El cambio (sexta entrega)

martes, 13 de septiembre de 2011

Por Héctor A. Faga


 

En la entrega anterior hemos hablado de la sensación del cambio.

En la presente daremos un paso adelante y nos dedicaremos a desmenuzar la percepción del cambio.

El cambio puede pasar a nuestro lado como una brisa y dejarnos inmutables o con un cierto cosquilleo exterior, aunque sin calar profundamente en nuestras vidas, o puede afectarnos fuertemente a partir de su percepción y reconocimiento y modificar total o parcialmente nuestra estructura vital.

Esa percepción puede tomar formas diversas, de entre las que hemos elegido puntualizar las siguientes.

El cambio puede ser percibido:

  • Gradualmente, a medida que las cosas se van sucediendo, o
  • De golpe, cuando ocurre algo intempestivo que nos enfrenta a una nueva realidad.

En el primer caso, el ritmo de nuestra percepción nos permite acostumbrarnos de a poco a las nuevas situaciones y podemos o no ser totalmente conscientes de cómo y cuánto se van modificando las cosas, las costumbres o nosotros mismos, hasta que un día nos levantamos de nuestro lecho pisando un suelo distinto al habitual.

Podemos ejemplificar este caso con el seguramente conocido por ustedes cuento de la rana hervida.

Si ponemos una rana dentro de una olla con agua hirviendo, el animal seguramente saltará de inmediato fuera del recipiente para no quemarse.

Pero si en cambio la ponemos dentro del agua a temperatura ambiente y la vamos calentando de a poco, la rana se quedará tranquila hasta que el agua alcance una temperatura tal en la que, completamente aturdida, no pueda reaccionar y termine cocinándose.

Así, vamos percibiendo y aceptando los cambios que lenta y gradualmente se van haciendo parte de nuestra vida, y lo que hasta ayer nos parecía imposible de incorporar a nuestra realidad terminan poco a poco formando parte de ella.

¿Cuántos de nosotros, formados en una época anterior, por padres formados en otra época todavía anterior, hemos tenido que aceptar las nuevas reglas de comportamiento de la época actual?

En el segundo caso, la velocidad del cambio nos produce algún tipo de shock, generalmente traumático, que debemos superar para luego adecuarnos a la nueva realidad.

Son los casos inesperados, para los cuales no estamos preparados, como los accidentes, la muerte repentina de alguien que no estaba enfermo, el despido intempestivo del trabajo, etc.

Generalmente cuando esto sucede, poco podemos hacer para modificar la realidad o asumir el cambio de un modo no traumático.

En este punto quisiera remitirme a algunas puntualizaciones hechas en un libro que tiene ya algunos años de editado (si no recuerdo mal, es de 1970) pero que presenta a mi juicio una enorme actualidad.

Me estoy refiriendo a “El shock del futuro”, de Alvin Tofler.

Siguiendo a Francis Bacon, que dijo que “el conocimiento es poder”, Tofler actualiza esa reflexión y expresa que “el conocimiento es cambio” y que “la adquisición acelerada de conocimientos, que alimenta el gran motor de la tecnología, significa la aceleración del cambio”.

Es decir, que no sólo reconoce la existencia del cambio como un proceso con características peculiares, sino que la velocidad creciente de dicho proceso lo categoriza como un fenómeno cada vez más presente en nuestra realidad.

Algunas de esas características peculiares del proceso de cambio -algunas positivas y otras negativas- son, entonces:

  • La creciente velocidad del cambio (característica presuntamente positiva).
  • La creciente aparición de novedades a través de la tecnología (ídem anterior).
  • El creciente consumo de fuentes no renovables (característica netamente negativa). Tofler señala que la mitad de la energía consumida en los últimos 2.000 años se consumió en los últimos 100 años.
  • Como contrapartida al punto anterior, la creciente aparición de fuentes sustitutivas. “No son más los recursos los que limitan las decisiones. Son las decisiones las que limitan los recursos” (U Thant – ex Secretario General de las Naciones Unidas).
  • Los crecientes conocimientos sobre el origen y uso de las cosas (positiva).
  • La creciente modificación de las costumbres (positiva) y resistencias (negativa).
  • La creciente complejidad de la vida (negativa). Este punto será tratado más extensamente en otra entrega, cuando hablemos de la Ley de la complejidad y Ley de lisis.

Tofler también señala que algunas sociedades cambian más rápido que otras y que incluso sucede lo propio con algunos sectores dentro de la misma sociedad.

Y pregona también que el tiempo es la herramienta que permite medir el cambio.

Siguiendo con “El shock del futuro”, presentamos algunos otros datos que pueden ayudar a mejorar nuestra percepción del cambio.

Tofler cita a Kenneth Boulding, eminente economista y pensador social, quien justificó su opinión acerca de que el momento presente (“aquel” momento presente) representaba un punto crucial de la historia humana diciendo lo siguiente: “En cuanto a las series estadísticas relativas a la actividad de la humanidad, la fecha que divide la historia humana en dos partes iguales está bien dentro de nuestra memoria viva. Yo nací en la mitad de la historia humana, hasta ahora, en términos groseros. Casi tanto como ha sucedido desde que nací, había sucedido antes”.

  • Si dividimos los últimos 50.000 años de la existencia humana en períodos de 62 años tendremos aproximadamente 800 períodos. De ellos, 650 períodos se pasaron en cavernas.
  • Sólo durante los últimos 70 períodos ha sido posible una comunicación efectiva de un período a otro gracias a la escritura.
  • Sólo durante los últimos 6 períodos los hombres vieron masivamente la letra impresa (la imprenta fue inventada por Gutemberg en 1440).
  • Sólo durante los últimos 4 períodos fue posible medir el tiempo con alguna precisión.
  • Sólo durante los últimos 2 períodos cualquier persona ha podido usar en algún lado un motor eléctrico.
  • La mayoría de los bienes materiales que usamos diariamente en la actualidad fueron desarrollados en el último período (y agregamos, muchos de ellos en los últimos 15 años, que es un cuarto de período).

¿Qué les parece?

La seguimos en la próxima (si no cambian).

Héctor.

De la misma serie en este blog:

La Visión de la Realidad

El Cambio (primera entrega)

El Cambio (segunda entrega)

El Cambio (tercera entrega)

El Cambio (cuarta entrega)

El Cambio (quinta entrega)

Otros post sobre el tema:

Cambio Organizacional (Change Management)

EL CAMBIO

La receta para orientar el negocio en la crisis

Cómo superar las cuatro etapas de resistencia al cambio 

¿Por qué las organizaciones se resisten tan activamente al cambio? 

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