Grageas Creativas (II): La percepción de la realidad
Por: Héctor A. Faga
La realidad (los hechos) nunca presenta una sola cara, aunque a veces parezca haber un solo lado visible. Sólo observando una y otra vez y volviendo a observar podremos descubrir las diferentes facetas que la realidad nos propone. Es así como lo que a veces no se alcanza a visualizar en un primer vistazo, se hace evidente a nuestra comprensión cuando nos detenemos a mirar con esmero, y nuevas formas se presentan a nuestra atención.
Les propongo llevar a cabo algunos experimentos de observación para hacer evidente lo que estamos afirmando. Comenzaremos con una figura tal vez conocida, ya que ha sido usada en diversas oportunidades por mucha gente, por lo que es altamente probable que ustedes ya la conozcan. Pero hagamos la prueba.
¿Qué figura ven ustedes aquí? Una mujer, seguramente. Pero, ¿qué edad tiene esa mujer? Ochenta, o tal vez noventa años. ¿O es una joven de veinticinco años? Miren bien. Vuelvan a mirar. Muevan un poco la cabeza hacia un lado y cambien de perspectiva. ¡Ambas están allí! Si lo que ven es una bruja, piensen que su nariz podría ser la mejilla y barbilla de la joven, y la verruga, la nariz . Si en cambio lo que ven es la joven, fíjense en los detalles anteriores o miren cómo la gargantilla de la joven es la boca de la vieja. Un poco difícil de explicar, pero lo captan, ¿no?
Lo que suele pasarnos es que al adoptar una posición estática dejamos de ver ciertas cosas que aparecen cuando imprimimos alguna dinámica a nuestra acción. Los especialistas en caza mayor suelen decir que para mirar algo que está en movimiento el observador debe permanecer quieto, sin mover sus ojos. De ese modo, la acción externa se percibe con nitidez. Y a la inversa, para acechar a un animal que está quieto, disimulado en la espesura, el observador debe menear lentamente su cabeza de un costado a otro, ya que ese movimiento le permite ver al animal oculto. No sé si estas técnicas son ciertas o si dan resultado, pero sí sé que muchas veces debemos cambiar de perspectiva para lograr una nueva visión. Probemos ahora con la siguiente figura:
¿Cómo lograr que esta desagradable señora se convierta en una bella princesa, digna del mejor cuento de hadas? Ahora no se trata de mecer la cabeza, sino de realizar un acción distinta. Prueben de ponerse en la posición de yoga cabeza abajo y mirar la ilustración. ¿Qué eso no se puede? Bueno, entonces den vuelta su computadora y observen ahora la figura. ¿Qué tampoco pueden? Bien. Entonces impriman el dibujo y luego de eso gírenlo de modo que la señora quede con la cabeza hacia abajo. Y ahora, ¿qué ven? ¿No es algo parecido a esto?
En realidad no ha cambiado nada de la figura. Simplemente ha cambiado nuestra perspectiva. Y si ninguna de las técnicas propuestas ha tenido éxito, entonces haga lo que sugiere la leyenda: ¡Tómese seis cervezas y verá como todo cambia!
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Me gusta la canción de «Jarabe de palo» que dice: «Depende ¿de qué depende? de según como se mire todod depende»