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Archivo para la categoría ‘Costos’

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (quinta entrega)

lunes, 14 de marzo de 2011

Por: Héctor A. Faga

La siguiente clasificación es la correspondiente a la Clasificación según su asignación o dirección.

Esta clasificación, complementaria de la última que analizamos, identifica los gastos en función del modo en que están asociados a la operación de la empresa.

De allí surgen los siguientes tipos de costos:

1. Costos Directos

Son aquellos costos asignables directa e inequívocamente a una unidad productiva, sea ésta un sector, un equipo o un producto, o que pueden ser medidos en ella.

Por lo general, los costos directos se asimilan a los costos variables –de hecho, todos los costos variables son directos – aunque también existen costos fijos que se clasifican como directos.

En una empresa fabril, el sueldo y las cargas sociales del Gerente de Producción, por ejemplo, son costos directos, aún cuando se trata de costos fijos.

Y lo mismo sucede con una cantidad de otros conceptos que entran en esta clasificación, como por ejemplo: alquiler de depósito, amortización de máquinas y equipos, control de calidad, etc.

2. Costos Indirectos

Son aquellos conceptos de costos que no se asignan directamente a una unidad productiva sino que – eventualmente – se distribuyen entre la totalidad de las mismas mediante bases, llaves o “drivers” de asignación o distribución.

Los costos indirectos son mayoritariamente – por no decir totalmente – fijos.

Es decir, que hay costos fijos asignables a la operación, y por lo tanto son directos, y otros asignables a la estructura, debido a lo cual son indirectos.

Como puede verse, no existe una contradicción sino una complementariedad entre los distintos tipos de costos, ya que en la práctica lo que estamos haciendo es analizar los mismos conceptos desde perspectivas distintas.

En la próxima entrega nos dedicaremos a analizar los costos desde la perspectiva de unitarios y totales-

Hasta la próxima.

Héctor.

Nota: Para un análisis más detallado de esta temática se sugiere consultar el libro “Cómo conocer y manejar sus costos para tomar decisiones rentables”, de Héctor Alberto Faga y Mariano Enrique Ramos Mejía, Colección Cuadernos, Ediciones Granica, Buenos Aires, Argentina (1997).

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (6ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (7ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (2ª entrega) .

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (3ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (4ª entrega)

 

 

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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (cuarta entrega)

lunes, 28 de febrero de 2011
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Por: Héctor A. Faga

Veamos ahora una nueva clasificación, la correspondiente a la Clasificación según su comportamiento.

Esta clasificación apunta a definir cómo fluctúan los costos respecto de un determinado nivel de actividad de la empresa o variaciones no significativas de ese nivel.

Entonces tenemos:

1. Costos Fijos

Son aquellos costos que permanecen relativamente constantes cuando el nivel de actividad varía de un modo no significativo.

Es decir, que si presentan fluctuaciones de un período a otro, éstas no dependen de cambios en el nivel de actividad sino en modificaciones propias del tipo de costo.

Este tipo de costos pueden clasificarse a su vez en Fijos de Operación y Fijos de Estructura, pero en ambos casos su comportamiento es el mismo.

Resulta más fácil verificar el modo en que se comportan los Fijos de Estructura, ya que ésta suele ser relativamente independiente de la actividad.

Un alquiler, el sueldo del gerente general o la recepcionista, el impuesto municipal, etc., serán los mismos aunque la actividad varíe (dentro de límites lógicos, ya que variaciones significativas nos pondrían de frente a una empresa distinta).

Los costos fijos son fijos en el total, pero si los distribuyéramos sobre los productos producidos o vendidos, tenderían a ser variables en la unidad, ya que las fluctuaciones en las cantidades harían que la incidencia monetaria por producto variara.

2. Costos Variables

Son aquellos costos que varían en forma más o menos consistente con o proporcional a la variación en el nivel de actividad.

El costo variable ligado a la venta más emblemático es el Impuesto a los Ingresos Brutos: si vendemos, pagamos IIBB, y si no vendemos no lo hacemos.

Todos los costos variables son conceptos ligados a la operación.

La materia prima, los materiales, los envases, embalajes, etc. son claros ejemplos de costos variables.

La mano de obra de producción es motivo de discusión controversial que ha dividió por años las opiniones de los contadores: “la mitad de la biblioteca” dice que son fijos, mientras que “la otra mitad” afirma que son variables.

Y lo peor de todo es que… ¡ambos tienen razón!

Porque si miramos el nivel de actividad de la empresa, la mano de obra presenta una cierta inflexibilidad ante variaciones de dicho nivel.

Pero por otra parte, si queremos calcular apropiadamente el costo de los productos, tenemos que hacer el esfuerzo de considerarla variable y asignarla a aquellos en función de la utilización que cada uno haga.

Al contrario de lo que pasa con los costos fijos, los costos variables son variables en el total, pero fijos en la unidad.

3. Costos Semifijos

Llamamos costos semifijos a ciertos costos cuyo comportamiento es similar al de los costos fijos (son fijos, en realidad), pero cuyo nivel de variación tiende a darse ante circunstancias especiales (en menores diferencias en el nivel de actividad o en el tiempo en que se producen).

Son aquellos cuyo comportamiento es constante hasta un cierto nivel de actividad, pasado el cual “pegan un salto”, para luego permanecer constantes hasta que se produce un nuevo salto.

Un buen ejemplo es el siguiente: Si para supervisar conjuntos de hasta dos máquinas productivas se requiere un capataz, serán necesarios dos capataces para conjuntos de entre tres y cuatro máquinas y tres capataces para conjuntos de entre cinco y seis máquinas.

4. Costos Semivariables

Son los más difíciles de identificar, pero podemos decir que son costos variables que ante determinadas circunstancias tienden a comportarse como fijos.

La mano de obra de producción ya mencionada podría clasificarse en esta área.

De todos modos, las clasificaciones 3. y 4. no son usuales en la práctica, y por lo general lo que se utilizan son los costos variables y los costos fijos.

Aunque también es cierto que, como afirman algunos profesionales de nota, no existen costos totalmente fijos ni totalmente variables en condiciones extremas.

Hasta la próxima.

Héctor.

Nota: Para un análisis más detallado de esta temática se sugiere consultar el libro “Cómo conocer y manejar sus costos para tomar decisiones rentables”, de Héctor Alberto Faga y Mariano Enrique Ramos Mejía, Colección Cuadernos, Ediciones Granica, Buenos Aires, Argentina (1997).

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (6ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (7ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (2ª entrega) .

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (3ª entrega)

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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (tercera entrega)

lunes, 21 de febrero de 2011
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Por: Héctor A. Faga


Continuando con las clasificaciones de los costos la segunda que mencionaremos es la correspondiente a la Clasificación según el método utilizado para su determinación.

Esta clasificación está ligada a los sistemas contables utilizados para recopilar y registrar las operaciones a los efectos de procesar y emitir información.

Así, tenemos los siguientes:

1. Costos Históricos Resultantes

Son aquellos costos basados en la valorización de los hechos ocurridos tal como éstos sucedieron.

Estos costos son adecuados en economías estables y de muy baja inflación, ya que el efecto de permanencia de los valores en el tiempo permite la comparación y sumatoria de “bananas con bananas” y no la compilación de montos que reflejan valores distintos del dinero en el tiempo.

En este sistema de costos, los elementos o sucesos extraordinarios son reconocidos como formando parte de la realidad, por lo que no resulta conveniente su uso a efectos de proyecciones y presupuestación.

2. Costos Históricos Normalizados

Similares a los anteriores, lo que diferencia a estos costos de los históricos resultantes es precisamente la eliminación de hechos o elementos que escapan a la normalidad estadística.

Al “normalizar” esas circunstancias peculiares es posible decidir sobre bases presumiblemente homogéneas acerca de futuras operaciones.

Aunque no existieran circunstancias atípicas, debiera normalizarse al menos la incidencia del uso de la capacidad productiva

3. Costos Estándar o Predeterminados

Son los establecidos en función de lo que debería ocurrir en condiciones normales de operación.

Se determinan por anticipado en relación con el presupuesto y se controlan con la realidad determinando variaciones de precio, volumen, mezcla (o surtido) e inflación.

Este tipo de costos puede utilizarse con mucha eficacia en empresas de diversa clase  y su mayor virtud estriba en la facilidad que dan para anticipar el futuro sobre una base de planeamiento.

En la siguiente entrega seguiremos proporcionando visiones diferentes para mirar una misma realidad, como a través de un caleidoscopio que nos permite ver distintas cosas.

Hasta la próxima.

Héctor.

Nota: Para un análisis más detallado de esta temática se sugiere consultar el libro “Cómo conocer y manejar sus costos para tomar decisiones rentables”, de Héctor Alberto Faga y Mariano Enrique Ramos Mejía, Colección Cuadernos, Ediciones Granica, Buenos Aires, Argentina (1997).

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (6ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (7ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (2ª entrega) .

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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (segunda entrega)

lunes, 14 de febrero de 2011

Por: Héctor A. Faga

Siguiendo con la caracterización de los costos, vamos a navegar por distintas clasificaciones.

La primera que abordaremos es la correspondiente a la Clasificación en función de los diversos objetivos perseguidos por la operación que los origina.

Desde esta perspectiva podemos reconocer los siguientes costos diferentes:

1. Costos de Adquisición

Son aquellos destinados a obtener la propiedad de un bien determinado, sea éste una materia prima o material que luego transformaremos, un bien de uso (inversión) que utilizaremos en nuestra operación para transformar los insumos en productos, un producto terminado que mejoraremos o revenderemos en la misma condición que lo adquirimos, etc.

En general los costos incluyen el valor de los elementos en sí mismos como también los accesorios (fletes y seguros, por ejemplo) para llevarlos hasta nuestra empresa.

2. Costos de Producción

Son aquellos que permiten obtener ciertos bienes a partir de otros, mediante un proceso de transformación (productivo).

Entre otros, podemos reconocer los siguientes: materia prima y materiales utilizados para fabricar productos terminados, sueldos, salarios y sus cargas sociales usados en el proceso productivo, insumos industriales en general, amortizaciones y depreciaciones de equipos productivos, envases y embalajes, etc.

3. Costos (Gastos) de Comercialización

Son los necesarios para transferir a terceros la propiedad de los bienes que hemos producido o comprado para revender.

Algunos ejemplos son los sueldos y las comisiones de los vendedores, los fletes y seguros que permiten el envío de los productos a la casa de los clientes, los gastos generales del sector comercial, la publicidad y las promociones, etc.

4. Costos (Gastos) de Administración

Son todos los ligados a la estructura de la empresa necesarios para ejercitar la administración de la misma.

Estos costos por lo general no están ligados a los productos sino que existen independientemente de aquellos.

Podemos reconocer los siguientes (entre otros): Sueldos y cargas sociales del personal de administración,  honorarios por servicios, amortización de equipos no productivos, insumos generales, alquileres, servicios públicos (luz, gas, etc.), y en general, todos los gastos no asignables a producción y comercialización.

5. Costos (Gastos) de Financiación

Son los relativos a la ecuación de financiamiento de la empresa, que implican la consecución y el mantenimiento de fondos aplicados al negocio.

Entre otros, los siguientes: Intereses y gastos pagados por préstamos tomados, sellados, comisiones e impuestos relativos a los fondos tomados y las líneas de crédito obtenidas.

Es importante destacar que muchos de los costos aquí mencionados pueden ser incluidos en más de una clasificación.

Efectivamente,  una materia prima adquirida tendrá un costo de adquisición o procuración, que luego se convertirá en un costo de producción cuando la transforme y finalmente acabará como un costo de mercadería vendida cuando realice la operación de ventas.

La presente clasificación tiene la utilidad de replantear el tema a fin de dejar de considerar al costo como un concepto global y comenzar a mirarlo en función de las responsabilidades de las distintas áreas y sectores de la empresa.

En la siguiente entrega daremos un giro en el análisis y miraremos la realidad de los costos desde un punto de vista diferente.

Hasta la próxima.

Héctor.

Nota: Para un análisis más detallado de esta temática se sugiere consultar el libro “Cómo conocer y manejar sus costos para tomar decisiones rentables”, de Héctor Alberto Faga y Mariano Enrique Ramos Mejía, Colección Cuadernos, Ediciones Granica, Buenos Aires, Argentina (1997).

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (6ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (7ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura.


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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano. 2. Obertura (primera entrega)

lunes, 7 de febrero de 2011
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Por: Héctor A. Faga

Hasta ahora hemos trabajado la temática del conocimiento del personal y sus necesidades, sin haber hecho mención aún al tema de los costos.

Hoy vamos a abrir un paréntesis en ese enfoque y nos dedicaremos a dar algunos conceptos básicos de costos, para luego avanzar en la valorización específica del factor humano.

Comencemos con una definición de manual:

Costo es el esfuerzo económico que debe realizarse para conseguir un objetivo.

Vamos ahora a caracterizar esta definición y establecer las coincidencias y diferencias entre diversas denominaciones utilizadas en la contabilidad de costos.

1. Costos versus Gastos

Desde la perspectiva planteada, costos y gastos son el mismo concepto.

Se utiliza el término Costos para mencionar las erogaciones relacionadas con la operación de la empresa, mientras que Gastos hace referencia a la estructura de la misma.

El alquiler de una planta industrial es un “Costo de alquiler”, mientras que el de una oficina administrativa es un “Gasto de administración”.

2. Costos versus Pérdidas

Conceptualmente, Costos y Pérdidas son cosas distintas.

Una pérdida no se ejecuta para obtener un objetivo, sino que se produce precisamente por no haber alcanzado el objetivo propuesto.

La prima de seguros que pago para protegerme de un incendio es un costo.

La destrucción de mis bienes por el fuego es una pérdida, sobre todo si no estoy cubierto por una póliza contra dicho siniestro.

3. Costos versus Inversiones

Costos e Inversiones comparten el mismo criterio de “esfuerzo económico”, con la única diferencia del diferimiento en el tiempo de las segundas respecto de los primeros.

Una inversión es un costo que está a la espera de la actividad empresarial que permita la consecución del objetivo perseguido.

La compra de una máquina es una inversión, que se va transformando en costo a través de la amortización.

4. Costos versus Desembolsos

Estos son dos conceptos diferentes y complementarios, ya que ambos se rigen por criterios distintos.

El Costo (o Gasto) se basa en el criterio económico de lo devengado, donde la erogación se reconoce aún cuando no haya sido desembolsada.

Desembolso, en cambio, es el concepto financiero de lo percibido, que está totalmente ligado al uso de fondos para cancelar la obligación.

La contabilización de una factura que aceptamos pero que pagaremos a los sesenta días, por ejemplo, es un costo, que se convierte en desembolso en el momento en que la abonamos.

Este primer paneo sobre las diferentes definiciones utilizadas en la materia nos permitirá comenzar a ordenarnos mentalmente para los análisis que haremos en futuras entregas.

Hasta la próxima.

Héctor.

Nota: Para un análisis más detallado de esta temática se sugiere consultar el libro “Cómo conocer y manejar sus costos para tomar decisiones rentables”, de Héctor Alberto Faga y Mariano Enrique Ramos Mejía, Colección Cuadernos, Ediciones Granica, Buenos Aires, Argentina (1997).

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (6ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (7ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (8ª entrega).

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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (octava entrega)

domingo, 23 de enero de 2011
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Por: Héctor A. Faga

Como ya lo anunciáramos en la entrega previa, hoy vamos a hablar del tema del conocimiento de las necesidades del personal y su satisfacción.

Para ello nos basaremos en los desarrollos realizados por Abraham Maslow y Frederick Herzberg (que se agregan al análisis caracterológico de Le Senne que hemos visto en una entrega previa), quienes enunciaron los elementos que nos permitirán entender la temática de las necesidades de las personas en general.

Veamos la siguiente imagen, en la que se presenta la jerarquía de las necesidades y la secuencia de su satisfacción, según la visión de Maslow.

El primer nivel de necesidades, identificada con el número 1, es el referido a las necesidades de tipo fisiológico.

Son las llamadas necesidades básicas o primarias: comer, dormir, respirar, etc., sin cuya satisfacción las personas difícilmente podrían ser llamadas seres humanos.

La pobreza extrema, la indigencia, son el piso mínimo sobre el que se asienta este nivel inferior de necesidades humanas.

El segundo nivel (número 2) son las llamadas necesidades de seguridad.

Estas necesidades apuntan a la seguridad elemental de las personas: familia, salud, trabajo, etc.

Obviamente, para que alguien sienta los requerimientos que le plantea este nivel, primero debe sentir que ya ha superado de alguna manera el nivel anterior (el 1), a efectos de que la satisfacción sigue un ordenamiento lógico y medido.

El tercero de los niveles (número 3) apunta a los requerimientos sociales: la relación con los demás, la afiliación a grupos de interés, el reconocimiento de la persona por parte de la sociedad.

El nivel número 4 corresponde a las llamadas necesidades de autoestima, que tiene que ver con el valor que cada no reconoce de su propia personalidad y que le gustaría fuera reconocido también por los demás.

Por último, el nivel más alto de la pirámide (número 5) está relacionado directamente con el autodesarrollo o la autorrealización, que se consigue cuando sentimos que estamos haciendo aquello que nos brinda placer.

Herzberg, por su parte, analiza esos mismos niveles y los separa en Factores higiénicos y Factores motivadores.

De los primeros, que incluyen los puntos 1 a 3 de la clasificación de Maslow, dice que son condiciones que si están insatisfechas son altamente desmotivadoras, mientras que si están satisfechas tienen efecto motivador sólo en el corto plazo.

Para los segundos – puntos 4 y 5 de Maslow – establece que son condiciones que si están satisfechas son altamente motivadoras, mientras que si están insatisfechas son desmotivadoras en el corto plazo.

Todas las herramientas hasta aquí desarrolladas nos ayudarán a conocer mejor a nuestro personal, tanto en lo relativo a las personas en sí mismas como a sus características y necesidades.

En la próxima entrega abandonaremos este “Preludio” para entrar más de lleno en el análisis de los costos, en lo que hemos llamado la “Obertura”.

Hasta la próxima.

Héctor.

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (6ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (7ª entrega).

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La sinfonía de los costos del factor humano – 1. Preludio (séptima entrega)

domingo, 16 de enero de 2011
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Por: Héctor A. Faga

“No todos servimos para todo, pero todos servimos para algo”.

A partir de este conocido axioma desarrollaremos la entrega de hoy, que está referida al Análisis FODA (DAFO, para algunos: SWOT Analysis, en inglés), herramienta que nos ayudará a reconocer las habilidades de nuestro personal.

El Análisis FODA, aplicable tanto al análisis de las personas como de las organizaciones, se asienta en la existencia de una perspectiva estratégica cuyos elementos esenciales son:

  1. Mirar hacia adentro
  2. Mirar hacia afuera
  3. Mirar desde afuera

“Mirar hacia adentro” significa encontrar las Fortalezas y Debilidades propias del objeto del análisis (el personal, la empresa).

“Mirar hacia afuera” implica volcar la mirada hacia el entorno (vida cotidiana, mercado) para reconocer Oportunidades y Amenazas.

“Mirar desde afuera” requiere “salir de los propios zapatos” para mirar la misma realidad desde una perspectiva diferente, y al mismo tiempo permite realizar una conciliación entre las Oportunidades y Amenazas del entorno y las Fortalezas y Debilidades propias.

Al llevar a cabo dicha conciliación, pueden presentarse las siguientes cuatro situaciones:

  1. Que las oportunidades “peguen” en una fortaleza. En este caso las podemos aprovechar
  2. Que peguen en una debilidad. Aquí perderemos la opción de sacar beneficio de ellas
  3. Que las debilidades peguen en una fortaleza. Entonces nos podremos defender
  4. Que peguen en una debilidad. Esta es la peor de las situaciones que podemos encontrar

Las imágenes siguientes ejemplificarán lo que acabamos de explicar.

¿Cómo aplicar el Análisis FODA al conocimiento de nuestro personal?

Es relativamente sencillo.

Se trata de calificar las características positivas actuales y potenciales que tiene la persona bajo análisis, y también aquellos aspectos que debe y puede mejorar.

Una vez hecho esto, será posible contrastar estas condiciones con los requerimientos del puesto que ocupa –o que está llamado a ocupar – para definir si existe una real coincidencia entre ellas que permita asegurar el éxito de la gestión.

Todas las herramientas que hemos mencionado hasta la presente entrega están dirigidas a obtener un mayor y mejor conocimiento de nuestro personal, tanto en lo relativo a las personas en sí mismas como a sus habilidades y capacidades.

En la próxima entrega abordaremos el siguiente tema clave del conocimiento de la gente, que es el correspondiente al análisis de sus necesidades.

Hasta la próxima.

Héctor.

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (6ª entrega).

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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (6° entrega)

lunes, 10 de enero de 2011
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Por: Héctor A. Faga

En la entrega anterior hemos visto las características de las personas de acuerdo con la clasificación desarrollada por René Le Senne.

Hoy vamos a intentar hacer una cierta distinción entre las particularidades que caracterizan a los empleados y a los obreros en forma distintiva.

Como ya aclaramos en entregas anteriores, las presentes características son generales pero no universales, ya que podemos encontrar en cada puesto analizado una o más de las asignadas al otro tipo de tarea.

Aquí vamos:

Característica Empleado Obrero
1. Nivel social Por lo general, más alto Por lo general, más bajo
2. Educación formal Más amplia (universitaria) Más limitada (primaria, secundaria)
3. Problemática personal Más elaborada Más simple
4. Nivel de ambición Más acentuado Más atenuado
5. Nivel de compromiso con la empresa Mayor (en la medida que pueda participar y desarrollarse) Menor (Mayor dependencia de la supervisión)
6. Libertad creativa Mayor (puede sugerir) Menor (sigue instrucciones)
7. Nivel de dependencia y libertad de acción Mayor (dentro de parámetros) Menor
8. Espíritu de cuerpo Menor Mayor
9. Constitución física Más débil Más fuerte
10.  Salud Más cuidada Más descuidada
11.  Abnegación Menos resistente Más resistente
12.  Tarea y ambiente laboral Más confortable pero de mayor desgaste mental Menos confortable y de mayor desgaste físico

Vamos ahora a dar algunos “tips” sobre cada una de las características enunciadas:

1. Nivel social

En términos generales los empleados suelen provenir de niveles sociales más altos que los obreros u operarios, o alcanzar dichos niveles a través de su trabajo.

Las características propias de las tareas asignadas a los empleados suelen requerir esos niveles sociales que dan forma a un trato peculiar propio de las mismas.

2. Educación formal

Esas características de las tareas arriba mencionadas también exigen una cuota mayor de educación formal en los empleados que en los obreros.

En estos últimos, por lo general un nivel primario o secundario –e incluso la no existencia de educación formal- es suficiente para desarrollar idóneamente las tareas de operario.

En los empleados, en cambio, cada vez son mayores los requisitos y los niveles de educación mínimo suelen ser universitarios incompletos, terciarios o universitarios.

3. Problemática personal

Si bien con el correr de los años, el desarrollo de la economía y la comunicación masiva ha nivelado en forma importante esta característica, aún así los obreros suelen presentar una problemática personal más simple que los empleados, con gustos menos sofisticados y pretensiones más cotidianas.

Esta característica no necesariamente permanecerá así en el futuro, pero aún en el día de hoy puede notarse alguna diferencia entre unos y otros tipos de trabajadores.

4. Nivel de ambición

Muy unida a la característica anterior, aparece esta nueva condición.

Por lo general los empleados tienen un mayor nivel de ambición que los obreros, que los lleva a tratar de hacer carrera dentro de las organizaciones y acceder a puestos de mayor relevancia.

5. Nivel de compromiso con la empresa

Y en el mismo sentido señalado en el punto anterior, la posibilidad de escalar posiciones tiende a generar un mayor compromiso con la empresa por parte de los empleados que el que tienen los operarios.

Para éstos, la empresa tiene el rostro de sus supervisores, y a ellos se deben.

6. Libertad creativa

Por la propia naturaleza de las tareas, los empleados -aunque más no sea a nivel de dar sugerencias- tienen un margen más amplio de libertad creativa que los obreros, que por lo general deben limitarse a cumplir instrucciones sin apartarse de los estándares fijados para las operaciones.

7. Nivel de dependencia y libertad de acción

Por lo mismo dicho en los puntos anteriores, los empleados suelen tener una mayor independencia y libertad de acción en sus tareas que los operarios.

8. Espíritu de cuerpo

En este rubro los operarios tienen claramente un superior espíritu de cuerpo que los empleados, tal vez producto de todas las características propias aquí mencionadas.

9. Constitución física

Si bien el uso de maquinarias y equipos han minimizado el uso de la “fuerza bruta”, por la propia naturaleza del trabajo –generalmente mucho más rudo para los operarios que para los empleados-, la constitución física de los obreros suele ser más fuerte que la de los empleados.

10. Salud

En términos generales, los empleados ponen una mayor atención al cuidado de su salud personal que los operarios, quienes tienen a su vez una cuota mayor de resistencia y abnegación.

11. Abnegación

Ya mencionado en el punto anterior.

12. Tarea y ambiente laboral

En términos generales, el “trabajo de oficina” suele ser más confortable y descansado que el “trabajo de taller”.

Lo que sí existe en los empleados es una cuota mayor de desgaste mental, mientras que en los obreros ese desgaste es fundamentalmente físico.

Con esta descripción agregamos un nuevo escalón a nuestro propósito de contar con un patrón que nos permita conocer mejor a nuestro personal.

Hasta la próxima.

Héctor.

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5ª entrega).

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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5° entrega)

martes, 28 de diciembre de 2010

Por: Héctor A. Faga

En la entrega anterior hemos visto las características personales que en términos generales se presentan en forma más pronunciada en hombres y mujeres.

Hoy vamos a trabajar la temática de los caracteres humanos básicos que forman parte de la caracterología tanto de hombres como de mujeres.

Para ello trabajaremos con la clasificación realizada por René Le Senne a mediados del siglo pasado.

Le Senne establece tres factores primarios cuya combinación determinan ocho tipos caracterológicos aplicables a todas las personas.

Los tres factores son:

1. Emotividad

Definida como la aptitud de ser conmovidos por sucesos cuya importancia es mínima.

Desde esta perspectiva, las personas pueden ser calificadas como Emotivas o No emotivas.

  • Emotivas (E): Se turban y conmueven fácilmente ante una débil excitación.
  • No emotivas (nE): Difícilmente se conmueven, tienen reacciones poco violentas. Son reposadas, tranquilas, frías, de humor constante y poco llevadas al llanto.

2. Actividad

Es una disposición congénita que empuja a la acción y que según la velocidad de la respuesta y el uso de la energía puesta a disposición, las personas se califican como Activas o No activas.

  • Activas (A): Está ordinariamente ocupadas, son tenaces, ejecutan proyectos, son decididos y realizadores.
  • No activo (nA): Prefieren el sillón a las largas caminatas o ejercicios. Son irregulares en su trabajo, se fatigan fácilmente, tardan en recuperarse, se desalientan con facilidad, son pasivos.

3. Resonancia de las representaciones

Es el efecto, tanto presente como futuro, que una representación (un hecho) produce en una persona y la reacción de ésta ante el mismo.

Sobre esta base las personas se clasifican en Primarias y Secundarias.

  • Primarias (P): La reacción es inmediata, viva y superficial. Todo termina rápido y se olvida el acontecimiento.
  • Secundarias (S): La reacción es retardada, inhibida. Hay una tendencia a guardar, conservar y alimentar los sentimientos (por ejemplo: la venganza). Lo sucedido sigue “resonando”, “repercutiendo” mucho tiempo después de que las cosas pasaron.

La combinación de estos tres factores determina los siguientes ocho caracteres humanos básicos:

1. Colérico: EAP (Emotivo, Activo, Primario)

Valor dominante: La acción

Comportamiento general: Habitualmente exuberante, móvil, de buen humor, muy extravertido, impulsivo, turbulento, inestable.

Trabajo: Es capaz de iniciativas, rápido en el trabajo, quiere acertar pero sin perseverancia en sus esfuerzos.

2. Pasional: EAS (Emotivo, Activo, Secundario)

Valor dominante: La obra a realizar.

Comportamiento general: Habitualmente reservado, reflexivo. Reacciona fuertemente pero se domina. Tiene mucho amor propio. Es autoritario, le gusta mandar. Mucha voluntad e independencia.

Trabajo: Gran trabajador. Ordinariamente ocupado. Muy tenaz en la ejecución de sus proyectos.

3. Nervioso: EnAP (Emotivo, No Activo, Primario)

Valor dominante: La diversión.

Comportamiento general: Inestable, cambiante, sentimientos muy abundantes, las emociones no dejan huella duradera en él. Le gustan las diversiones. Se mueve mucho. Es presumido.

Trabajo: Irregular. Discontinuo. Depende del medio donde se encuentra y de los movimientos de la emotividad.

4. Sentimental: EnAS (Emotivo, No Activo, Secundario)

Valor dominante: La intimidad.

Comportamiento general: Muy sensible a toda clase de emociones. Sentimientos profundos que se manifiestan muy poco exteriormente. Sus reacciones se concretan en el fondo del alma. Reservado, tranquilo, lento en sus movimientos. Soñador, indeciso, serio, melancólico.

Trabajo: Es trabajador, estudioso, aplicado. Le falta resistencia, se desanima fácilmente con las dificultades.

5. Sanguíneo: nEAP (No Emotivo. Activo, Primario)

Valor dominante: El éxito social.

Comportamiento general: Es el “Vividor de la existencia”. Extrovertido. Ávido de distracción. Optimista. Alegre. Conversador. Ameno y chistoso. Amigo de las fiestas, del ruido, de la “buena vida”.

Trabajo: Irregular. Activo pero inconstante. En sus ocupaciones prefiere lo agradable, llamativo. Ama la libertad. Sigue el interés del momento. Le falta ambición.

6. Flemático: nEAS (No Emotivo. Activo, Secundario)

Valor dominante: La ley.

Comportamiento general: Personalidad muy estructurada. Habitualmente calmo, pausado, de humor siempre igual. Dueño de sí, prudente. Poco entusiasta. Poco hablador. Honrado. Ahorrativo.

Trabajo: Gran capacidad de trabajo pero sin tensión. Ordenado, regular, organizador objetivo y realista; aplicado al trabajo y tenaz.

7. Amorfo nEnAP (No Emotivo, No Activo, Primario)

Valor dominante: El placer.

Comportamiento general: Exteriormente sin expresión. Reacciones débiles. Actitud de pasividad, de indiferencia. Vive el momento presente.

Trabajo: Rehuye el trabajo personal. Se cansa pronto. Perezoso, inconstante. Hace solo lo obligatorio y si se lo exige la autoridad. Su rendimiento es débil y se desalienta con facilidad.

8. Apático: nEnAS (No Emotivo, No Activo, Secundario)

Valor dominante: La tranquilidad.

Comportamiento general: Habitualmente cerrado. No manifiesta exteriormente ni sus alegrías ni sus penas. Prefiere la soledad. Sin energía. Un mínimo de expresividad. Actitud fría. Vive en sí, para sí.

Trabajo: Poca disposición para el trabajo. Se desanima fácilmente, rendimiento débil. “Cumple”, pero sin convicciones.

De este modo, tenemos un patrón adicional para conocer a nuestro personal.

Hasta la próxima.

Héctor.

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

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La Matriz De Posicionamiento de Productos / Negocios *

miércoles, 22 de diciembre de 2010
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por: Héctor Faga y Mariano Ramos Mejía


La MATRIZ DE POSICIONAMIENTO DE PRODUCTOS / NEGOCIOS es un sistema que provee información para la toma de decisiones, calificando los distintos productos, grupos de productos, o negocios de una empresa de acuerdo a su rentabilidad absoluta y porcentual, analizando los costos relacionados con los mismos y que a la vez indica de una manera clara cuáles son los posibles caminos a seguir, ponderando las posibilidades reales de cada uno de ellos.

Este desarrollo que realizamos a partir de nuestras experiencias en el asesoramiento de empresas de diverso tipo, está referido fundamentalmente a la comparación de productos y negocios entre sí, en una suerte de benchmarking interno con datos propios de la empresa, y por lo tanto, relativamente fáciles de conseguir, y tiene algunas características particulares que desarrollaremos brevemente a continuación.

Los productos / negocios se clasifican de esta forma de acuerdo a su rentabilidad en:

CATEGORIA AB.

Son aquellos que se venden en cantidades satisfactorias y con un margen de ganancia superior al del promedio de los negocios. Si hablamos de productos estos son los que «se venden solos» y aquellos a los que cualquier esfuerzo adicional de ventas poco agregaría o inclusive podría producir resultados adversos. Son los productos que muchos vendedores quieren vender, por supuesto, ya que no requieren esfuerzos de venta. Hay que despreocuparse de los productos AB, y orientar el esfuerzo de venta hacia aquellos que realmente lo necesitan, precisamente porque su rentabilidad es buena y no tiene sentido ejercer acciones que, incluso, podrían tener un efecto perjudicial sobre los mismos.

CATEGORIA CB.

Son los productos / negocios que a pesar de tener un buen margen de ganancias, se venden poco, por lo que proporcionan menos dinero que el promedio. En estos casos hay trabajar con las cantidades, aumentando el esfuerzo de venta. Nos lleva a considerar el tema del Marketing y la Venta (Mirar hacia fuera). Nos permite plantearnos preguntas como las siguientes:

· ¿Pueden venderse más?

· ¿Qué esfuerzos de marketing y de ventas es necesario realizar?

· ¿Cuál es la competencia?

· ¿Que están haciendo los vendedores con estos productos?

· ¿Se requiere de campañas de publicidad o promociones?

CATEGORIA AD.

Son los productos / negocios que están dejando dinero, porque se venden en cantidades razonables, pero con una rentabilidad inferior al promedio. En estos casos precisamente hay que trabajar con esa rentabilidad, evaluando posibles aumentos de precios, o lo que es factible en la mayoría de los casos, disminuciones de costos. Esta propuesta nos lleva a considerar el tema de la productividad y la eficiencia (Mirar hacia dentro). Las preguntas que deben formularse son:

· ¿Puede aumentarse el precio de venta? ¿Cuánto?

· ¿Soporta o admite el cliente un aumento de precios?

· ¿Pueden reducirse los costos?

· ¿Cuáles son las productividades y las ineficiencias de la fábrica?

· ¿Pueden reducirse costos sin necesidad de inversión adicional?

· ¿Se requiere inversión adicional?

· ¿Que monto de inversión sería necesaria?

· ¿Para lograr qué reducciones de costos (cuantificarlas)?

CATEGORIA CD.

Esta última categoría esta constituída por los productos / negocios que se venden en cantidades menores al promedio pero que también tienen rentabilidades inferiores al promedio. Hay que identificarlos rápidamente para eliminarlos dado que son un lastre que se va «comiendo» la rentabilidad de la empresa.

Por supuesto estas son grandes líneas de acción, que no deben ser tomadas ligeramente y sin considerar otras cuestiones como la existencia de productos o negocios emblemáticos, complementarios, que constituyan barreras de entrada para la competencia u otras situaciones especiales.

De un modo similar al descripto podemos seguir el análisis lógico de los inventarios, para determinar qué hacer con cada tipo de producto, en función de las decisiones tomadas sobre los productos terminados. En resumen, el análisis provisto por la MATRIZ DE POSICIONAMIENTO DE PRODUCTOS / NEGOCIOS sirve también para dirigir la producción hacia aquellos productos de mayor salida y mejor margen, dándoles prioridad de fabricación respecto de los demás. Sirve también, por lo tanto, para lograr una más eficiente administración de los stocks, tanto de los productos terminados como de la materia prima, materiales y productos semielaborados, y un mejor aprovechamiento de los espacios de almacenaje.

Este análisis puede ser adaptado para realizar el análisis de la absorción de costos fijos para cada negocio. Cómo resultado del análisis se conforman cuatro categorías similares a las que hemos analizado pero considerando ahora esos costos fijos:

CATEGORIA AB.

Son aquellos productos / negocios a los que se les han asignado mayor cantidad de costos fijos en valores absolutos, que a su vez impactan fuertemente sobre la venta.

CATEGORIA CB.

Aquellos a los que se les asignaron menor cantidad de costos fijos absolutos que el promedio, pero que impactaron fuertemente sobre la venta.

CATEGORIA AD.

Aquellos a los que se les asignaron mayor cantidad de costos fijos absolutos, pero cuyo impacto sobre la venta es inferior al promedio.

CATEGORIA CD.

Aquellos a los que se les asignaron menor cantidad de costos fijos absolutos y cuyo impacto sobre la venta es inferior al promedio general.

Las dos clasificaciones, en función de la rentabilidad y en función de la absorción de costos fijos, son complementarias entre sí, y nos están indicando que debemos tener cuidado al momento de decidir eliminar algún producto, puesto que los mismos absorben en alguna medida una porción de costos fijos que dejarían de ser apropiados a dicho producto / negocio y por lo tanto aumentarían la pérdida o disminuirían la ganancia.

También puede utilizarse esta técnica para considerar otras variables clave, tales como los créditos otorgados a los clientes que compran determinados productos, la calificación de dichos clientes, el análisis de antigüedad de la deuda, el análisis de las compras y las condiciones de pagos a proveedores. A partir de estas utilizaciones se relaciona con la utilización de otras técnicas de análisis financiero cómo los índices de rentabilidad, el índice de Dupont, los índices de inmovilización de stocks, créditos y deudas, etc.

Presenta la ventaja adicional de permitir acortar los tiempos del análisis ya que se concentra en los productos, negocios, inventarios, clientes, y en general de aquellas situaciones que requieren de una mayor y una más urgente atención, produciendo shortcuts para aprovechar mejor el escaso tiempo del que generalmente disponemos.

* Fuente: “Cómo conocer y manejar sus costos para tomar decisiones rentables” (Ediciones Granica, Buenos Aires, 1997) y “Cómo profundizar en el análisis de sus costos para tomar mejores decisiones empresariales” (Ediciones Granica, Buenos Aires, 2000), ambos por Héctor A. Faga y Mariano Ramos Mejía.

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