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El cambio (cuarta entrega)

lunes, 8 de agosto de 2011

Por Héctor A. Faga

 

Al término de nuestra entrega anterior dijimos que el desafío del cambio implica:

1. La sensación del cambio

2. La percepción del cambio

3. La adaptación al cambio

4. La administración del cambio

Cada una de estas “etapas” será desarrollada con algún grado de profundidad en las siguientes entregas, pero antes de introducirnos en el análisis detallado de las mismas, vamos a tratar previamente la problemática de los Paradigmas.

Sabemos que una respuesta generalizada a la propuesta de cambio es la por todos conocida resistencia al cambio, y podemos también afirmar que ésta se alimenta en buena medida de la existencia de los paradigmas.

¿Qué es un paradigma?

Existen muchas definiciones del término, de entre las que hemos elegido las siguientes.

Un paradigma es:

1.     Un modelo o patrón condicionante de la conducta (del griego “parádeigma”, que significa ejemplo o modelo) que representa una realidad alternativa

2.     Un conjunto de conocimientos y creencias que conforman una cierta cosmovisión del mundo

3.     Un conjunto de opiniones, valores y métodos compartidos por los integrantes de un colectivo, que constituyen una teoría o modelo explicativo de la realidad

En todas las definiciones anteriores encontramos un elemento común: el paradigma constituye un “filtro” para nuestro cerebro al momento de apreciar la realidad y de establecer nuestra conducta frente a aquella.

Desde esta perspectiva, es importante puntualizar que los paradigmas están sujetos a las prácticas y costumbres sociales de cada uno de los tiempos en los que esos paradigmas son aceptados.

Según el físico y filósofo estadounidense Thomas Khun, quien en la década del ‘60 caracterizó y le dio un nuevo contenido a la palabra, “cada paradigma delimita el campo de los problemas que pueden plantearse, con tal fuerza que aquellos que caen fuera del campo de aplicación del paradigma ni siquiera se advierten”.

Para Khun, cuando se produce el cambio de un paradigma, no es posible comparar el nuevo con el anterior, porque hasta las palabras usadas para explicarlo son distintas.

Khun utiliza un modelo que básicamente consiste en lo siguiente:

1.     Establecimiento de un paradigma

2.     Uso del paradigma y acumulación de paradojas (observaciones que se contraponen al paradigma)

3.     Creación de una crisis por acumulación de paradojas

4.     Reacción y prueba de nuevas teorías

5.     Establecimiento de un nuevo paradigma

Por lo general, un paradigma establece límites de acción.

Suelen ser fórmulas de éxito probadas en el pasado.

A partir de los paradigmas se construyen metáforas, que son figuras retóricas por medio de las cuales se traslada el sentido de una palabra a otra.

La metáfora muestra cómo pensamos de un problema en forma general y guía nuestros intentos de comprender aspectos particulares del mismo.

Algunos ejemplos de metáforas:

  • Discusión = Guerra
    • Tu posición es indefendible
    • Nunca gané una discusión con él
    • Sus críticas iban justo al objetivo
    • Demolí sus argumentos
    • Él atacó cada punto débil de mi argumento.
  • Corazón = Bomba
    • Recién en el siglo XVII se interpretó al corazón como una “bomba”
  • Movimiento militar = Mecanismo de relojería
  • Cerebro = computadora.
  • Finanzas = Plomería
    • Inundar el mercado
    • Dinero lavado
    • Activos líquidos
    • Flujo de efectivo
    • Precios bajo las aguas
    • Activos congelados
    • Cuentas corrientes
    • Precio flotante.
  • Maestro = Jardinero
    • Plantar la semilla
    • Extender las raíces
    • Buscar el terreno adecuado

A lo largo de nuestros análisis “caseros” de la conducta humana y de las organizaciones frente al cambio, hemos encontrado la presencia de al menos dos tipos de paradigmas:

1.     Los paradigmas “populares”, sean éstos personales o sociales

2.     Los paradigmas “empresariales”, que si bien tienen base en lo individual, se transforman en colectivos

Veamos algunos ejemplos de ambos tipos de paradigmas que nos han condicionado a lo largo de nuestra vida:

1.     Los hombres no lloran (con lo cual se deben tragar las rabietas y ser unos frustrados cuando grandes)

2.     Las mujeres no deben fumar en público (¿quién le hace caso hoy en día?)

3.     No te metás viejo (clásico argentino, básicamente porteño)

4.     La mujer que usa pantalones ajustados y sale de noche es una mujer de mala vida (¡y hoy día salen en b….. bikinis, no importa la edad que tengan!)

5.     Es inútil: lo que natura non da, salamanca non presta (con lo que se niega toda posibilidad de progreso humano, de modificación de conducta, de potencial…)

6.     Si todos lo hacen, ¿por qué yo no? (típica frase de funcionario de gobierno argentino)

7.     ¿Que por qué no se puede? Porque no (típica frase de padre sin argumentos “convenciendo” a su hijo)

8.     La viveza criolla es una fortaleza argentina (y así nos fue)

9.     Somos los campeones morales (menos mal que ya se nos está pasando porque de vez en cuando somos los campeones reales)

10.  Si le va tan bien, algo habrá hecho (típica desconfianza argentina hacia quien tuvo un éxito que nos es esquivo)

11.  Me cansé de decirlo y no me escucharon (seguro que estuvo golpeando en la puerta equivocada)

12.  De carne somos (típica excusa de quien no tiene el carácter suficiente para refrenar sus instintos de todo tipo)

13.  No hay plata que alcance (sobre esto no quiero opinar)

14.  Tenía que ser mujer (frase machista para calificar una maniobra automovilística, a veces usada incluso por otra mujer)

15.  Tomar remedios con Coca Cola o comer sandía con vino hace mal (¿y si probamos sandía con Coca Cola?)

16.  Estamos mal, pero vamos bien (lo que pasa es que no sabemos hacia dónde vamos)

17.  No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista (eso dijo la abuela al cumplir 101 años)

18.  Si le pasó, por algo será (sí, será porque le pasó)

19.  Las mujeres son todas unas locas, menos mi mamá y mi hermana (menos mal que todos tenemos madre y algunos incluso hermanas)

20.  A los chicos, de vez en cuando, un buen bife les viene bien (¿para comer o los que dejan marca?)

21.  Los jóvenes de pelo largo son todos hippies, vagos y drogadictos (creo que lo dijo Kojak)

22.  La gente de la villa se queja pero todos tienen televisor (¿será porque merecen el castigo de mirar los programas que se emiten en la televisión argentina?)

23.  En el barrio norte todo es más caro, pero mejor (porque lo compran en La Salada pero lo envuelven en seda)

¿Los reconocen?

Y veamos ahora una serie de paradigmas empresariales:

1.     Estamos aislados del mundo (menos mal; ¿te imaginás si estuviéramos en el medio de los problemas?)

2.     Hay un complot internacional contra Argentina (¿de quién?)

3.     No podemos competir con Brasil (y entonces, ¿con quién?)

4.     Nuestra empresa carece de una organización apta para operar con el mundo (¿y qué esperás para armarla?)

5.     La comunicación con el mundo es costosa y exige altos recursos (se nota que esto era antes de la aparición de internet)

6.     Somos pequeños. No podemos competir con el costo de las grandes empresas (y ellas quisieran ser más chicas)

7.     Los países desarrollados y las grandes empresas verán las oportunidades antes que nosotros (Onassis manejaba un bote antes de ser millonario)

8.     Los consumidores son muy distintos en todo el mundo y será difícil adaptarse a ellos (típica excusa para seguir vendiendo lo que nosotros queremos)

9.     Hay que vivir con lo nuestro (claro: porque “el mundo fue y será una porquería, ya lo sé”)

10.  Esta fue una gran empresa (¿y no será culpa nuestra que ya no lo sea?)

11.  No tenemos gente, no tenemos herramientas (y no tenemos ganas)

12.  Siempre se hizo así (es la “frase asesina” por excelencia)

13.  Todo es urgente (con lo cual, nada es urgente)

14.  No hay conducción (y así eludo mis propias responsabilidades)

15.  El mercado es cautivo, así que el servicio no importa (slogan de empresa pública argentina)

16.  Pateémoslo para no comprometernos (y así nadie se hace cargo y las cosas siguen igual)

17.  Total, por lo que me pagan (¿no será que te pagan exactamente lo que te merecés?)

18.  Lo que sirve es la experiencia (claro, y el estudio, la innovación, la creatividad, la curiosidad, el empuje, la conducta…)

19.  La culpa es de los técnicos (total, no están aquí para defenderse)

20.  Total, el agua sale (paradigma de la ex OSN)

¿Pueden ustedes enriquecer estas dos listas con otros paradigmas (viejos o actuales)?

La seguimos en la próxima.

Héctor.

(continúa)

La imagen que ilustra este artículo es del periodista y dibujante chileno Guillo. Para descubrir más sobre él y su trabajo ir a http://www.guillo.cl

De la misma serie en este blog:

La Visión de la Realidad

El Cambio (primera entrega)

El Cambio (segunda entrega)

El Cambio (tercera entrega)

Otros post sobre el tema:

Cambio Organizacional (Change Management)

EL CAMBIO

La receta para orientar el negocio en la crisis

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Recordando las Leyes de Murphy (VIII)

sábado, 6 de agosto de 2011

Más Murphy más…

Comentario de Freeman sobre el Teorema de Ginsberg: Toda filosofía importante que intente hacer creer que al vida tiene algún significado, está basada en la negación de alguno de los elementos del teorema de Ginsberg. Esto es:

  1. El capitalismo supone que se puede ganar.
  2. El socialismo supone que se puede empatar.
  3. El misticismo supone que se puede dejar el juego.

Comentario de Ehrman:

  1. Las cosas empeorarán antes de mejorar.
  2. ¿Quién dijo que las cosas mejorarían?

Agregados de Héctor Faga a los comentarios de Ehrman:

  1. 1. ¿Qué significa mejorar?
  2. 2. No estar peor ya es mejorar.

Segunda Ley de Everitt acerca de la Termodinámica: La confusión va en constante aumento en el sociedad. Solamente si alguien o algo trabaja excesivamente, esta confusión se reducirá para imperar en una región limitada. Sin embargo, este esfuerzo aun resultará en un aumento de la confusión total de la sociedad como un todo.

Ley de Murphy acerca de la Termodinámica: Las cosas empeoran cuando están sujetas a presión.

Comentario de Héctor Faga: Excepto la comida dentro de las ollas.

Segunda Ley de Commoner acerca de la ecología: Nada se va para siempre.

Aporte literario de William Shakespeare: Nada saldrá de la nada.

Fuente: Las frases en letra regular fueron extraídas del libro “Ley de Murphy y otras razones porque las cosas salen mal”, de Arthur Bloch, Editorial Diana, México, 1980. Las frases en cursiva son parte de nuestro aporte personal al tema.

Post Anteriores de esta serie:

Recordando las leyes de Murphy (I)

Recordando las leyes de Murphy (II)

Recordando las leyes de Murphy (III)

Recordando las leyes de Murphy (IV)

Recordando las leyes de Murphy (V)

Recordando las leyes de Murphy (VI)

 

Recordando las leyes de Murphy (VII) 

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El Cambio (segunda entrega)

lunes, 25 de julio de 2011

Por Héctor A. Faga

Escuchemos de nuevo la canción «Cambia, todo cambia», del compositor chileno Julio Numhauser, interpretado por «La Negra» Sosa.

Esta versión tiene la ventaja de que está subtitulada, con lo cual podrán seguir la letra con mayor facilidad.

Escúchenla a continuación:

¿Qué les sugiere la letra?

En algunos seminarios que impartimos sobre el tema de Cambio, Adaptación y Creatividad, al hacerles escuchar y leer la canción y luego pedirles que me dieran sus impresiones, los participantes compartieron las siguientes reflexiones personales:

La vida es algo así como un Proceso continuo.

Si bien muchas cosas cambian, algunas permanecen estables y constantes.

Muchas veces cambia el continente pero no así el contenido.

Todas las personas debemos cambiar si queremos seguir el ritmo de la historia.

Mal que nos pese, el cambio es inevitable y debemos aceptarlo.

No debemos temerle al cambio, ya que si bien lo vivimos como una amenaza, puede ser una oportunidad.

El cambio es global y por ello nos afecta a todos. Nadie se libra de su influDencia.

El cambio produce miedo y angustia.

Es necesario tomar distancia para apreciarlo y aprovecharlo.

No sólo hay que aceptarlo, sino también anticiparse.

El cambio es impredecible. Puede tomar cualquier dirección.

Es importante buscar la justificación de por qué se producen los cambios.

No cambia lo esencial sino lo accidental.

El que crea, sabe dónde va, se dirige al cambio.

Y ustedes, ¿qué piensan?

(continúa)

De la misma serie en este blog:

El Cambio (primera entrega)

Otros post sobre el tema:

Cambio Organizacional (Change Management)

EL CAMBIO

La receta para orientar el negocio en la crisis

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El Cambio (primera entrega)

viernes, 22 de julio de 2011

Por Héctor A. Faga

Hasta ahora hemos transitado por la temática de la visión de la realidad, para lo cual vimos una serie de imágenes paradójicas que ilustraron lo que quisimos expresar en la narración.

Ahora vamos a introducirnos en la temática del cambio, para lo cual haremos algo de historia, de forma de fijar una base al razonamiento temático.

La realidad está en permanente cambio

A fines del siglo VI, por el año 500 A.C. se producen en Grecia las dos respuestas al problema metafísico, a la cuestión de la materia primordial.

Estas respuestas están vinculadas a Heráclito de Efeso y Parménides de Elea.

Ambos filósofos se preguntaban por la definición de lo único y permanente, lo que está detrás de lo diverso y cambiante.

Para ellos, el conocimiento sensible no era el conocimiento destinado a proporcionar la verdad, porque los sentidos no eran testimonio fidedigno de verdad y realidad.

Para Heráclito la concepción del ser tiene que ver con el devenir.

Lo concibe de tal modo que hace de él lo que es, el verdadero ser.

Heráclito es considerado oscuro, primero por el estilo sentencioso en que nos llegaron sus fragmentos y también por la escasez de los mismos.

Dice que la realidad es fluyente (la frase la recibimos de Platón, que lo conoció), es esencialmente flujo, y en ese devenir consiste el ser.

Él no afirmó que la realidad está constituida por multitud de cosas diversas que cambian constantemente (Thales de Mileto ya había superado ese concepto).

Para Heráclito, el devenir de todas las cosas está sometido a una ley única y permanente.

El ser no consiste en esa suma de cosas que devienen, sino en el mecanismo en cuya virtud todo deviene.

Heráclito concibe que cada cosa es lo que es por un equilibrio entre contrarios, que inmediatamente se rompe a favor de uno u otro.

Dijo Heráclito: “Ningún hombre pone dos veces los pies en el mismo río, porque ni el hombre es el mismo ni el río es el mismo”.

Y agregó: “Lo único permanente es el cambio”.

Es “una armonía de tensiones opuestas, como la del arco y la flecha”.

La tensión del arco se logra por la oposición de éste y la flecha.

Otro fragmento célebre dice que la lucha es la ley del mundo, la guerra la madre y señora de todas las cosas.

Por supuesto, se refiere a la guerra metafísica, ley única y permanente de todo devenir.

Es una armonía que llama a veces divinidad.

Haciendo una aplicación no filosófica del pensamiento de Heráclito a la cosa cotidiana, podemos aplicar estas frases a la realidad.

Ni el río ni el hombre son los mismos, porque el devenir los ha cambiado.

Es decir, que implica que permanentemente, tanto las personas como el entorno, estamos cambiando.

Parménides, por su parte, que se oponía a Heráclito, pensaba que sólo es lo que puede ser racionalmente pensado, y lo que no, no es.

Pareciera plantear la disyuntiva entre lo lleno y lo vacío.

Los atributos del ser son: es algo increado; indestructible; indivisible; inmóvil.

Por lo tanto el ser es uno y compacto.

Las cosas que llenan nuestro mundo sensible, que están en constante cambio, son apariencias, ilusiones, porque fuera del ser increado, indestructible, no se puede pensar lo contrario.

La diferencia y el cambio son imposibles.

Si bien Heráclito fue refutado por Parménides, esta idea del cambio permanente ha llegado hasta nuestros días.

Y hoy más que nunca es visible a nuestros ojos que el cambio es permanente.

Basta para ello mirar a nuestro alrededor y a nuestra historia reciente.

Escuchemos y veamos a continuación la hermosa canción de Julio Numhauser qué nos cantaba Mercedes Sosa hace algún tiempo y reflexionemos sobre los contenidos del cambio que nos presenta.

 

(continúa)

 

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Frases reales de gerentes y jefes pero al estilo Dilbert

lunes, 18 de julio de 2011

Una revista de negocios americana promocionó un concurso de «Citas estilo Dilbert». Buscaba que los participantes enviaran citas de expresiones reales de sus Jefes – pero al estilo de Dilbert. Las que siguen son algunas de las mejores respuestas recibidas:

  • «A partir de mañana, los empleados van a entrar al edificio usando tarjetas de seguridad individuales. El próximo miércoles se les van a tomar fotografías, y en dos semanas más recibirán la credencial».
  • Esta fue la cita ganadora, presentada por Fred Dales, de Microsoft Corporation en Redmond, Washington.
  • «Lo que necesito es una lista completa de todos los problemas no conocidos que vamos a encontrar».
  • «El correo electrónico no es para pasar información o datos. Debe utilizarse solo para asuntos de la compañía».
  • «Este proyecto es tan crítico que no podemos dejar que asuntos más importantes interfieran con él».
  • «Hacer las cosas rápido y bien no es una excusa para no cumplir con los tiempos. Nadie va a creer que Ud. ha resuelto este problema en un día: hemos estado trabajando en él durante meses. Ahora vaya y haga como que está ocupado por algunas semanas más, y yo le haré saber cuándo es tiempo de avisarle al cliente».
  • «Trabajo en equipo es un montón de gente haciendo lo que YO digo».
  • «Nosotros sabemos que hay un problema de comunicación, pero la compañía no lo va a discutir con los empleados».
  • Recientemente hemos recibido un e-mail de un directivo diciendo: «Esto es para informarles que hoy van a recibir un memo acerca del asunto mencionado anteriormente».
  • Una vez mi jefe me pidió que le presentara un informe acerca del estado de avance de un proyecto en el que yo estaba trabajando. Al preguntarle si estaba bien que se lo entregara el día siguiente, me contestó: «Si lo quisiera mañana, hubiera esperado hasta entonces para pedírselo».

Recomendamos visitar la página oficial de Dilbert, por Scott Adams.

También en este blog:

Recordando las Leyes de Murphy

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CAPACITACIÓN – LAS CUATRO PREGUNTAS DEL APRENDIZAJE

miércoles, 13 de julio de 2011

Contestando dos grupos de las siguientes preguntas: ¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Cuándo? y ¿Dónde? es posible puntualizar sus necesidades de capacitación.

  1. Grupo Uno: ¿Qué necesidad existe? Ejemplos: mejorar las habilidades de comunicación o acrecentar el conocimiento financiero de los empleados. ¿Por qué la gente necesita esta capacitación? ¿Cuándo usarían ellos lo que aprendan? ¿Dónde usarían ellos este entrenamiento?
  2. Grupo Dos: ¿Qué habilidades específicas necesitan los empleados? Para mejorar las habilidades de comunicación, por ejemplo, las respuestas pueden ser escuchar o escribir. ¿Por qué necesitan ellos estas habilidades? ¿Cuándo usarían ellos las habilidades que aprendan? ¿Dónde usarían ellos las habilidades que la capacitación y el entrenamiento les darán?

Nota: No se preocupe si usted nota algún solapamiento en sus respuestas a las dos últimas preguntas de cada grupo. Cubriendo con ellas el mismo foco usted se asegurará que comprende totalmente sus necesidades de capacitación.

Fuente: How to Deliver Training, by Martin Orridge, Gower Publishing Ltd., Gower House, Croft Road, Aldershot, Hampshire, GU11 3HR, England. Extraído de Communication briefings, Volume XVIII, Nº IV. 1101 King Street, Suite 110, Alexandria, VA 22314, USA.

 

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DELEGACIÓN INTELIGENTE: Dé instrucciones claras

viernes, 8 de julio de 2011
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Use estas técnicas para instruir a sus empleados con claridad:

  • Comience por lo básico y luego muévase hacia las instrucciones complicadas. Dé a los empleados tiempo para que le hagan preguntas. Si no lo hace, habrá buenas chances de que lo malinterpreten.
  • Haga una prueba: Piense en lo que usted quiere decir basado en un cuadro claro de lo que quiere que se haga. Luego recite su mensaje en voz alta. Haciendo esto puede evitar tener que repetir y tal vez perder su calma si siente que los empleados no están entendiendo su mensaje lo suficientemente rápido.
  • Ofrezca versiones habladas y escritas de los que usted quiere. Primero dígaselas, luego permítales que ellos lean sus instrucciones. Finalmente, conteste cualquier pregunta.
  • Haga que los empleados escriban los pasos que ellos piensan tienen que dar para hacer lo que usted pide. Revise esos planes y ajústelos cuando sea necesario.

Doble recompensa: Usted no tendrá que estar explicando todo, y esto dará a los empleados un aliciente cuando ellos sientan que usted confía en que irán adelante con un plan.

Extraído de Communication briefings, Volume XX, Nº I. 1101 King Street, Suite 110, Alexandria, VA 22314, USA.

La imagen es de Joselito, y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

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Recordando las Leyes de Murphy (VII)

miércoles, 6 de julio de 2011
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Una vez más traemos a ustedes las citas a las leyes de Murphy y de sus amigos y admiradores. Veamos las siguientes:

Primera Ley de Zymurgy acerca de la evolución de los sistemas de la dinámica: Cuando se abre una lata de gusanos, la única forma de volverlos a enlatar es utilizar una lata más grande.

Comentario de Héctor Faga: ¡O gusanos más chicos!

Ley de la resignación de HF: Peor que morder una manzana y encontrar un gusano, es morderla y encontrar medio gusano.

Ley de Sturgeon: El 90% de todo es imperfecto.

Ley complementaria de HF: El 10% restante también.

Leyes no recíprocas sobre las expectativas: Expectativas negativas producen resultados negativos. Expectativas positivas producen resultados negativos.

Corolario de HF: Para obtener resultados positivos no hay que tener expectativas.

Complemento del corolario: ¡Aún así no los conseguirá!

Ley de Booker: Una onza de aplicación vale una tonelada de abstracción.

Leyes de Klipstein aplicadas a ingeniería general:

  1. La solicitud de una patente será precedida, por una semana, de una solicitud similar hecha por un trabajador independiente.
  2. La seguridad en las fechas de entrega es inversamente proporcional a la rigidez del programa.
  3. Las dimensiones siempre serán expresadas en los términos menos aplicables. La velocidad, por ejemplo, será expresada en octavos de milla cada quince días.
  4. Cualquier cable cortado a la medida, quedará demasiado corto.

Fuente: Las frases en letra regular fueron extraídas del libro “Ley de Murphy y otras razones porque las cosas salen mal”, de Arthur Bloch, Editorial Diana, México, 1980. Las frases en cursiva son parte de nuestro aporte personal al tema.

Post Anteriores de esta serie:

Recordando las leyes de Murphy (I)

Recordando las leyes de Murphy (II)

Recordando las leyes de Murphy (III)

Recordando las leyes de Murphy (IV)

Recordando las leyes de Murphy (V)

Recordando las leyes de Murphy (VII)

 

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El Método de Inferencia de la Rentabilidad Ajena (M.I.R.A.) Segunda Parte

lunes, 4 de julio de 2011
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Por Héctor A. Faga (1)

En un post anterior, planteábamos realizar algunas adaptaciones prácticas de la teoría de los costos, que nos permitan analizar la rentabilidad de nuestros negocios y productos y también estimar la correspondiente a los de nuestros competidores, y tomar decisiones basados en esa información.

Para ello presentamos el ejemplo que sigue:

Nuestra empresa La competencia
Estructura inicial Venta                 $ 100.000 

Costo directo     $   60.000

Contribución      $   40.000

Costo fijo           $   30.000

Resultado          $   10.000

Primera vuelta: la competencia ofrece un precio de venta de $ 90. Estimamos su cuadro de ingresos Venta                 $   90.000 

Costo directo     $   60.000

Contribución      $   30.000

Costo fijo           $   30.000

Resultado          $   ——–

Segunda vuelta: ofrecemos un precio de $80 Venta                 $   80.000 

Costo directo     $   60.000

Contribución      $   20.000

Costo fijo           $   30.000

Resultado          $ (10.000)

Tercera vuelta: la competencia ofrece un descuento adicional que lleva el precio a $70 Venta                 $   70.000 

Costo directo     $   60.000

Contribución      $   10.000

Costo fijo           $   30.000

Resultado          $ (20.000)

y decíamos: «Dado que ese valor ofrecido por el competidor lleva el precio por debajo del mínimo absoluto que estamos dispuestos a soportar (una pérdida de $ 15.000), ha llegado el momento de desistir del negocio y dejarlo en manos de nuestro competidor».

En primer lugar, si la estructura de costos del competidor es tal como la imaginamos, él no está cubriendo todos los costos fijos del negocio con el precio establecido.  Esto significa que está perdiendo plata – o ganando menos de la necesaria para subsistir y crecer -, y nosotros debemos plantearnos que ojalá todos sus negocios presenten una característica similar a éste.

Pero puede pasar, a contrario sensu, que el negocio para él sea rentable, con lo que nosotros debemos revisar nuestros supuestos acerca de su estructura de costos.

También puede suceder que tenga menores costos variables, menores costos fijos, ambas cosas a la vez, o haya decidido tomar el negocio a cualquier precio para fijar una barrera de entrada a la competencia (en este caso, nosotros).

Si logramos obtener mejor información que la que poseemos, replanteamos las ecuaciones del negocio y nos quedamos a la espera de una segunda oportunidad.

Pero, mientras tanto, revisamos también nuestros propios costos para intentar descubrir nuestras fallas y encontrar caminos para mejorar nuestra propia rentabilidad.

Registramos todas estas variantes, propias y ajenas, y la próxima vez que se presenta un negocio similar, volvemos a llenar la tabla con los nuevos datos que poseemos o estimamos, de un modo similar al siguiente:

Nuestra empresa La competencia
Ultima vez previa: Ganó nuestra competencia a un precio de $ 70. Venta                 $   70.000 

Costo directo     $   60.000

Contribución      $   10.000

Costo fijo           $   30.000

Resultado          $ (20.000)

Primera oferta nuestra actual: $ 80 Venta                 $   80.000 

Costo directo     $   60.000

Contribución      $   20.000

Costo fijo           $   30.000

Resultado          $ (10.000)

Segunda vuelta: la competencia ofrece ahora un precio de venta de $75. Venta                 $   75.000 

Costo directo     $   60.000

Contribución      $   15.000

Costo fijo           $   30.000

Resultado          $ (15.000)

Nuevamente nuestro competidor ganó la puja «perdiendo plata», pero esta vez lo hizo a un precio mejor que la primera vez.

Debemos nosotros revisar nuestra política de precios y nuestros costos variables y fijos, así como la asignación de estos últimos a cada uno de nuestros negocios, para verificar que no estamos penalizando este negocio en particular (que es la dificultad que ofrece la asignación de costos fijos).

Registramos asimismo este nuevo límite al cual perdimos otra vez un negocio, y así volvemos a empezar.

Al cabo de algún tiempo de perder y ganar negocios a distintos precios y con diferentes grados de rentabilidad, habremos «trazado un mapa» de nuestro negocio y del de los competidores, que nos permita cotizar con mayores probabilidades de acertar, en un esquema similar al siguiente:

TABLA DE PRECIOS MÍNIMOS DE VENTA PARA COMPETIR

Producto A Producto B Producto N Total
Precio de venta $ 75 $ 100 $ 90
Cantidad 1.000 1.000 1.000
Margen contribución $ 15.000 $ 40.000 $ 60.000 $ 100.000
Costo fijo asignado $ (30.000) $ (30.000) $ (30.000) $ (90.000)
Resultado $ (15.000) $ 10.000 $ 30.000 $ 10.000
Ganador Competidor Empresa Empresa
Margen contribución adicional competidor $ 15.000
Resultado total $ 25.000

Analizando el conjunto, es posible que decidamos que la próxima vez que esté en juego el Producto «A», ofreceremos un precio más bajo para ganar el negocio, aunque no absorbamos todo el costo fijo asignado, ya que al haber resignado el negocio a manos del competidor perdimos el costo fijo no absorbido por ese negocio ($ 15.000).

¿Se entiende la propuesta?

No es tan difícil, después de todo. ¿Verdad?

Tal como le habíamos dicho, se trata de disciplinar la información para usarla positivamente en el momento apropiado, comprendiendo nuestro negocio y teniendo una estimación relativamente adecuada del de nuestro competidor.

Haga la prueba en su empresa, y después nos cuenta.

(1): Para un análisis más detallado de esta temática se sugiere consultar el libro “Cómo conocer y manejar sus costos para tomar decisiones rentables”, de Héctor Alberto Faga y Mariano Enrique Ramos Mejía, Colección Cuadernos, Ediciones Granica, Buenos Aires, Argentina (1997).

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La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortissimo (quinta entrega)

lunes, 27 de junio de 2011
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Por: Héctor A. Faga

En la entrega anterior hicimos un análisis exhaustivo de las tareas y costos de adquisición del factor humano

Ahora veremos algunos aspectos particulares que merecen una consideración especial por la importancia específica que tienen, como las siguientes:

  1. Remuneración (inicial, composición, encuadre en el conjunto, proyección futura)
  2. Formalidad de la contratación (período de prueba, contrato promocional, ingreso en nómina permanente)
  3. Introducción en la empresa (inducción, inserción en la cultura empresarial, capacitación en la tarea, curva de aprendizaje)

Veamos a continuación cada una de ellas.

1. Remuneración

La remuneración del candidato es un costo explícito pero que puede traer aparejados otros costos implícitos u ocultos.

Por lo general, cuando se reemplaza una persona, el mercado suele traer un “aire de mayores costos”, dado que los candidatos que buscan empleo están intentando mejorar sus ingresos y por lo tanto solicitan una remuneración más alta que la que tienen en la actualidad.

Ésta no es una verdad universal ni está científicamente comprobada, pero en términos globales suele presentarse la situación de que los candidatos solicitan una remuneración inicial mayor a la que la empresa está dispuesta –en principio- a abonar.

Ante este mayor costo explícito, se presenta también un costo implícito adicional, que es el de la adecuación de la estructura al nuevo nivel “obligado” por el ingreso del candidato.

Si bien los sueldos suelen ser –en teoría- confidenciales, de algún modo la información de lo que se paga suele filtrarse en la empresa, y el personal antiguo puede sentirse muy molesto si sus ingresos quedan rezagados en comparación con el nuevo ingresado quien, para colmo, aún debe dar pruebas de que fue efectivamente bien contratado y responderá a las expectativas que se centran en él.

Por todo ello es necesario contar con una adecuada categorización de las personas y los puestos en la empresa y tratar de respetar las remuneraciones correspondientes a cada categoría y percentiles (de acuerdo a edad, antigüedad y otras consideraciones) para que la estructura global de sueldos no se resienta.

Pero no sólo se trata de la remuneración inicial, sino también de su desarrollo a través del tiempo, para lo cual la categorización es una herramienta fundamental a la hora de hacer ajustes individuales o globales.

Y todos estos conceptos, además, debemos ponerlos en contexto en función de si estamos ante escenarios sin inflación, con inflación o con hiperinflación, ya que las respuestas ante cada uno de ellos serán necesariamente distintas.

Otro aspecto a considerar en la remuneración es su composición.

Nos estamos refiriendo específicamente a qué porción será fija, variable, directa, indirecta, mensual o anual.

Si bien este tipo de definiciones dependerá en gran medida del puesto a cubrir y del nivel del mismo dentro de la organización, los componentes más habituales son:

  1. Sueldos
  2. Comisiones
  3. Bonos por cumplimiento de objetivos
  4. Participaciones en las utilidades y compra de acciones de la empresa a valor preferencial
  5. Remuneraciones en especie (coche de la empresa, notebook, etc.)
  6. Reconocimiento de gastos (automóvil, movilidad, representación, celular)
  7. Pagos adicionales (excedente de plan médico, jubilación privada, seguro optativo, excedente de días de vacaciones, pago de gastos de vacaciones, reintegro de gastos de remedios, internet en domicilio, capacitaciones varias del empleado, reconocimiento de gastos de educación de los hijos, etc.)
  8. Préstamos a tasa muy baja dados por la empresa a comienzos de cada año y reintegrable por el mismo al fin del año, sobre una base de renovación anual

Obviamente, cada uno de estos conceptos trae aparejado (o no) un adicional de cargas sociales, por lo que es sumamente importante analizar cuidadosamente la composición global de la remuneración para calcular el costo efectivo de su implementación.

2. Formalidad de la contratación

Algunas empresas tienen como costumbre establecer una suerte de convenio escrito que entregan al nuevo empleado, en el que se establecen las condiciones generales de la contratación, la descripción de sus funciones, la remuneración ofrecida y otra serie de datos que ponen en negro sobre blanco los aspectos clave de la contratación.

Esta práctica es resistida por buena parte de los profesionales del derecho, porque este documento puede ser utilizado en contra de la empresa, dentro de un sistema jurídico que no ofrece las garantías necesarias para que las empresas puedan operar con tranquilidad.

Sea como fuere, se firme o no un acuerdo, es conveniente al menos tener una suerte de convenio informal donde todas estas cuestiones queden explicitadas.

De este modo, se previenen conflictos futuros basados en la interpretación que cada parte hace de las condiciones acordadas.

Entre estas cuestiones figura también la de la forma de la contratación en cuanto a si se trata de un contrato transitorio, si es de incorporación inmediata en la nómina permanente o si se formaliza un período de prueba.

Respecto de este último punto, ya la legislación argentina prevé un período de tres meses dentro del cual la empresa puede desvincular al nuevo empleado sin tener que pagar el costo total de indemnización ni expresar la causa de la desvinculación.

Pasado ese período de prueba, entran a regir las disposiciones que hacen al pago de indemnizaciones por antigüedad y preaviso.

3. Introducción en la empresa

La persona ya ha sido seleccionada para el puesto y en fecha próxima comenzará a ser parte del staff de la organización.

Obviamente requerirá de un período de aclimatación –nuevos costos del factor humano- en el que comenzará a buscar “su lugar en el mundo” y durante cuya vigencia no será posible pedirle demasiados resultados a su gestión.

Este período puede ir de entre una a dos semanas (en el mejor de los casos) a dos meses o más, dependiendo de la complejidad del puesto y de la organización.

La empresa deberá preparar una inducción para que el nuevo colaborador conozca a sus superiores, pares y dirigidos y comience a entender la naturaleza de ese negocio en particular y a conocer las normas y procedimientos que determinan el modus operandi y la cultura empresarial.

También es posible que por la naturaleza de la tarea se requiera una capacitación específica en la misma, lo que trae aparejada la existencia de una cierta curva de aprendizaje para llegar a producir los resultados deseados.

Una vez más, todos estos son costos –o inversiones- que la empresa debe insumir para que el nuevo empleado pueda rendir de acuerdo con las expectativas previas.

Con lo dicho aquí damos por terminado el capítulo correspondiente a los Costos de adquisición.

En la siguiente comenzaremos con el tratamiento de lo que hemos dado en llamar los Costos de mantenimiento del factor humano.

Hasta la próxima.

Héctor.

Para ver los post anteriores de esta serie:

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (2ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (3ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (4ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (5ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (6ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 1. Preludio (7ª entrega).

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura.

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (2ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (3ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (4ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (5ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano –  2. Obertura (6ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (7ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 2. Obertura (8ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo (1ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo (2ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo (3ª entrega)

La Sinfonía de los Costos del Factor Humano – 3. Fortíssimo (4ª entrega)

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