillas de personas, partes de abajo de mesas, objetos lejanos y muchas veces inalcanzables que provocan sentimientos similares a los experimentados por Gulliver en el país de los gigantes, donde todo “está más allá” y se requiere de la ayuda de los otros para llegar a los objetos que uno busca. El simple hecho de abrir una puerta, por ejemplo, se transforma en una tarea titánica que requiere llegar a un picaporte totalmente fuera del alcance. Y esa es la realidad que el niño no sólo percibe, sino con la que debe convivir y a la cual debe adecuarse. ¿Podemos ahora comprender un poco más ese punto de vista?

Continuará

En la próxima entrega le propondremos otras perspectivas para que pueda reflexionar con nosotros acerca de las distintas maneras con que diferentes personas perciben la realidad. Mientras tanto, lo invitamos a pensar en lo aquí desarrollado y a desplegar sus propios puntos de vista. Y si quiere compartirlos con nosotros, con mucho gusto recibiremos sus comentarios.

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La Receta para Orientar el negocio en la crisis

lunes, 21 de diciembre de 2009

Por: Mariano Ramos Mejía

avalancha

En medio de la vorágine de datos, información, trascendidos y rumores. Con incertidumbre que a veces no podemos soportar, y en otros casos, elegimos conscientemente ignorar. Con reglas de juego claras o con reglas sumamente oscuras. Presionados por problemas de diversa índole, que a veces son propios y otras muchas, si nos detuviéramos a analizarlos, ajenos. (Pero la mayoría de las veces no nos detenemos).

De esta manera (a veces mejor, a veces peor) debemos trabajar la gestión del negocio. Y es entonces cuando la teoría parece fracasar, y hacemos lo mejor que podemos para tomar decisiones. Como alguien dijera alguna vez: «El arte de los negocios es tomar decisiones irrevocables sobre la base de información inadecuada».

Todo esto, sin tener en cuenta que no en todos los casos estamos preparados (intelectualmente y psicológicamente) para afrontar todo lo que debemos afrontar.

La pregunta que surge, y la que a menudo nos formulan en nuestro trabajo diario como consultores de empresas, es si existe un método, una «forma». La famosa «receta» que nos permita ser felices, y que en caso de existir, explica el éxito de los exitosos.

Y lamentablemente, debemos repetir una vez más que no hay «recetas» ni formas únicas, que los métodos que existen son solamente herramientas capaces de conseguir maravillas en manos de algunos y en algunas circunstancias, y desastres en otras manos u otras situaciones.

Pero atención: existen maneras de observar la realidad, filosofías para manejar esa realidad y elegir las herramientas necesarias. Lo que vuelve a demostrar aquello de que el éxito se consigue con el uno por ciento de imaginación y el noventa y nueve de transpiración.

Repasemos esas maneras:

1) Privilegiar lo importante a lo urgente.

En momentos como los que vivimos, pareciera que no es posible. Y de hecho no lo es, si no hacemos el esfuerzo consciente de proponérnoslo. ¿Es usted necesario en toda esas circunstancias ?., ¿Es usted irremplazable ?, ¿No era posible postergar esa reunión ?, ¿Aquella tarea no hubiera sido mejor que la realizara otra persona ?. ¿Cuánto de su tiempo (del día de ayer, por ejemplo) lo ocupó en resolver temas que pudieron ser resueltos por un subordinado?. ¿Cuánto de ese tiempo ocupó en temas que podían haber esperado?.

Y todo ese tiempo (o parte de él) podría haberlo empleado en repensar el negocio, en imaginar el futuro, en poner el problema en su justa dimensión. Verlo desde distintos ángulos, y volver a mirarlo hasta conseguir nuevas visiones.

La cuestión es buscar el espacio para pensar en el futuro, porque es la mejor cosa que podemos hacer en el presente. Y de esa manera empezar a planificar, para llegar a crear ese futuro posible.

Los empresarios y los gerentes cometen el error de creer que su función es la de resolver problemas urgentes, y la de «apagar incendios». En realidad la función del dirigente es la de interpretar el contexto y orientar en consecuencia a su empresa para conseguir sus objetivos. Una actitud que necesita mucho mas de reflexión antes que de acción, y que si bien depende de la capacidad del dirigente para interpretar su realidad, provoca que la acción (cuando deba tomarse) sea meditada y no resultado de un acto reflejo.

2) Analizar cual es nuestra contribución al problema.

Todas las situaciones que nos toca vivir, son el resultado de la permanente interacción de nuestra individualidad con el medio en el que actuamos. Por lo tanto cuándo se analizan los resultados conseguidos, y se intenta medir la performance obtenida, debe evitarse la tendencia existente (amplificada en situaciones de crisis) a echarle la culpa al medio, al «gobierno», al «ministro de economía», al «mercado», a la «competencia desleal», a la «incompetencia del personal», y a otras abstracciones por el estilo. En definitiva, la culpa es del «Otro» (aunque muchas veces algo de todo esto sea cierto).

Pero aún en esos casos, esa conclusión solamente es un lamento estéril. Si la culpa la tiene el contexto o los terceros, no tenemos posibilidadesestamos muertos. Solamente vamos a poder cambiar lo que dependa de nosotros cambiar. Un exhaustivo análisis de fortalezas y debilidades, nos colocará en situación de comenzar a analizar el problema situándonos en nuestro verdadero papel de protagonista, y no en el de víctima de las circunstancias.

3) Privilegiar la visión global.

El grado de complejidad de las situaciones en la que nos toca vivir, es creciente y con tendencia a empeorar. Cada vez más rápido, cada vez mas profundo. Y la única manera de manejar situaciones complejas es tomando distancia, y observando el problema de forma global, como si no estuviéramos incluidos en él.

Porque ver el problema desde «adentro», quita perspectiva, y nos vuelve a colocar en la posición de la hoja arrastrada de aquí para allá por cualquier viento. La visión habitual, de concentrarse en el tema a resolver y olvidar que éste es producto de situaciones complejas mayores, la denominada «Visión Túnel», no permite analizar otros caminos o formas de solución posibles.

Privilegiar la visión global significa comprender las interrelaciones entre los elementos del problema o situación analizada, procurando conocer el efecto sinérgico de esa interrelación y no analizando las distintas partes por separado para pretender relacionarlas luego. Las organizaciones ( ¡nuestra empresa !) son sistemas complejos cuyo funcionamiento no depende de la calidad de cada de sus partes sino de su interacción. Y debe prestarse atención al hecho de que por tratarse de sistemas sociales (constituidos por personas), esa interacción es voluntaria.

4) Estudiar el proceso de cambio.

Casi como complemento del punto anterior debe profundizarse el estudio del proceso de los cambios en nuestro mundo, empezando por lo que nos competen directamente, pero sin perder de vista que lo que en la actualidad no nos afecta puede hacerlo en el futuro y hasta convertirse en una oportunidad para nosotros.

El cambio al que nos referimos no son las «novedades», especialmente las «novedades tecnológicas». Eso solamente es la superficie. El proceso de cambio al que debe atenderse es el social, económico y también el tecnológico. El que nos resulte agradable y el que podemos llegar a temer. Estudiar porqué se producen esos cambios, adonde se dirigen y finalmente poder aceptarlos.

Si intentamos conocer porque se producen los cambios vamos a perder menos tiempo en tratar de protegernos de ellos. No se puede detener con la mano la roca que rueda montaña abajo.

Si nos damos cuenta adónde se dirigen los cambios podremos aprovecharnos mejor de ellos.

Y finalmente, si podemos aceptarlos, vamos a poder utilizarlos en nuestro provecho, sin perder el tiempo de enfrentarnos a ellos o resignarnos ante lo que no comprendemos.

5) Elaborar un Plan.

Una vez que se ha efectuado el diagnóstico del problema, y se ha comparado esa percepción de la realidad con la dirección de nuestros intereses y deseos, llega el momento de trazar un adecuado Plan de acción.

Ese plan constituye el camino detallado que deberemos recorrer en el futuro, y como todavía falta un tiempo para ese futuro, podemos repensarlo tantas veces como sea necesario y corregir sus imperfecciones hasta alcanzar el mejor instrumento a nuestro alcance, tomando decisiones, pero no sobre los problemas y las urgencias, como decíamos al principio, sino las que afectaran nuestro futuro, y con todo el tiempo del mundo.

El plan es básicamente la asignación de los recursos a los resultados deseados. Esto es nuevamente la posibilidad de meditar sobre el futuro de la empresa, los objetivos que se desea alcanzar y los caminos (las estrategias posibles), eligiendo las que mejor se adaptan a ese futuro deseado.

6) Controlar desde la gestión.

«Planes sin controles son meros deseos». La función de control es parte del proceso de planeamiento y tanto que es el camino para conseguir nuestros objetivos, y en palabras de Ackoff, «Crear el futuro».

Los pasos que hemos descripto corresponden a un análisis detallado de nuestras aptitudes y posibilidades, es decir, un ajuste de esas aptitudes para aprovechar las posibilidades que se presenten. El control es la medición de la brecha entre nuestros objetivos y la realidad.

Si el proceso de control se lleva a cabo con esta perspectiva, el análisis de ese desvío se convierte en la posibilidad de aprender de nuestra realidad, achicando la brecha hasta que esta prácticamente no exista. Habremos «creado nuestro futuro» porque este será la consecuencia de nuestras acciones correctas e incorrectas, y de nuestro ajuste a la realidad.

Decimos controlar desde la gestión dado que pensamos en un control desde la acción misma, en «hacerlo bien la primera vez», es decir en desarrollar el trabajo pensando en los objetivos. No puede haber control si no hay gestión. La gestión es el control.

Final:

Los elementos que se han descripto son los ingredientes de la «receta» para orientar el negocio en épocas de grandes cambios, en tiempos de crisis (¿es una amenaza o una oportunidad ?), para aprender de nuestras posibilidades y del contexto. Para crear nuestro futuro y defender esa concepción.

Imagen: Avalancha by Bachmont

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